Más de 17 millones de sintonizadores de TDT se han vendido ya en España desde que en el año 2005 el Gobierno diera salida a la Televisión Digital Terrestre. No obstante, según subraya la Asociación Española de Empresas de Electrónica y Comunicaciones (Asimelec) del parque de sintonizadores "casi ninguno sirve para la TDT de pago".
Según publica El País, gran parte de los descodificadores vendidos son los llamados zappers, los más sencillos y baratos del mercado, que sólo reciben la señal digital y la pasan al televisor analógico. No permiten grabar programas en un disco duro ni tienen capacidades interactivas. Para que el espectador pueda acceder a programas de pago es imprescindible que estos aparatos dispongan de una interfaz común.El Ministerio de Industria apuesta por decodificadores "compatibles con distintos mecanismos de cifrado" pero los fabricantes se quejan de que el departamento que dirige Miguel Sebastián no les ha informado de sus planes sobre este nuevo servicio.
Jesús Casado, responsable de la Comisión de Televisión de Asimelec, expresó ayer sus dudas sobre los plazos anunciados por algunos operadores para el inicio de la TDT. Al parecer, los fabricantes necesitan "al menos seis meses para hacer pruebas de campo y desarrollar con garantías" los aparatos. Casado asegura, según El País, que los fabricantes han asistido "con sorpresa y preocupación" al anuncio lanzado el miércoles pasado por el Gobierno de que los operadores pueden solicitar autorización para prestar TDT de pago.
El comunicado de la semana pasada, abre muchos interrogantes sobre el descodificador único, abierto y universal que se propone. Ahora, según Casado, hay que definir las reglas y las especificaciones técnicas de los aparatos. "¿Vamos a vender ahora unos sintonizadores para prepago, luego otros interactivos y después otros preparados para la alta definición?", se pregunta el directivo de Asimelec.
En España, a diferencia de lo que ocurre en otros países, son muy pocos los terminales MHP, es decir, que cuentan con aplicaciones interactivas. De los 2,4 millones de descodificadores vendidos el año pasado, apenas 36.000 ofrecen funciones que van más allá de la simple traducción de las señales.