Empezó en televisión por el principio y llegó gracias a su admiración por la gente del medio. Su capacidad de improvisación y su saber estar delante de las cámaras le llevó de cero a ponerse al frente de programas míticos como 'El precio justo'. Actualmente presenta en Antena 3 'Pánico en el plató', aunque su contrato con la privada finaliza el 31 de agosto.
El presentador almeriense acaba de embarcarse en un proyecto personal y profesional con muchos de los compañeros con los que ha trabajado en su trayectoria. Con Indalo y Media, su productora, abordará en septiembre las tardes de Canal Sur desde la actualidad y la cercanía.
Dejaste la jurisprudencia para entrar en contacto con el mundo del espectáculo de la mano de los Hombres G ¿Cómo recuerdas esa etapa profesional?
¿Cómo fue la primera vez que te pusiste delante de una cámara de televisión?
Fue en el programa 'Inocente, inocente'. Me apunté a una academia de figuración. Un buen día me llamaron a casa, entonces no había móviles, y fui. Me propusieron hacer de gancho para la broma a Teresa Viejo que quedó espectacular. Así empezaron a llamarme.
Lo increíbles que eran los guiones y la capacidad de la gente para sugestionarse y meterse tanto en las situaciones. Ese programa me enseñó mucho y me dio tanta seguridad en mí mismo, que cuando me decían: "Un Ovni se ha estrellado y sales del ovni", al final me parecía algo normal salir de allí, o de un edificio ardiendo, eran cosas tan surrealistas... Me proporcionó tablas para resolver cualquier situación.
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Desde 2003 presentas 'Menuda noche' en Canal Sur. ¿Cuál es la clave, hoy en día, para consolidar un programa en televisión durante tantos años?
A ciencia cierta no lo sé, porque si no lo enlataría, lo envasaría y lo vendería por una pasta. Si quieres que aventure teorías: que los niños son extraordinarios, niños andaluces con un desparpajo, una soltura y una gracia natural inaudita; Que los invitados vienen a un programa en el que se lo pasan bien. Que les tratamos como se merecen porque es gente que ha hecho cosas en la vida y necesitan también asomarse a ventanas televisivas respetables; El horario: viernes por la noche, que permite que los niños se levanten tarde el sábado; Una disposición total por mi parte y por todo el equipo para que eso salga, pasándonoslo muy bien, en tiempo casi real, es un falso directo y va todo como lo ves.
Mi experiencia es buena porque soy otro más. A mi los niños me fascinan y siempre entendí que había que hablarles como a seres inteligentes que tienen poca edad.
Tendrás miles de anécdotas...
¿Vives pendiente de la audiencia?
Ni soy tan bueno cuando tengo tanta audiencia, ni soy tan malo cuando no la tengo. Quiero saberlo y necesito saberlo. Mis jefes van a evaluar mi trabajo en función del dato. Saben que trabajo bien, soy puntual, no soy problemático, soy buen compañero... Pero si eres todo eso y das mal dato, les va a dar igual. El dato es fundamental. La cadena se sustenta en que la publicidad se pueda vender más o menos cara en función de los programas y de la media que tenga
Es muy incontrolable: viene Antonio Gala y sale un tipo de programa, viene Chiquito de la Calzada y sale otro totalmente distinto. En el mismo programa de Los Morancos, cargado de humor, Jorge Cadaval lloró. Cabe pasar de un estado ánimo totalmente eufórico a que se te caigan las lágrimas al acordarte de algo hermoso. El de Concha Velasco y Quique San Francisco fueron otros "programones" y no tienen nada que ver uno con otro. Depende de sus amistades, de las cosas que nos chiven en directo y del desamparo que provoca al invitado el que todo el mundo esté escuchando lo que dicen y él no. Es un programa muy llamativo en el sentido de que cuando lo estas haciendo, lo estás viviendo.
En alguna ocasión he tenido arritmias en directo, otro tipo de cosas no me provocan pánico. Recuerdo una vez que tuvimos que empezar un programa con una entrevista a un médico que no venía y nadie sabía nada de él. Su familia decía que había salido a su hora y no llegaba. Empecé el programa diciendo: "Estamos esperando al doctor, no sé que contarles... ¿Les he enseñado alguna vez el plató...?" y así fue. Había entre el público un cantante y le pregunté por su especialidad "¿Fandango? Pues cántate algo". Así, hasta que me comunicaron que estaba en maquillaje y allí fuimos. Al final, la entrevista quedó de maravilla. Era totalmente distinto empezar un programa así, no me provocó pánico me divirtió.
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Tu contrato con Antena 3 está a punto de expirar y te has embarcado en un proyecto personal, que lleva el sello de tu propia productora: Índalo y Media. ¿Cómo vas a afrontar esta aventura emprendedora?
La afrontó con la ilusión de quedarme con la tarde en Canal Sur, la franja a la que más le debo, que fue mi programa Punto y Medio. Durante tres años fuimos líderes de audiencia en Andalucía, la cadena se convirtió en la más vista en nuestra comunidad y fue una experiencia magnífica con las personas mayores, que encontraban en el programa un amparo impresionante. No se hablaba de otra cosa en la calle. Vuelvo con esa ilusión, con hacer actualidad y entretenimiento rodeado además de la gente que más me ha gustado a lo largo de mi vida y que me he llevado conmigo.
