Con su incorporación, el grupo de contenidos y servicios audiovisuales, ha reforzado su apuesta por la división de televisión. La incorporación de Francesc Escribano ha sido una clara apuesta del Grupo Vértice 360º por reforzar la línea de programas de entretenimiento, informativos, culturales y los proyectos académicos.
La actividad del Grupo Vértice 360º en el área de televisión se centra, fundamentalmente, en el campo de la producción de contenidos para las cadenas: series de ficción, programas de entretenimiento en general, concursos y documentales. Se tratan, en su mayor parte, de productos elaborados bajo pedido.La experiencia de Escribano en televisión se remonta a 1982, momento en el que se incorpora Televisión Española en el programa de reportaje 'Comarques'. En 1984 se incorpora a los servicios informativos de TV3. Entre 2004 y 2008 desempeña el cargo de director de Televisió de Catalunya. Anteriormente, había ostentado la dirección de programas y de series documentales, y había sido el creador del prestigioso departamento de Nuevos Formatos de la misma cadena.
FórmulaTV.com ha entrevistado a Francesc Escribano para conocer con más detalle la labor que desempeña un director de contenidos en una productora como NotroTV.
El pasado mes de septiembre te incorporaste al Grupo Vértice 360º como nuevo Director de Contenidos de Televisión. Medio año da para mucho...
Sí, la verdad es que sí. Ahora mismo, además de documentales, estamos haciendo 'Sexo, mentiras y alguna exclusiva' para Antena 3, 'Sacalalengua' para Televisión Española y produciendo un docu-show sobre prisiones para TV3.
¿Cuáles son las líneas que se han reforzado en estos meses?
Hace unos doce años creé el departamento de nuevos formatos en TV3 y la serie de programas que siempre he hecho han estado en la línea del reportaje, del documental, del docutainment... Aquí lo que hemos hecho ha sido seguir programas en esa línea. Lo que ocurre es que tenemos a una productora muy potente como es NotroTV y eso nos permite adentrarnos en otros géneros y probar más cosas.
¿Cuáles son tus próximos objetivos, las metas?
Debemos consolidar una línea de programas que apueste por la calidad y por retratar a la gente. Me gustaría retratar los problemas de la gente a través del reportaje, del documental y del docutainment. Son tres géneros que están teniendo una gran aceptación por parte de la audiencia y sería bueno tirar por ese camino. Poco a poco hay que lograr hacer cosas que aporten cierta novedad al panorama audiovisual.
Cuando uno accede a un nuevo cargo tarde o temprano acaba dejando su huella en todo lo que hace.
La televisión es un trabajo de equipo y eso es muy importante. La diferencia con otras facetas del periodismo es que si no sabes trabajar en equipo resulta imposible hacer televisión. Lo que me gustaría es formar un gran equipo y que fuera mucho más fuerte en los próximos meses.
En su corta historia, Notro TV ha logrado posicionarse como una de las productoras de mayor actividad. Productoras hay muchas, ¿qué ha hecho bien NotroTV?
NotroTV tiene un estilo de trabajo muy particular que genera confianza. Apuesta por la seriedad y el rigor. No hay que olvidar que NotroTV cuenta con un gran grupo detrás, como es Vértice 360º, y ese respaldo nos aporta otro nivel.
La lucha de las cadenas parece que también se ha trasladado a las productoras.
Las productoras, al igual que las televisiones, buscamos el talento. Una vez lo tenemos en nuestras manos, intentamos que ese talento llegue al espectador. En ese punto nos encontramos con las cadenas que hacen de intermediarias. Ellas son las que al final estudian y aprueban o rechazan nuestras propuestas. Como productora estamos muy interesadas en buscar el talento y las cadenas, en cambio, buscan el éxito. Las cadenas persiguen "enganchar" al espectador. El problema es que al final alguien debe confiar y apostar por nuevas cosas, y ese alguien suelen ser las productoras.
¿Cómo queda la división de TV de Vértice 360º tras tu entrada al Grupo? ¿Existen dos departamentos diferenciados?
