La veterana periodista Rosa Mª Calaf participó este viernes en una charla en Pamplona en las que realizó algunas declaraciones muy directas y sorprendentes para muchos de los asistentes. El coloquio en cuestión giró en torno a la igualdad de las mujeres en el mundo.
Con 64 años y tras haber visitado 170 países, la periodista hizo gala de su infatigable repertorio de vivencias, tal cual recoge el periódico Diario de Navarra. Como corresponsal de Televisión Española retransmitió la noticia desde decenas de países, antes de que una prejubilación la apartara de su vocación periodística."En Tokio, el metro tiene vagones separados para hombres y mujeres, estos últimos pintados de rosa, porque abusaban de ellas y no les hacían caso". En Corea del Sur, la veterana reportera asistió atónita a la creación de escuelas para novias, en las que se enseña a las mujeres a servir el té, a vestir con el traje tradicional... "Está muy bien que no se pierda la identidad, pero en el caso de las mujeres es un retroceso en su independencia", afirmó ante los asistentes.
También destacó el caso de India, con dos millones de fetos femeninos asesinados cada año. "Desde 1994 los médicos tienen prohibido decir el sexo del niño, para que no se deshagan de ellos".
Rosa Mª Calaf afirmó que en prácticamente todas sus viajes pudo informar con total libertad, aunque recordó las trabas que encontró en Irán, tras la llegada de Jomeini al poder. "El jefe de informativos saludó a mis tres compañeros, a mí no, y me trajo ropa de su mujer para que me vistiera con ella, como un escarabajo".
Preguntada por el caso Belén Esteban, la periodista no se cortó ni un pelo al asegurar que la de San Blas es precisamente el modelo de mujer a no imitar jamás. "La gente pensará que esa es la mujer que hay que ser, pero es todo lo contrario. Pienso que la están utilizando, pero ella empobrece a la gente que la ve".
Los asistentes a esta charla-coloquio quisieron saber si recibió algún tipo de represalias por sus crónicas. "En la Unión Soviética te cortaban el agua caliente o intentaban intimidarte dándote a entender que controlaban tus llamadas. Pero es terrible cuando te pasa en lugares que no son dictaduras, como en Argentina.
Sobre la concesión del Nobel de la Paz a Barack Obama, Calaf confesó haberse quedado "patidifusa y perpleja. Parece un tipo honesto y ha sido un factor positivo, pero que se lo den cuando todavía no ha hecho nada... El Nobel no es a las intenciones, sino a las acciones", concluyó.