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Natalia Verbeke intrerpreta en 'Doctor Mateo' a Adriana, la profesora de primaria. Adriana es una mujer con bastante carácter, entregada en cuerpo y alma a su trabajo en la escuela. Adriana le echa en cara constantemente a Mateo su horrible forma de ser y de actuar. Le saca de quicio, pero sabe que, en el fondo, es una persona maravillosa e intentará sacarle esa cualidad constantemente: quiere que el doctor sea "normal" de una vez por todas, y que viva más en contacto con sus sentimientos. No puede evitar sentirse atraída por él, y el sentimiento es mutuo. En esta entrevista, Natalia nos cuenta cómo ve a su personaje y qué tal se ha sentido en el rodaje de la serie de Antena 3.
Adriana es una chica moderna, dinámica, a la que le gusta muchísimo su trabajo, le encantan los críos, se divierte muchísimo con ellos y les trata como si fueran adultos. Es una mujer a la que le encanta divertirse, cenar con las amigas, viajar... Es una chica muy divertida, pero tiene un problema cuando se enamora, es que le gustan los más complicados y, por eso, le gusta el doctor Mateo.
¿Pero cómo ha llegado a ser la profesora del colegio del pueblo?
Ella siempre fue de pequeña a San Martín del Sella, como Mateo, pero a partir de un desengaño amoroso decide irse al pueblo donde ha pasado los momentos más felices de su vida. Realmente se lo pasa muy bien allí, se siente muy a gusto en contacto con la naturaleza y no deja de lado su parte urbanita ya que, siempre que puede, hace un viaje a donde sea.
No, nunca, no entraba en mis planes. De pequeña tenía muy claro que quería ser actriz.
¿Cómo eras como alumna en el colegio?
Como alumna siempre fui muy buena, todo sobresalientes y matrículas. Siempre me porté muy bien en clase.
Pero si tuvieras de profesora a Adriana ¿cómo te portarías?
Creo que me portaría bien, como lo hacía en clase cuando era pequeña.
¿Qué es lo que más te gusta de Adriana?
Lo que más me gusta es que va de frente, es muy directa, se lo pasa muy muy bien y me encanta ese punto de fijarse siempre en los desgraciados, en los hombres a los que tiene que salvar y se hace daño, obviamente. Eso es muy divertido a la hora de interpretar, es muy interesante.
¿Cómo fue en rodaje en Asturias?
Fue muy bonito y estoy deseando volver a Lastres, bueno, yo y todos los del equipo. Lo pasamos muy bien y es un privilegio poder rodar en plena naturaleza, la gente nos acogió de una forma increíble. Nos alojamos los 80 ó 90 que componíamos el equipo en el hotel, fue como un campamento de verano. Hemos estado yendo y viniendo, un mes allí, un mes en plató, y la verdad que se agradecía cuando volvíamos a Lastres. Hemos vuelto locos a los del hotel (risas), conocían perfectamente nuestros gustos e incluso tengo un plato en el hotel.
¿Qué ha sido lo mejor y lo peor del rodaje?
Lo mejor es que tenemos un equipo increíble, nos reíamos constantemente, sobre todo con Gonzalo de Castro, que aunque parece muy serio no para de hacer bromas todo el tiempo, hasta le teníamos que frenar porque, si tenías que rodar una escena dramática no podías de la risa. Es una maravilla tenerle porque siempre nos estaba levantando el ánimo. Lo peor, subir y bajar las cuestas con tacones, pero también nos ha venido bien porque nos evitábamos ir al gimnasio (risas). La verdad es que el tiempo cambiaba mucho, podía ponerse a llover y enseguida parar, luego volvía a llover... Hubo momentos que estuvimos dos horas debajo de un paraguas esperando a que parara, pero cuando hay buen rollo en el equipo incluso esa circunstancia se convierte en una anécdota más y no es nada malo.
¿Cómo definiría Adriana al doctor Mateo?
Mi personaje le define como un señor muy estirado, insoportable, no hay quien le aguante, pero Adriana, según van pasando los capítulos, se da cuenta que detrás de esa fachada que tiene, aunque es verdad que tiene una manera muy directa de decir las cosas, irá descubriendo que detrás de todo eso hay un niño.
¿Cómo eres como paciente?
Adriana es que no soporta al doctor y es su paciente porque no le queda otra, pero siempre están discutiendo. Yo soy una estupenda paciente, cumplo todo lo que me dicen... Como mi padre es dentista estoy acostumbrada que cuando tengo un pequeño dolor voy al médico antes que automedicarme y hacer cosas raras. Mi relación con la medicina es muy buena (risas).
¿Qué tal con tus compañeros de reparto?
Muy, muy, muy bien, he descubierto a muchísima gente a la que no conocía y nos hemos convertido en una familia. Nos lo pasamos muy bien, hemos congeniado todos y es una alegría.
