Convertir a la institución en en un loby es uno de los objetivos que plantea el presidente de la Academia de Televisión, Manuel Campo Vidal. Un lobby en defensa de la televisión, no contra nada ni contra nadie. "Muchas veces hay una desconsideración hacia el trabajo de los profesionales, por lo que hay que defender nuestros derechos", afirma Manuel. "Queremos ser un lugar de encuentro, de reflexión y un instrumento para el análisis de lo que pasa en el mundo de la televisión".
La Academia de Televisión es una institución sin ánimo de lucro que aglutina a profesionales y empresas, tanto públicas como privadas, y que desea que en el futuro estén también las productoras privadas y las cadenas locales. Según nos cuenta el presidente de la Academia, "nosotros no tenemos competencia en materia de programación, pero sí podemos crear un clima favorable, un ambiente positivo".FórmulaTV.com ha entrevistado a Manuel Campo Vidal con motivo del 12º aniversario de la Academia. El presidente nos cuenta de primera mano cómo ha sido el proceso de refundación en el que han estado inmersos en estos últimos dos años y nos adelanta cuáles serán los objetivos de cara al futuro.
La Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión cumple hoy 12 años. ¿Qué valoración haces de tu mandato?
La Academia ha tenido en estos 12 años a cuatro presidentes: Jesús Hermida -su fundador-, Antonio Mercero, Ignacio de Salas y yo. Cuando hace dos años empezó a trabajar la nueva Junta Directiva que yo presido, decidimos realizar una refundación de la Academia porque pensábamos que el panorama audiovisual había cambiado. Creo que ha sido un proceso muy satisfactorio, de hecho se han incorporado muchos más académicos. De unos 600 hemos pasado a los 1000 y muchos que se habían marchado hemos logrado que regresen. Lo cierto es que hay un clima de ilusión, de participación...
El pasado año la Academia logró recuperar los debates, los cara a cara, entre el Presidente del Gobierno y el líder de la oposición.
El año pasado tuvimos la inmensa responsabilidad de organizar los debates entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Nos lo encargaron formalmente con sólo 12 días de antelación. Fue muy interesante organizarlo todo, realmente resultó una tremenda experiencia. Se pudo levantar un decorado de cero, se pudo montar un centro de prensa para 450 periodistas, y que todo funcionara a la perfección por la excelencia de los profesionales de la Academia. Hubo un aluvión de académicos voluntarios aportando su conocimiento y eso nos permitió levantar 2 platós en tan sólo 15 días. La vida en la Academia ha cambiado. Esa fue la primera vez que un acto institucional se le encargaba a una entidad de este tipo. Fue un reto muy interesante, un reto de alto riesgo.
¿Defraudado, tal vez, de que Telecinco y Antena 3 decidieran no ofrecer los debates?
Lo ofrecieron la mayoría de las cadenas autonómicas y muchas televisiones locales, además de portales de internet. laSexta y Cuatro tambén ofrecieron los dos cara a cara. Defraudado no, hay que respetar la decisión de los directivos de las cadenas. En Telecinco y Antena 3 consideraron los debates menos competitivos por el hecho de que la señal la iban a dar muchísimas otras cadenas. Fue una experiencia única para demostrar la capacidad de personalizar los debates con programas previos y posteriores. Cuatro, por ejemplo, tuvo unas audiencias muy importantes con el espacio que condujo Iñaki Gabilondo. laSexta ensayó una fórmula que fue no introducir publicidad ni siquiera en el corte de los debates. Desde el punto de vista televisivo fue muy importante ya que con la vuelta de los debates ganamos todos. Ganó la televisión.
Habéis revitalizado también el Patronato...
Así es, hemos revitalizado el patronato de la Academia, que ya existía. El Patronato es el órgano asesor de la entidad y tiene como objeto asesorar a la Junta Directiva, con el fin siempre de promover y defender la imagen pública del conjunto de los profesionales de la televisión y del audiovisual. El Patronato son empresas que están en el entorno del mundo de la comunicación y la publicidad como, por ejemplo, Orange, Alaska Producciones, Renfe, Mapfre o Cajasol. Entre el Patronato, los académicos, la Junta Directiva y el Consejo de la Academia (TV, SGAE, ONO) hacen que la Academia sea hoy más fuerte.
