'Curso del 63' ha cerrado sus puertas. Los alumnos de San Severo hacen balance de su paso por este internado.
https://www.formulatv.com/images/noticias/13300/13332/1.jpg
A nivel personal ha sido una experiencia muy positiva y enriquecedora que nunca podría haber vivido si no hubiese sido de este modo. Ha sido una suerte poder trasladarte a una época muy diferente a la nuestra y vivir en esas condiciones, ya que esto nos ha enseñado a apreciar la importancia de una gran cantidad de valores que hoy en día están desapareciendo. En mi caso, he aprendido a desechar todo tipo de prejuicios, a vivir con gente con personalidades muy variadas, a valorarme más, a conocer lo que verdaderamente me importa como persona y, sobretodo, a conocerme a mí misma.
Esta experiencia ha sido una liberación para mí porque el hecho de conocer la situación en la que vives y conocerte más a ti misma te ayuda a saber vivir mejor tu vida. No me arrepiento de nada, ya que creo que errar es la mejor herramienta para aprender.
¿Qué fue lo mejor y lo peor de tu estancia allí?
Hablando de los mejores momentos, podría decir que los más cargados de emoción han sido el principio y el fin como en todas las cosas. Pero además, están los momentos de apoyo por parte de tus compañeros y de los profesores, de risas y euforia, de comprensión... y tantos otros que nos ha dejado San Severo.
¿Repetirías la experiencia? ¿se la aconsejarías a otros jóvenes?
Por supuesto que repetiría la experiencia, es más, ya he animado a muchos jóvenes a intentar entrar en San Severo en el caso de que se hagan nuevas ediciones. Esta experiencia ha sido un regalo que me ha ayudado a conocer mejor las relaciones con las personas más cercanas a mí, a conocerme a mí misma, mi vida y todo lo que me rodea. Ha sido como verlo todo desde otro ángulo completamente diferente, y me ha hecho cambiar diversos puntos de vista.
Las clases en las que más disfrutaba fueron sin duda las de D. José Carmona en las áreas de Música y Filosofía. Tal vez haya influido mi atracción por estos temas, pero también debo decir que el carácter pacífico de D. José hacía las clases muy agradables. No obstante, algunas veces reconozco, sobretodo en las clases de Filosofía, que podían resultar bastante pesadas, ya que se hacían unos razonamientos demasiado complejos. Este profesor era muy permisivo y los alumnos solíamos relajarnos demasiado, quizás faltara algo de disciplina en un momento determinado y no cuando intentaba ponerla D. José (en el momento en que la situación ya era insostenible y ya no podía contener los nervios).
Por otra parte, Dª Alicia ha sido como una madre para todas nosotras y ha estado en todo momento para todo lo que hemos necesitado. Ha sabido mantenerse dura cuando ha sido necesario, y eso es lo que más nos ha ayudado, pero también ha sido un apoyo muy grande y nos ha dado consejos muy útiles para nuestra vida; le debemos mucho.
¿Qué fue lo que más te sorprendió de los años sesenta?
Creo que tener que adaptarme a la separación entre sexos y al rol que se le daba a cada uno de ellos (tanto en el tema de depilarse, de cómo bañarse en la piscina, de la prohibición de caricias entre chicos y chicas, así como la de entrar en su habitación, clases separadas, posición distinta para formar...), junto con el detalle de la comida, el hecho de tener que comunicarnos con los familiares mediante carta, tener que escribir con pluma, no tener derecho a réplica o negociación con los profesores, la clase de castigos que nos imponían, incluso el tener que formar para ir de una habitación a otra... han sido algunas de las cosas que más me han sorprendido al vivir en esta época por el contraste que se da, si lo comparamos con lo que podríamos vivir en el 2009.
La verdad es que al principio me era indiferente porque pensé que era una norma más del colegio, algo lógico en los años 60 y, por tanto, debía aceptarlo, no le di más importancia. Más tarde, entendí que los uniformes es una especie de símbolo unificador y que ayuda a que entre nosotros nos conozcamos más como personas y desechemos todos esos prejuicios relacionados con la estética personal, valorando así cosas más importantes que todo lo material. No obstante, todavía quedó un pequeño detalle que no me gustó: la diferenciación entre el uniforme de los chicos y las chicas. Sé que se trata de un hecho tal vez insignificante, pero simbólico y comprendo que en los sesenta ni siquiera se planteara esta cuestión por la mentalidad de la época.
Bueno, primero tengo que aclarar que, desde mi punto de vista y haciendo una comparación, creo en que todas las personas somos una especie de diamantes en bruto. Somos diamantes, pero con el paso del tiempo, por las experiencias vividas, el efecto que tiene el entorno y la sociedad sobre nosotros e incluso nosotros mismos, hemos ido acumulando una capa de "suciedad" que en algunos momentos de nuestra vida no deja que brillemos.
San Severo para mí y supongo que también para mis compañeros, ha sido como una sesión de limpieza en la que nos han quitado bastantes capas de suciedad, dejando ver algún brillo, pero todavía queda mucho camino y toda una vida para ir deshaciéndonos de nuestras capas. Ahora he aprendido a intentar no hacer ascos a ninguna comida, a desechar cualquier prejuicio, a respetar a la gente, a expresar más mis sentimientos, a pensar más en los demás, a valorar la importancia de las normas, a vivir el momento, a conocerme a mí misma...
De tus compañeros ¿Con quién conectaste más?
Lo más leído
Pues la verdad es que cada uno tiene algo especial y todos son geniales, sin ellos no habría sido lo mismo, pero inevitablemente conectas más con unos que con otros por el tipo de carácter de cada persona. En el grupo de los chicos tuve bastante relación con Beto, Fonti, Dani, Mario... Por otra parte, en el grupo de las chicas Gema, Anita, Marta, Jeni... me despertaban más simpatía.