Pasar de ser una persona totalmente desconocida a uno de los rostros más buscados en medio mundo no es fácil, y Susan Boyle está sucumbiendo a la increíble presión mediática a la que está siendo sometida.
Desde su actuación en la semifinal de 'Britain's Got Talent' el pasado domingo, la cantante se hospeda en un hotel de Londres, donde se prepara para la gran final del sábado.Boyle está rodeada de prensa las 24 horas del día, y ha protagonizado más de un sonoro desaire durante estos últimos días. El primero de ellos, fue quedarse cantando hasta altas horas de la madrugada en su habitación, despertando las protestas de los otros huéspedes del hotel.
Al día siguiente, Boyle, de 48 años, insultó a unas personas que le habían increpado: "¡Como coño te atreves! No puedes hablarme así, joder". A partir de entonces comenzó a especularse que la cantante podría abandonar el concurso voluntariamente al no poder soportar la presión. Piers Morgan, miembro del jurado del programa, confirmó que Boyle amenazó con marcharse: "No tenéis que olvidar que Susan es una mujer de 48 años de un pequeño pueblo de Escocia que nunca ha sido expuesta a algo así. Y creo que está sintiendo la presión".
A mediados de semana, la organización del programa saltó a asegurar la continuidad de Boyle en el concurso. Calificándola como "la mujer más famosa del mundo", aseguraron que "seguiremos trabajando para que esté feliz y bien".
Apuestas por si soltará algún taco en la final
Ahora, tras las amenazas de irse, suenan rumores de expulsión del programa. Boyle ha continuado protagonizando escándalos a lo largo de la semana, entre ellos el enfrentamiento con un policía recogido por los fotógrafos.
Una fuente del programa aseguró que "lo último que quieren los productores es un derrumbe en directo. Está claro que si no se encuentra bien mentalmente, no aparecerá en la final".
John, hermano de Susan Boyle, también ha pedido que hagan algo con su hermana: "Ha estado constantemente rodedada de fans durante las últimas siete semanas. Como todo el mundo, tiene un punto de inflexión, es humana después de todo. Si fuera Simon Cowell, le diría a Susan que no podría actuar en la final hasta que se recomponga".
La polémica ha llegado hasta tal punto que varias casas de apuestas inglesas están preguntando si Boyle llegará a soltar alguna palabra malsonante durante la final.