El presentador de 'DEC' hace balance de los casi 7 años de emisión del programa de Antena 3, de la competencia actual en el mundo de la televisión y de su afición al mundo del vino. Tomando el vino como referencia, Jaime Cantizano contesta a todas las preguntas de la siguiente entrevista. (Fotos: Jorge París)
¿Cuál sería el mejor maridaje entre Cantizano y la televisión?Uno siempre necesita oxigenarse, es importante el oxígeno en esta profesión, como también en el vino, pero creo que ese momento está por llegar pese a estar viviendo y haber vivido estos casi 7 años momentos mágicos, de popularidad, de grandes audiencias... creo que lo mejor está por llegar.
¿Qué crees que busca el público en los programas de crónica social?
Siempre me dicen que yo seré un experto y un veterano de la crónica social, pero siempre respondo lo mismo "yo, seguramente, soy el que menos sabe de esto de los que se sientan en ese plató porque para eso están los expertos y profesionales. Soy más bien un director de orquesta o un guardia urbano".
¿El interés de este tipo de programas? Es el mismo interés que puede despertar en la sociedad británica o americana y, además, si vemos los rotativos de estos países allí sí que se va más allá de lo que se va aquí, aunque no lo parezca. A todos nos interesa qué ocurre en el día a día de los personajes populares, pero no solo ellos, en cualquier oficina, en cualquier bloque de pisos, los comentarios, los rumores, el saber que ocurre está a la orden del día. La televisión no deja de ser un reflejo de la sociedad y de lo que ocurre en el día a día.
¿Todos somos un poco cotillas?
Hay grados, pero me niego a aceptar la máxima de 'España es un país de cotillas' porque creo que algunos de esos críticos deberían ver que se hace en otros países con relación a la crónica rosa.
¿A quién cuesta más callar: a María Patiño y compañía o a Latre?
Yo creo que algunas veces cuesta más callar a determinados invitados que a Latre, María y compañía, pero si hay que sacar el carácter y levantar la voz lo tengo que hacer yo porque ese es mi papel. Dentro de lo que cabe se puede entender que es lo que ocurre dentro de un plató de televisión.
¿Pero Jaime Cantizano se enfada?
Yo llego a un programa en el que los periodistas ya llevaban muchas horas de vuelo, soy un chico joven y tuve que imponerme sin levantar la voz y acabar teniendo un papel muy claro. Me enfado lo que se ve y lo que no, alguna vez he levantado la voz con educación o he pegado un zapatazo, pero como nos conocemos tanto, nadie se enfada. María Patiño me dice que tengo 'una sonrisa de hierro' (risas).
¿Qué es lo que te suelen decir por el pinganillo?
(Risas) Tengo una relación muy particular con los directores que han pasado por el programa porque no solo me hablan de irnos a publicidad o vamos a introducir este tema, hay veces que me indican que mire a determinada persona para que vea que esta haciendo, me cuentan que van a hacer el fin de semana, me cuentan un chiste, se ríen... y muchas veces me ocultan información simplemente para ver mi reacción cuando sucede. Más de una vez no he sabido lo que va a ocurrir en los siguientes minutos porque me lo han ocultado para jugar con mi reacción. La verdad es que es un instrumento muy útil, pero algunas de las cosas que recibo por él serían imposibles de emitir (risas).
¿Cómo evitas reírte?
Hago verdaderos esfuerzos, pero he aprendido a que una parte de mi cerebro vaya por donde tiene que ir y la otra parte se dedique a prestar atención a esos comentarios. Es una herramienta de trabajo más.
¿Cuál es el secreto de 'DEC' para llevar casi siete años en antena?
La televisión es durísima, es muy cruel y vive un momento de transición bastante importante. Hace poco me entrevistaba un estudiante de la Universidad Complutense y se sorprendía de estas palabras, pero soy realista, la competencia es muy dura, hay mucha segmentación en este momento y es una profesión cruel y, a veces, despiadada porque puedes acabar en el olvido y hay que estar preparado para ese momento.
¿El secreto? Sobre todo trabajar, porque en el secreto del éxito interviene un poco la suerte, pero sobre todo es trabajar, tener ciertas capacidades y saber entender lo que quiere el público en determinados momentos. Y aún trabajando mucho, las cosas a veces no salen bien.