Sí, nos hemos implicado en todo. Hemos hecho las cabeceras, el decorado, las letras, los logos, la música... Es lo que me divierte.
¿Cómo será este nuevo programa para Canal Sur?
Empieza en septiembre y se llama La tarde, aquí y ahora. Tendremos una primera hora de actualidad y servicio público, y una segunda de servicio a las personas que se encuentran
solas y que buscan compañía... No me refiero al componente sexual, de pareja, sino a una
señora mayor que estaba sola y ha llegado un caballero, la acompaña, la cuida y ella a él. Su vida ha cogido un color totalmente distinto. En cuanto a colaboradores tengo de todo: psiquiatras, forenses, policías, abogados, médicos, nutricionistas, es un programa contenedor. Queremos informar de todo lo que ocurra en tiempo real gracias a las delegaciones. Ese tipo de cosas que hace la radio, vamos a intentar hacerlas nosotros.
Has dejado una televisión nacional por una autonómica, algo no muy habitual en el medio, ¿Por qué?
Como bien sabes la cadena me quería renovar pero he comprometido a mucha gente para hacer esta productora y ahora no puedo echarme atrás. Aunque el contrato que me pusieran en la mesa fuese maravilloso, he embarcado a ochenta familias en Índalo y Media, son ochenta sueldos que comen del programa. Me voy para abajo que se está muy bien, Andalucía es más grande que muchos países de Europa y me encanta estar allí.
Te has definido como "entretenedor" ¿Cuáles son las claves del buen entretenedor televisivo?
Entiendo que debe mantener un mínimo de urbanidad y de cortesía, de educación. Ser respetuoso con el que te está viendo y con el que ha venido a verte. Intentar ser simpático, disciplinado, manejar el presunto carisma a favor de obra, estar al servicio de los compañeros. Mi obsesión es que hay ochenta personas que colocan todo su trabajo en tus manos y justo es un ratito el que capta la cámara.
Has dicho que se puede hacer una televisión con buenas maneras, cariño, respeto y además ser líder de audiencia...
Es que lo he vivido. No sé como hemos llegado a esta situación pero creo que es posible. No podemos creer que la televisión es cualquier cosa, como nada es cualquier cosa en la vida.
¿Qué es para ti la calidad en televisión?
La calidad en televisión es el esfuerzo de mucha gente. Va desde el ejecutivo que no permite que ciertos contenidos se emitan, hasta que el producto esté bien encuadrado, iluminado, sonorizado y que los temas a tratar tengan un interés mínimo para el espectador. No digo que sean todos culturales, pero sí que haya un planteamiento serio, formal y un trabajo bien hecho. Hay quien dirá que hay programas del corazón que están muy bien hechos. Sin embargo, yo creo en los valores propios de la educación, en que los secretos de alcoba son íntimos y en que la intimidad no se publicita. Son programas que generalmente generan otros programas, muy baratos de hacer y que la gente no degusta, sino que engulle. La calidad es huir un poco de todo eso.
¿Echarías algo de la parrilla actual?
No echaría nada, eso tiene que hacerlo el público. Pero no me gustan los programas en los que se inculcan valores como el antiesfuerzo, el antisacrificio, que todo pasa por las camas, donde la
gente presume de ser golfa y donde no se le da ninguna trascendencia al uso de la palabra para decir cosas como que la droga es muy divertida o que el fin justifica los medios. Sobra la mala educación en televisión.
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¿Con la llegada de la TDT ganará la televisión?
Va a ganar el público y van a ganar aquellos comunicadores y aquellas empresas que no tenían el empuje y los medios para levantar un emporio y que, sin embargo, tienen cosas que contar y puntos de vista diferentes. Soy de la idea de que cuanta mayor diversidad mayor posibilidad
de llegar a mayor cantidad de gente. Si hay 220 canales ¿No te va a gustar nada de la tele?
Con esta multiplicidad de canales ¿Habrá audiencia suficiente?
La audiencia se va a fragmentar hasta límites inauditos, lo que hará que unas empresas sean rentables y otras no. Este es un negocio como otro cualquiera.
Si pudieses hacer una televisión a la carta, ¿qué seleccionarías de la parrilla actual?
Me parecen imprescindibles los formatos en los que se informa al ciudadano con veracidad. Las grandes retransmisiones deportivas, automovilismo, fútbol... tienen que estar incluidas. Soy muy partidario de los documentales, tanto de naturaleza como de arte, y de las películas, los clásicos del cine –contemporáneos o antiguos– tienen que tener un hueco en la parrilla. Tiene que haber ficción realizada en nuestro país. Creo mucho en los programas de servicio público y en los programas de entrevistas.
Hasta ahora se ha dirigido en televisión a un público familiar. ¿Hay algo que le gustaría hacer en televisión que todavía no ha hecho?
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Espero con el tiempo hacer un late night en directo. Que no sea necesariamente de humor, sino para escuchar a una persona, para que ocurran cosas, para tener colaboradores estupendos... Me gustan este tipo de programas, lo hice en el 97, con 'Cuarto creciente' en Canal Sur. Me gustaría repetir la experiencia de estar en un programa nocturno que me permita explorar esa parte un poco sarcástica, canalla e irónica que en los demás sitios tengo un poco contenida.