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La vida de Bill Klein y Jen Arnold no es muy distinta a la de cualquier pareja en sus primeros años de matrimonio: buscan formar un hogar, una familia y conseguir un trabajo satisfactorio y bien remunerado. Sin embargo, hay un pequeño detalle que hace su vida especial: debido a la displasia diastrófica que sufren, ninguno de los dos supera los 120 centímetros de altura.
Jen Arnold y Bill Klein
Grandes retos a la vista
Bill y Jen se incorporan a los miércoles de DKISS en el momento en el que por fin se mudan a la casa de sus sueños, un hogar perfectamente adaptado a sus pequeños tamaños, en Houston, Texas. A lo largo de la temporada, veremos cómo hacen malabarismos con sus respectivas carreras mientras siguen dando pasos para lograr su sueño: formar una familia. Para ello se tendrán que someter a complicados tratamientos de fertilidad en Los Ángeles, que amenazan con poner en apuros sus recursos económicos mientras, a la vez, inician el proceso de adopción para aumentar las posibilidades. Bill y Jen han compartido siempre sus retos y éxitos personales, pero nunca antes se habían sentido tan unidos como al emprender este camino hacia la paternidad.
A la vez, Bill y Jen están poniendo en marcha un nuevo negocio: una tienda de mascotas con Rocky y Maggie, los padres de Jen. Y por si levantar un negocio desde cero no fuera lo suficientemente estresante, Bill tendrá que hacer frente a un desafío adicional, trabajar codo a codo con sus suegros. Con una gran cantidad de proyectos en el horizonte y no menos obstáculos que afrontar, Jen y Bill tratarán de mantener siempre una actitud positiva, construyendo recuerdos maravillosos según van andando su camino.