¿Cuenta Televisión Española con los derechos de emisión de una serie llamada 'Expulsados 1609'? La respuesta es no. Ni serie, ni miniserie, ni película. Según ha podido ahora confirmar FórmulaTV.com, TVE no ha participado en una serie con ese título porque ese proyecto simplemente no existe.
"Expulsados 1609: la tragedia de los moriscos", es un proyecto de Casa Árabe, conmemorativo del IV centenario de la expulsión de los moriscos de España, producido por Sagrera Audiovisual y coproducido por Televisió de Catalunya, TVE, Aragón Televisión y Canal de Historia. Así mismo, cuenta con la ayuda del ICIC-Generalitat de Catalunya y el Gobierno de Aragón.Este proyecto consta de una docuficción de 85 minutos, un documental de 55 minutos y una serie de 3 documentales de 25 minutos cada uno.
La docuficción "Expulsados 1609: la tragedia de los moriscos", es un largometraje protagonizado por Fernando Guillen, Pablo Derqui, Ana Alonso, Juli Fàbregas y Pablo Rivero. La cinta será solamente emitida por las cadenas autonómicas Aragón TV y TV3 en su versión catalana.
TVE y Canal Historia han participado en la producción de un documental titulado "La expulsión de los moriscos" de 55 minutos. Este especial cuenta con escenas de la película a modo ilustrativo. Este será el único documento que la cadena pública emitirá probablemente en fechas próximas debido al 400 aniversario de la expulsión de los moriscos.
Por último los tres documentales de 25 minutos serán emitidos por Aragón TV y están centrados cada uno en un tema: "Vida morisca", "Geografía morisca" y "Personajes moriscos". En este caso, esta serie de documentales no cuenta con imágenes de la docuficción, pero si con recreaciones.
Así es la docuficción de AragonTV y TV3
El reparto de la docuficción o largometraje cuenta con Fernando Guillén ("El abuelo"), Pablo Rivero ('Cuéntame cómo pasó'), Pablo Derquí ('El síndrome de Ulises'), Ana Alonso ('Hospital Central') y Juli Fàbregas ('El comisario'), entre otros. La mayoría de los protagonistas están inspirados en personajes reales y sus acciones se basan en documentación y testimonios de la época.
Las derrotas en Flandes fueron un duro golpe a la credibilidad de la Monarquía española. Ante esta situación se debían tomar medidas para devolver a España a la primera línea. La corte barajó diferentes disposiciones, y finalmente encontró una solución. Durante 1609 fueron expulsadas más de 300.000 personas por el hecho de ser identificados como moriscos, españoles con costumbres heredadas de los árabes. Durante la Reconquista fueron obligados a convertirse al cristianismo.
Casa Árabe ha querido contribuir a ese reencuentro con la historia, a esa recuperación de la memoria contra la intolerancia y para el aprendizaje del valor de la interculturalidad, llevando a cabo un proyecto de gran divulgación social con la producción de un documental-ficción que narra aquel trágico acontecimiento, y que su difusión televisiva y cinematográfica sirva para tomar ampliamente conciencia de lo que ocurrió en el pasado y su necesaria lectura actual.
Sinopsis de la docuficción 'Expulsados 1609: la tragedia de los moriscos'
La historia empieza cuando Juan (Pablo Derquí), un joven profesor de historia, encuentra en una alacena escondida en su casa de Almonacid de la Sierra (Zaragoza) unos antiguos manuscritos. Estos libros parecen escritos en árabe, pero tras intentar leer algunas páginas se da cuenta de que en realidad son textos aljamiados, una forma de escribir en español pero con la grafía árabe.
Uno de estos libros narra la historia de una familia del pueblo expulsada en 1609. Alentado por su abuelo, Juan decide investigar más sobre esa historia y para ello no duda en pedir la colaboración de expertos en la materia.
El diario relata lo sucedido en el verano de 1609 y las vicisitudes que los Aziz, una familia con profundas raíces en Almonacid, se ven obligados a vivir. Descubrirán, de la noche a la mañana, cómo su vida cambia de rumbo y pasan de ser una humilde familia de labradores a sentirse unos extraños en su propia tierra, viéndose obligados a partir hacia el exilio.
Después de una larga travesía, que realizan bajo la custodia del capitán Larrasoana, llegan al puerto de Los Alfaques, donde junto con cientos de moriscos embarcarán rumbo a Túnez. Antes de marchar, la familia Aziz deja a su hijo menor, enfermo, al cuidado del Capitán Larrasoana, con quien han entablado una fuerte amistad. En la despedida, el abuelo entrega su diario al capitán, pidiéndole que lo conserve para su nieto cuando crezca, y así éste no olvide sus orígenes, ni a aquéllos que se vieron obligados a dejarlo atrás. En el ocaso del día los Aziz abandonarán España rumbo a un incierto futuro.
Juan, nuestro joven historiador, tras conversar con varios expertos e investigar sobre la parte española del relato decide viajar a Túnez. Parece ser que un gran número de los expulsados fueron llevados a esas tierras y él quiere ahondar más en su historia.
La historia real. La expulsión de 300.000 moriscos
La primera década del siglo XVII fue un tiempo convulso en la monarquía española. Las derrotas en Flandes fueron un duro golpe tanto a nivel interno como cara al exterior. Tras la tregua con los protestantes de los Países Bajos, España necesitaba ofrecer una victoria aunque fuera simbólica y se eligió un enemigo común de la cristiandad: el islam.
El 9 de abril de 1609 Felipe III firmó el decreto de expulsión de los moriscos, el mayor éxodo que ha sufrido España. Fueron expulsadas de España más de 300.000 personas. La razón, el simple hecho de ser identificados como moriscos, es decir españoles descendientes de musulmanes que habían sido obligados a convertirse al cristianismo.
Los moriscos, en su mayoría eran artesanos y agricultores al servicio de los grandes propietarios feudales. Su expulsión significó el empobrecimiento de muchas zonas de España, el hundimiento de la agricultura de secano y otras pérdidas económicas. También existía una sociedad morisca ilustrada y rica, cuyos miembros fueron igualmente expulsados y obligados a costear los gastos de los moriscos pobres.
Para justificar el decreto, la monarquía los acusó de herejes y alegó que los moriscos suponían un peligro para el país por la posibilidad de que se aliasen con los otomanos de Estambul o con los berberiscos del Norte de África; pero la realidad es que su salida es la consecuencia de un fracaso pastoral. La Iglesia no fue capaz de convertirlos totalmente y por eso apoyo la decisión del monarca.
La orden de expulsión fue firmada por el rey Felipe III, a propuesta de su valido el Duque de Lerma. La medida se fue aplicando progresivamente en los diferentes reinos de la Península, y su intención no era otra que extirpar todo rastro que no fuera la fe cristiana, a pesar de que los moriscos, o cristianos nuevos, eran tan naturales de España como los que los expulsaron. La sociedad se dividió ante el suceso, pero el uso de una propaganda anti-morisca caló profundamente. Aun así, hubo moriscos que lograron eludir la expulsión y otros que volvieron a España años más tarde.