¿Qué te parece la llegada de otros formatos parecidos al de 'DEC' la noche de los viernes?
Haber cumplido siete años es un éxito rotundo y sigue siéndolo porque pocos programas en este momento en la televisión en los próximos años van a cumplir ese período en antena. La llegada de otros formatos parecidos simplemente ha hecho que la tarta esté un poco más repartida y que cada semana haya una lucha por tener un punto más que el otro. También hay que pensar que los éxitos no son eternos. Esto es la televisión.
Pero... ¿en qué se diferencia 'DEC' de esos otros formatos?
En el bagaje, en la manera de enfocar determinados temas, en la personalidad en sí que tiene 'DEC' desde hace casi siete años.
¿Cómo se logra ser discreto siendo tan famoso?
Tiene mucho que ver con mi manera de ser, algunos me dicen que si tengo miedo a algo, pero es que mi personalidad es esa, una persona discreta, con un comportamiento discreto, he marcado desde el principio una línea entre lo profesional y lo personal y con la suerte de haber sido respetado en ese sentido.
¿Qué es lo más curioso que te ha pasado por la calle?
Me ocurren muchísimas cosas curiosas, por ejemplo me ven en tres sitios diferentes, me casan cuando ni siquiera conozco a esa persona ni sé por qué sale en la historia, paran un autobús cargado de chicas que vuelven del colegio, me piden vía mail casarse conmigo o me piden un pantalón vaquero. La verdad es que podría escribir un libro sobre la cantidad de cosas que me ocurren a lo largo de la semana y relacionado con las peticiones de los espectadores de 'DEC'.
¿Cuál es la última mentira que has leído o escuchado sobre ti?
Quien es popular tiene que estar preparado para este tipo de cosas, yo ya me lo tomo a broma, es muy habitual que te vean en tres sitios a la vez, todo el mundo te conoce, todo el mundo ha estado contigo y todavía hoy en día, me felicitan por una boda que nunca existió, con alguien que no conozco... al fin y al cabo no me afecta en absoluto porque hay que luchar con esto.
¿Te imaginas al frente de otro tipo de programas, ya sea un informativo o uno deportivo?
Uno de deporte es difícil porque no entiendo mucho de fútbol, pero me apasiona la actualidad, las entrevistas, el reporterismo... es que vengo de la radio donde hice prácticamente de todo, incluso retransmitir una corrida de toros sin tener ni idea o un partido de fútbol sin haber jugado nunca. Es que la radio ha sido una gran escuela y por eso me considero flexible.
¿Podrías volver a la radio?
Me encantaría volver a la radio y combinarlo con la televisión, es algo que ya he dejado caer en diversas ocasiones y no descarto volver a la radio donde, por supuesto, la popularidad es menor, se gana menos, pero tiene un encanto que, evidentemente, no tiene la televisión.
¿Qué es lo mejor de Jaime Cantizano, lo que se o lo que no se ve?
Tengo que decir que lo que no se ve (risas), sin dudarlo un solo momento. Tengo los mismos amigos desde hace mucho tiempo y la gente que está conmigo me dice que se divierte un montón. Lo mejor no está delante de la cámara, humildemente hablando.
¿Qué es lo que más te gusta del Cantizano joven, del crianza y del reserva?
Del Cantizano joven, la curiosidad, nada cotilla, pero muy curioso. Del crianza, tener muy claro hacia donde quería ir. Y del reserva, que está todavía por ver, me gustará que haya encontrado la tranquilidad absoluta.
¿Con qué persona que no conoces te gustaría tomarte un vino y conocerla?
Habría muchísima gente que me gustaría conocer, desde Antonio Gala a Rafaela Carrá pasando por Obama, imagínate que diferentes.
¿Cuándo empezó tu afición por el mundo del vino?
Soy de Jerez de la Frontera, donde hay una magnífica tradición relacionada con el vino, el fino, el amontillado, el oloroso... eso siempre ha estado ahí. Y ahora, más recientemente, me he acercado al mundo de los tintos gracias, en parte, a dos amigos, Carlos y Jorge, que ellos sí saben mucho más, y he ido descubriendo que hay detrás del mundo del vino, los secretos, su cultura...