Hace ya casi cuatro meses que su actuación en los castings de 'Britain's Got Talent'. Internet la lanzó al estrellato en medio mundo y se convirtió en toda una celebridad gracias a YouTube.
Pese a perder la final del programa contra Diversity, nadie puede negar que Boyle se ha convertido en la participante de un concurso más famosa a nivel mundial. Tras el programa, y al no poder soportar la presión a la que había sido sometida, Boyle ingresó voluntariamente en una clínica psiquiátrica en la que se ha rehabilitado.
Ahora, recuperada, ha concedido su primera entrevista con posado para Harper's Bazar en la que Boyle luce un espectacular cambio de look.
Boyle llevaba viviendo toda su vida en Blackburn, un pequeño pueblo de Glasgow de apenas 5.000 habitantes. Revela que la decisión de presentar al concurso fue a causa de su madre, fallecida a los 91 en 2007, con la que llevaba viviendo toda la vida: "Fui a la audición por ella, porque siempre había querido que hiciese algo en la vida".
Pronto pasó a ser conocida por su espectacular voz y apariencia desaliñada, pero también por su estilo de vida. Nunca la habían besado, resaltaban los medios. Pero no sólo eso, apenas había salido de vacaciones y tampoco había ido de compras a unos grandes almacenes. Ahora puede permitírselo pero advierte: "No hago esto por el dinero, ¿quién te crees que soy?" "Canto para hacer feliz a la gente", asegura.
Su madre tenía 47 años cuando la dio a luz y nació falta de oxígeno, con dificultades en su niñez y adolescencia, que evadía cantando. La más pequeña de nueve hermanos, ha pasado a vivir ahora en una casa en un barrio tranquilo de Londres, acompañada por una asistenta, y trabaja en su primer disco, que estará a la venta para Navidades.
Simon Cowell, juez del programa y su mentor, cuenta que cuando pasó todo el boom y Susan salió del programa, le preguntó "¿qué hacemos ahora?". Y la respuesta fue clara: "Quiero cantar".
