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Dos focos, una cámara y un combo son los elementos técnicos que se utilizan para la grabación de 'Qué vida más triste', un videoblog realizado por 4 amigos de Basauri (Bizkaia) que, después del éxito en Internet laSexta ha llevado a la televisión, tratando de respetar ese look de grabación doméstica con el que consiguen transmitir una imagen de espontaneidad y frescura.
Todo empezó hace cuatro años, cuando Rubén Ontiveros decidió escribir y grabar la vida cotidiana de su pandilla de amigos de la localidad vizcaína de Basuri: Borja Pérez, un operador de grúa que trabajaba en una empresa constructora, de la que actualmente está en excedencia; Joseba Caballero, un técnico de laboratorio que ahora compagina su trabajo con el de actor, y Nuria Herrera, amiga del grupo y que ahora trabaja en Madrid como ayudante de dirección en diversas series de ficción.Rubén escribía los guiones en sus viajes en autobús de fin de semana, de Madrid a Basauri. Pasaba el sábado y domingo grabando el video blog y lo colgaba en Youtube. La productora K2000 ('Pásalo', 'La caja negra', 'Algo pasa con López') se fijó en este formato y le propuso a laSexta llevarlo a la televisión.
Ahora, los estudios de esta productora, ubicados en el barrio Errekalde de Galdakao, albergan una réplica exacta de la casa de Borja: el salón con su sofá adamascado y su habitación con la cama plegable y dos colchas auténticas e incunables, al más puro estilo vintage, que le compró la madre de Borja para tener de quita y pon.
Apenas diez personas se encargan cada día de grabar unos diez ó 15 minutos de la serie. Han tenido que rebobinar la técnica de grabación para televisión y, el mismo iluminador que controla más de 135 focos de la iluminación de un plató al uso actual para emitir el magazine 'Pásalo (ETB2), tiene que hacer verdaderos esfuerzos para mover los dos focos que utiliza 'Qué vida más triste'.
Lo mismo le pasa al técnico de sonido, quien mueve los dos micros de pértiga intentando sortear la imagen en cámara y no toparse con el ficticio techo de la casa de Borja. Y, desde el combo, Rubén, dirige, realiza –se graba sin control de realización- y repite una y otra vez las secuencias que denominan plano vacío para que, en postproducción, puedan quitar la insalvable presencia de los micros. Atrezo y vestuario completan el trabajo del equipo en plató.
La creatividad para los 22 nuevos capítulos de la segunda temporada en laSexta que graban a ritmo de 10 horas diarias, se apoya en un grupo de seis guionistas, con un coordinador al frente, que trabajan en las ideas y las tramas de los nuevos capítulos. Pizarras y los clásicos post-it son las herramientas que utilizan, encerrados en la pecera de cristal, para plasmar las nuevas ideas y, luego, a escribir; eso, si, con el visto bueno de Rubén. Todos aportan y hasta Joseba ha creado uno de los capítulos de esta nueva temporada.
Este trabajo doméstico de grabación, que se asemeja más un corto que a una serie de ficción, contrasta con el de edición, grafismo y pos-producción que se lleva a cabo con las más modernas tecnologías, con programas asociados del Final Cut con los que la productora postproduce para cine. A ello se añade la música original de Israel Nieva que compone, capítulo a capítulo, los acordes y sintonías que reflejan las relaciones familiares, de amistad, las noches de fiestas, los problemas de pareja y hasta las incursiones en Youtube o Tuenti de sus protagonistas que han pasado de personas anónimas a ser reconocidos por los vecinos de Basauri.
¡Pero si es el Borja!, le dicen al pasar y él tan contento de pensar que, de momento, no tiene que manejar la grúa pluma y disfruta trabajando y divirtiéndose con su pandilla de toda la vida. Quizá el éxito de 'Qué vida más triste' radica en esa esencia de autenticidad.