Lo cierto es que tenemos un equipo bastante compacto. Nathalie García es la directora general y existen dos grandes áreas. Por un lado, está César Rodríguez que lleva toda la parte de ficción y luego estoy yo, que me dedicado principalmente al desarrollo de programas de entretenimiento y de actualidad. Trabajamos muy de cerca.
Llevas más de 30 años dedicado al periodismo, pero en los últimos años desde una perspectiva diferente. ¿Cómo se ven las cosas desde el "otro lado de la barrera"?
Yo empecé en TVE en el año '82. En TV3 he sido jefe de programas y más tarde director. Cuando pasas al otro lado, estás más libre (risas), pero también más solo. Luchas incesantemente para conseguir que los productos en los que se ha depositado una gran confianza lleguen a la audiencia. Trabajar en una cadena es muy duro, tienes tanta presión y tantos condicionantes que a veces no tienes tiempo para las cosas importantes, porque estás ocupado con las cosas urgentes. En una productora la presión es de otra clase, es a otro nivel.
¿Cómo ves en la actualidad el panorama televisivo? ¿Dirías que atraviesa por un mal momento?
La televisión vive un momento complicado (risas). La televisión hoy día está condicionada por el miedo. Nadie quiere arriesgar. Así las cosas, las cadenas de televisión apuestan sobre seguro, se reservan muchas cosas y deciden no probar formatos arriesgados. Con este panorama resulta muy complicado que nosotros como productoras podamos aportar cosas nuevas y contenidos diferentes.
Comenzaste en TVE con un programa de reportajes llamado "Comarques". Hoy día este tipo de formatos cuenta con un gran número de seguidores. ¿Estamos volviendo a la televisión de hace algunos años?
Yo empecé haciendo reportajes y luego fui miembro del equipo fundacional del '30 minuts', programa emblemático en TV3. El reportaje es un género clásico, un género que cuando nació la televisión se trasladó a la imagen. Lo que ha cambiado es la manera de contar las cosas, así como sus protagonistas. Antes sólo tenían cabida las folclóricas y los toreros, mientras que a partir de los años 90 empiezan a estrenarse espacios en los que la gente de la calle es la protagonista. La vida de personas anónimas pasa a ser objeto televisivo. Antes los reportajes periodísticos estaban centrados en personajes importantes, porque tenían un cargo o porque eran famosos y ahora los protagonizan gente de la calle.
La gente desconfía de ciertas novedades, busca lo que le gusta y pone la televisión para que se lo ofrezcan. Por eso funciona siempre mejor la película "Pretty woman" que cualquier otro estreno. Tú ya sabes que esa película te va a gustar. En ocasiones esto supone una dificultad a la hora de aportar cosas nuevas. Las cadenas saben que muchas veces sin arriesgar van a conseguir que los espectadores les sean fieles. Realmente, en este oficio es la oferta la que condiciona la demanda y no al revés. La gente ve lo que la televisión le da. Innovar en contenidos resulta una misión imposible. Al final lo que intentamos es que la historia de siempre parezca nueva, esa forma es la magia de la televisión.
¿En qué medida te afectan ahora las audiencias?
Las audiencias afectan siempre (risas). Es el éxito o el fracaso de la mayoría de nuestros programas... pero no es lo único. El porcentaje de fracasos frente al número de novedades es muy grande, por lo tanto, a la hora de vender propuestas tienen que ser coherentes, rigurosas, interesantes... Si realizamos bien nuestro trabajo, logramos consolidarnos y que las cadenas nos tengan de referente. Las audiencias son injustas, pero así se mueve el mercado.
¿Cómo es el proceso a la hora de colocar los productos en las cadenas? ¿Resulta cada vez más complicado esa venta?
Complicado y difícil. A las cadenas les cuesta arriesgar porque el público no siempre demanda algo nuevo. Lo nuevo no es garantía de éxito. Aportar una novedad conlleva un gran componente de riesgo. Hay que saber elegir y, sobre todo, trasladar confianza al comprador final. Podemos ser originales a la hora de crear un formato o intuitivos a la hora de comprar y adaptar un programa, pero lo más importante es que los directivos de las cadenas confíen en tu propuesta. Prácticamente nadie valora el riesgo de las novedades.