¿Cómo están recibiendo los académicos los cambios que se han llevado a cabo en estos últimos dos años?
La respuesta de los académicos ha sido muy positiva. Ha habido bastante participación. Ahora, estamos a punto de presentar un libro que se llama "El debate de los debates". Estamos ofreciendo muchos servicios y los académicos lo aprecian.
Cuando la Academia se creó el panorama audiovisual era totalmente diferente. ¿Cuáles dirías que son los retos que tendrá que abordar la Academia en los próximos años?
La Academia tiene que ser una entidad en la que estemos juntos los profesionales, todos los tipos de televisiones, ya sean públicas o privadas, y además empresas del entorno televisivo. Debemos constituirnos en un auténtico lobby en defensa de la televisión, ya sea de la industria como de los profesionales. Muchas veces hay una desconsideración hacia el trabajo de los profesionales. Queremos ser escuchados cuando se discuten, por ejemplo, leyes que tengan que ver con la televisión, y así se lo hemos expuesto a la vicepresidenta del Congreso. Queremos ser un lugar de encuentro, de reflexión y un instrumento para el análisis de lo que pasa en el mundo de la televisión.
¿Cómo crees que va a influir en el panorama actual la entrada de la TDT o el llamado apagón analógico?
Va a afectar a todo. Va a repercutir, sobre todo, en la calidad y en un mayor número de canales. A estas alturas se está produciendo una gran fragmentación de las audiencias, una gran segmentación de los targets publicitarios y una proliferación de emisoras de TV que está aún por ver su viabilidad. Estamos en un momento de transición muy profunda. Esta transición tecnológica, de lo analógico a lo digital, comporta una recomposición del mapa de audiencias y una revisión seria del modelo de negocio.
¿Siguen siendo mayoría los afiliados de TVE frente a los profesionales de las cadenas privadas? ¿Se ha producido algún cambo en estos años?
Hace dos años el peso de personas de TVE y concretamente de Madrid era muy significativo. En este momento, buena parte de las incorporaciones han sido de otras cadenas y de otras zonas como Andalucía, Catalunya, Galicia, País Vasco... La Academia desde un punto de vista territorial es hoy más representativa que hace dos años y lo va a ser todavía un poco más en unos años.
¿Qué te parece que TVE intente jugar con las mismas cartas que las televisiones privadas?
Hay un debate muy importante por cuestiones publicitarias. Hay que reconocerle a TVE que en los últimos años ha llevado a cabo un proceso de "desgubernalización" que nadie creía que fuera posible. Todos los gobiernos anteriores lo prometieron pero no lo hicieron. Televisión Española ha recuperado la línea moderna de servicio público, aunque eso no quiere decir que no tenga cosas que corregir. En unos años la situación será distinta, de hecho ya han comenzado a aplicar algunas limitaciones publicitarias. Se están dando pasos adecuados para un equilibrio razonable del mapa de la comunicación. Hay que armonizar los distintos intereses y encontrar una vía de convivencia.
¿Es partidario de que se pague un canon como sucede en algunos países?
Las cosas pueden estudiarse, pero en España no hay tradición, sólo los británicos la tienen. Se puede ir a fórmulas compensadas, una cadena con publicidad y otra sin ella. A mí me parece que después de más de medio siglo de televisión gratuita es muy difícil introducir un canon por la televisión.
¿Qué papel juegan las productoras en la Academia?
Precisamente ahora estamos estudiando ese punto. Vamos a convocar una reunión con productoras en las próximas semanas para debatir conjuntamente qué papel han de tener ellas. De cualquier modo, hay gente de las productoras que son miembros de la Academia, pero es una asignatura pendiente. Por un lado, tenemos que estudiar la incorporación de las productoras y, por otro lado, el de las televisiones locales.
