SUS DOS CARAS

Ramoncín pasa de boicotear 'OT' en 2002 a formar parte de su jurado en 2009

El artista se adherió a un manifiesto contra el espacio de Gestmusic. En aquel entonces el programa se emitía por TVE.

Por Redacción El 10 de Mayo 2009 | 13:18

En otoño 2002, la Asociación de Periodistas Especializados en Música Ocio y Cultura (PEMOC) apoyado por más de un centenar de artistas y profesionales comenzó una campaña de acoso y derribo contra 'Operación triunfo', supuesta causa de los últimos males del negocio discográfico. Ya han pasado más de seis años de aquel suceso, sin embargo, la noticia vuelve a tener interés porque uno de los artístas que se sumaron a ese boicot contra 'OT', Ramoncín, se sienta ahora cada semana en el jurado del reality musical.

El tiempo parece que todo lo olvida, tanto por parte de unos como por parte de otros. No obstante, queda en la hemeroteca todo lo que en aquel entonces llegó a decirse y publicarse.

"Cuando todos los ojos están puestos en la piratería, parece que pocos han advertido la presencia de los tiburones", arrancaba el manifiesto "Otro timo no", difundido por parte de la crítica musical. "Te cambiamos tu disco de 'OT' por uno de verdad", decía la parte final del comunicado, tras exponer su visión apocalíptica del asunto en una serie puntos. Hay que recordar que en aquel entonces todas las semanas el programa en La 1 sacaba un disco con las canciones de la gala anterior y que prácticamente un gran número de concursantes acababa publicando su propio trabajo musical. La situación ahora es algo diferente, no todos los concursantes publican su disco, aunque sus canciones sí están a la venta a través de la web del programa.

Para Josep María Mainat (Gestmusic), el manifiesto no fue más que un ejercicio de hipocresía plagado de incongruencias: "Nos acusan de practicar un adoctrinamiento cultural y estético. ¿Y no es lo que hacen ellos con su manifiesto? No, no se trata de opinión, sino de denuncia. Nos acusan de censurar estilos musicales. ¿Y qué hay de la censura deliberada que practican en sus programas de radio? Quizá deberían escribir un manual sobre el tipo de triunfo éticamente adecuado para la PEMOC".

El comunicado recibió multitud de adhesiones, entre otros: Ojos de Brujo, Mártires del Compás, Amparanoia, Loquillo, Tomasito, Joaquín Sabina, Jabier Muguruza, Aute, Diego Vasallo, Ismael Serrano, El Canto del Loco, Alberto Comesaña, Jaime Urrutia, Miguel Ríos, Reincidentes, Gran Wyoming, Pablo Carbonell, Los Canallas, Ramoncín, Carlos Oliver...

El directivo de Gestmusic tampoco se olvidó de los artistas que secundaron la denuncia -entre ellos Ramoncín-: "¿También están en contra de los beneficios de las multinacionales, los porcentajes de los managers, el chollo de las radiofórmulas, los márgenes de las distribuidoras y el impuesto revolucionario que exige cierta maquinaria de difusión? Los cantantes que se quejan estaban acostumbrados a utilizar la televisión como herramienta de promoción haciendo playback. Eso es lo que ha empobrecido su relación con el medio". Ramoncín no se ha pronunciado al respecto, aunque en momentos de dificultad económica y laboral todas las propuestas son bien recibidas.

La PEMOC buscaba defender los intereses de un colectivo que se halla especialmente desprotegido por sus particularidades laborales. Por una parte, la mayoría de los especialistas en estas cuestiones trabajan como free-lance, con la inseguridad, arbitrariedad y ninguneo laboral que conlleva.

Nuestro colectivo se encuentra entre la espada y la pared, decían desde la Asociación. La espada es la tendencia creciente en todos los medios a sustituir la cultura por el espectáculo. El juicio crítico, el criterio ponderado o el conocimiento de la materia interesan cada vez menos a las empresas de comunicación, que prefieren convertir los espacios que deberían dedicarse a la cultura en escaparates de la cadena de consumo. Ante esta situación y "como hablar ya no basta, hemos pasado a la acción".

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El manifiesto "Otro timo No" (resumen)

Corren malos tiempos para la música. Como cualquier otra manifestación actual de cultura popular, la música se sostiene sobre dos columnas: el arte y el negocio. Ambos se necesitan. Sin el negocio, la música no llegaría hasta la gente. Sin música, sin compositores, sin intérpretes, sin talento, sin arte al fin y al cabo, el negocio no tendría nada que vender. Hoy, sin embargo, esta ley está siendo profundamente alterada. En el panorama actual, el negocio lo ocupa casi todo, mientras que la música tiende a ser sustituida por un sucedáneo que da el pego. La última maniobra en este sentido lleva por título 'Operación triunfo'.

- El desembarco del medio televisivo como herramienta omnipotente en la fabricación, promoción y divulgación de su música, de su karaoke. Esta maniobra incide negativamente en las estructuras de la industria, destrozando el delicado equilibrio entre arte, entretenimiento y negocio.

- La falsificación del hecho musical, haciendo pasar como música de calidad lo que no son más que ejercicios de amateurs e imitadores. Nuestras simpatías siempre estarán con los que comienzan en el azaroso mundo de la música, incluidos los concursantes de Operación Triunfo, pero no con los que orquestan negocios ventajistas.

- Exigimos el reconocimiento de la música como un bien cultural y no sólo como un objeto de rentabilidad inmediata.

- Lamentamos comprobar que importantes compañías discográficas y artistas de prestigio se apunten a dar credibilidad a una propuesta degradante por arañar, respectivamente, un dinero facilón y unos minutos de prime time.

Te cambiamos tu disco de 'Operación Triunfo' por uno de verdad. Sólo ofreceremos discos de artistas originales, músicas con valores propios. No es nuestra intención que se prohiban determinados programas en la televisión, sino que la música tenga su hueco y no venga exclusivamente representada en formato de concurso de tele-realidad. No es ese su sitio.