¿Cuáles son para ti los formatos más curiosos o más interesantes de las principales cadenas?
Buah... (risas). Para mí un formato es una estructura que permite repetirse. Los espacios que más me sorprenden son los que tienen una larga vida, esos son los más exitosos. La televisión ha creado un género nuevo como es el reality. El primer reality, al margen de 'Real world' (MTV), lo realizó la televisión pública sueca, se llamó 'Expedición Robinson' y fue el origen de 'Supervivientes' (Survivor). Resulta curioso que algo limitado a la ficción como era retratar los conflictos interpersonales diera pie a la creación de un nuevo género. La telerrealidad es un género que funciona en todo el mundo.
¿Cómo puede ser que un formato tan simple y a la vez tan complejo como 'Gran hermano' haya cambiado la forma de hacer televisión no sólo en España, sino en el mundo entero?
Antes de 'Gran hermano' fue 'Expedición Robinson' el que marcó el camino. Fue el primer formato que reunió a un grupo de personas para que convivieran y compitieran entre sí.
En cierto modo, ahora creas y vendes formatos, mientras que hace unos años decidías si comprarlos o no. Las dos caras de la misma moneda.
Yo estaba en una televisión pública. Una cadena pública tiene una mayor obligación de riesgo que una cadena privada. Una televisión pública tiene aceptar cosas nuevas, tiene que intentar hacer cosas que otros no harían por simple comodidad. El problema de nuestra televisión es que nació bajo el franquismo, sin la libertad que tuvieron las cadenas en otros países. Aquí no hubo debate alguno, ni reflexión sobre lo público y lo privado. Se sabe cuál es la titularidad de cada una, pero no están claros los contenidos que tienen que hacerse en una televisión pública y en una privada. En otros países esa distinción es mucho más clara.
¿Deben las cadenas públicas pelear por la audiencia?
Las televisiones públicas deberían arriesgar más que las televisiones privadas. ¿Si deben pelear? Claro, no hay televisión pública sin público. Aquí el modelo americano no vale, no puedes mantener una cadena pública para un público minoritario. Tienen que ambicionar tener una audiencia importante, como el resto. Cualquier programa en una TV pública debe mantener un código deontológico claro.
¿A la hora de crear nuevos formatos se hace pensando en alguna cadena en concreto?
Siempre. Las cadenas de televisión son como los restaurantes. Cada una tiene su público y su oferta está adaptada a ciertos perfiles. La oferta hace la demanda. Cada programa tiene su público, eso está claro. Siempre haces los espacios adecuándolo al público y a la cadena a la que vas intentar vendérselo.
¿Existe la denominada telebasura?
No, para mí existe la basura. Tanta basura puede existir en la prensa y en la radio como en la televisión. En este medio hay buenos y malos profesionales como los hay en todas partes. La proporción de formatos malos puede ser grande, pero a mí me apasiona la televisión por encima de todo. Siempre me ha parecido fatal la gente que mira la televisión por encima del hombre. Es evidente que hay cosas horribles pero el nivel de información y de diversidad que ofrece es muy amplio. En general, creo que se hace buena televisión.
Al principio de la entrevista nos comentabas algunos de los formatos en los que estáis trabajando...
Estamos trabajando en varios documentales. 'Sacalalengua' es un espacio que estamos preparando para TVE, y de cuyo resultado estamos muy contentos. Por otro lado, tenemos 'Prisiones', un interesante docu-show para TV3. Vamos a estar un año viviendo en las prisiones de Catalunya. Se trata de un realizar un seguimiento a personas que han estado en prisión. Estamos trabajando muy a gusto porque hemos tenido una gran predisposición por parte de la Conserjería de Justicia. Nos han dado acceso para que podamos grabar en todas las prisiones. Mostraremos casos muy interesantes para el espectador. Se prevén unas 13 entregas.