Los Premios Talento cada vez tienen un mayor peso, un mayor prestigio, y eso también es fruto de un cambio interno.
Antes había una limitación por edad que a mí me parecía injusta. Si no se tenían 25 años acreditados de trabajo en televisión no se podía optar a un Premio Talento. Yo planteé que el talento no se consigue por quinquenios, sino por la expresión profesional, brillante de cualquiera de las especialidades. La fiesta de los Talento nos llena de satisfacción porque el resto de premios reconoce el trabajo de los que salen en pantalla y no de los que trabajan detrás de ella. Los Premios Talento es un premio muy apreciado por el colectivo de los profesionales.
Tendremos este año gala retransmitida por televisión?
Yo espero que sí, aunque todavía falta un tiempo. Para la Academia no es determinante retransmitir los Premios por TV, lo importante es que esa gala se celebre, se reconozca el trabajo de unas personas y se hable de ello en otros medios. No tengo duda de que llegaremos a algún acuerdo para su emisión, pero todavía no hemos entablado conversaciones con nadie.
También sigues al frente de 'Generación XXI', un programa para personas emprendedoras.
Así es, es un espacio que promueve el desarrollo de proyectos empresariales innovadores. Lo estamos realizando para varias autonómicas, entre ellas, Aragón TV. Me llena de orgullo y de esperanza que en esta época en crisis se siga apostando por nuevos proyectos empresariales.
¿Tienes algún otro proyecto sobre la mesa?
Sí, estoy trabajando en algunos documentales. Concretamente, hemos hecho un documental en América Latina sobre el trabajo de la Fundación Telefónica en el proyecto Proniño. Se trata de un programa para erradicar el trabajo infantil. Ya hay 100.000 niños sacados de la pobreza que están escolarizados. Ahora mismo estamos terminando la posproducción de este documental que ha sido muy interesante.
¿Tenías claro desde pequeño que querías ser periodista?
Sí, sin duda alguna. Desde los 12 años ya quería ser periodista. Todos los hermanos varones estudiamos una ingeniería técnica, en mi caso una electrónica industrial. Tras acabarla estudié periodismo y más tarde sociología.
Son muchas las cadenas que no respetan el código de autorregulación, el horario de protección, contraprograman cuando les conviene... ¿Puede la Academia hacer algo en esta materia?
La Academia como es lógico no tiene competencias en materia de programación. La academia lo que tiene que hacer es crear un código ético de referencia, e impulsar una exigencia de calidad y un clima de respeto. Es un trabajo indirecto para avanzar en el cumplimiento de las normas que se acuerdan colectivamente.
En los últimos años los programas del corazón han disminuido y han aparecido otros que se autodenominan de actualidad. Ahora más que nunca se habla de pseudo-periodismo. ¿Qué opinión tienes al respecto?
Se inventan nuevos formatos, nuevos estilos... hay ciclos, hay modas... pero a mí me parece que sólo deberían ser y llamarse programas periodísticos como tales aquellos que son capaces de mantener el rigor, es decir, que consultan una segunda fuente. Siempre insisto en lo mismo, pero hay que preguntar siempre a una segunda fuente. No vale lo que hacen algunos programas de televisión, emisoras de radio o incluso periódicos que lanzan informaciones sin contrastarlas. Quién quiera tener en un programa el apellido periodístico tiene que seguir las normas por las cuales éticamente se comportan los periodistas y sino que se llamen de otra manera.
El presidente de la Academia ve la televisión?
Por supuesto que la veo, aunque muchas veces lo que hago es leerla. La leo en informes, en encuestas, en audiencias...
Hemos encontrado una frase tuya que dice "Si de pronto se descompusieran todos los televisores del mundo, no habría escalas para medir los maremotos de aburrimiento".
Lo que quiero decir es que la televisión se ha incrustado de tal modo en la vida de los ciudadanos que sería muy difícil vivir sin la televisión. Los ciudadanos libremente lo eligen como una compañía excelente.