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REFORMA AUDIOVISUAL

El G9 teme la reforma del sector audiovisual

El G9, la Organización de Asociaciones de Televisiones Locales, no oculta su temor ante el panorama que se avecina, por lo que ha pedido garantías de que las reformas previstas no les perjudiquen.

Por RedacciónPublicado: Miércoles 13 Julio 2005 14:28

El G9, la Organización de Asociaciones de Televisiones Locales, no oculta su temor ante el panorama que se avecina, por lo que ha pedido garantías de que las reformas previstas no les perjudiquen.

La televisión local es un cajón desastre en continúa transformación, caracterizado por una situación poco formalizada jurídicamente, escasez de recursos y variabilidad de la emisión. Según un censo realizado por la Asociación de Investigación de Medios de Comunicación (AIMC) en 2.002, había 896 televisiones locales que emitían legalmente en todo el territorio nacional. De todas ellas, 232, es decir, un 25'9%, formaban parte de grandes redes de televisión local, tales como Localia, Grupo Canal 47, Local Media S.L. o Vocento.

Esta concentración, cuyo objetivo es el de emitir contenidos en cadena combinados con contenidos de producción propia de cada emisora, permitía la introducción en el sector de poderosos grupos, como Prisa y Vocento, que dejan en un segundo plano a los agentes locales y tiran de su posición predominante para retransmitir eventos que hagan despegar sus audiencias, por ejemplo partidos de Segunda División los domingos a las 17:00, el mundial Sub-20 o el campeonato del mundo de Superbikes. Esta pretensión de llegar a tejer una pseudo-televisión de ámbito nacional o autonómico se vio dificultada en primer lugar por la Ley 41/1995 de Televisión Local, que limita al 25% el tiempo total de emisión semanal, aunque sea en horario diferente y, en segundo lugar, por limitaciones técnicas que impiden a estos grupos comprobar que se cumplan las previsiones de emisión de publicidad y contenidos en cadena en todas y cada una de las emisoras que los forman, lo que supone un serio inconveniente para su expansión y un obstáculo para los anunciantes.

Tensa espera

Ante estas dificultades de partida, con los agentes locales arrinconados por los grandes grupos y la perspectiva del apagón analógico y el reparto de licencias de TDT a la vuelta de la esquina, las alarmas se han encendido en el sector. El G9, la Organización de Asociaciones de Televisiones Locales, no oculta su temor ante el panorama que se avecina, por lo que ha pedido garantías de que las reformas previstas no les perjudiquen.

La más que segura concesión de una licencia de emisión en analógico a PRISA, que comenzaría a emitir La Cuatro a partir del mes de noviembre, hace temer que apenas queden frecuencias libres en grandes ciudades como Madrid o Barcelona, por lo que el G9 ha solicitado al Ministerio de Industria que no utilice frecuencias de televisiones locales que emiten desde hace años porque supondría su desaparición. Por otra parte, si finalmente se adelanta el apagón analógico a 2010, muchas emisoras tendrán que hacer una fuerte inversión tecnológica si obtienen una licencia de emisión, lo que resulta complicado teniendo en cuenta los exiguos medios de la gran mayoría. En este sentido, el G9 pide también que el apagón sea simultáneo para todos y que las televisiones locales adjudicatarias de una licencia no pierdan su emisión en analógico antes que las televisiones de ámbitos superiores. Finalmente, se pide una revisión al alza del Plan Técnico de la TDT Local para dar cabida a todos los operadores, puesto que en ciertas demarcaciones no cabrán todas las televisiones locales que emiten en la actualidad. Por ejemplo, la Comunidad Valenciana ha abierto recientemente el plazo de adjudicación de licencias TDT, que se cerrará el 1 de agosto, pero sólo contempla la concesión de 76 licencias, cuatro de las cuales son para el múltiplex autonómico, mientras que actualmente hay 202 emisoras en todo el territorio valenciano. Otro handicap será el crecimiento de la televisión autonómica, entre 2005 y 2006 comenzarán a emitir la televisión pública del Principado de Asturias, la de Extremadura y la de Aragón, con lo que habrá más actores para repartirse las licencias en cada autonomía.

Ante los concursos de adjudicación de licencias, no cabe duda que serán los grandes grupos los que partan con una posición preferente, tanto en cuanto a garantías para afrontar la conversión tecnológica necesaria como en cuanto a las influencias que puedan ejercer como grupos de poder. Es papel de la administración garantizar el acceso de los agentes locales, ayuntamientos, asociaciones cívicas y empresas, a estas licencias, para salvaguardar el carácter plural y de proximidad que ha de abanderar a la televisión local.

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