El pasado viernes, 23 de abril, Cuatro estrenó 'Reporteros Cuatro. REC', un espacio de investigación dirigido y presentado por el periodista Jon Sistiaga. El primer reportaje titulado "Baby sicarios" mostró los humildes barrios de Pereira para encontrar a niños que por apenas 50 euros son contratados para matar.
El espacio arrancó con un gran éxito de audiencia, concretamente más de un millón y medio de espectadores (1.567.000) decidieron verlo (11,5%). El reportaje no pasó desapercibido en España y tampoco lo ha hecho en Colombia, donde diversos medios han empezado a publicar que durante la grabación del citado reportaje se cometieron varios delitos y que no todo lo que se cuenta es verdad.Por su lado Cuatro desmiente rotundamente las acusaciones que se han vertido contra el reportaje "Baby sicarios". Según la cadena, los datos publicados así como las declaraciones que se están realizando contra el reportaje de Beriaín "son totalmente falsos". Cuatro asegura que "en ningún momento se ha 'pagado' con promesas por las declaraciones".
Además, recuerdan desde la cadena que tras el reportaje, en CNN+, se ofreció un debate en el que participaron varios periodistas colombianos que dieron "totalmente por válidas" las declaraciones, reafirmando que esa era la situación que se vive en muchos puntos del país sudamericano.
La versión que rueda por Colombia
Según publica el periódico colombiano El diario de Otún, los niños que hablaron para Cuatro habían sido "pagados" con promesas de trabajo en el exterior, además ninguno de ellos es o ha sido un sicario. El reportaje emitido por Cuatro es calificado de "burdo montaje basado en entrevistas amañadas". Son conclusiones de la investigación que acaba de realizar la periodista Angela María Villegas del canal UNE TV.
Al parecer, los entrevistados fueron inducidos por sus entrevistadores, a la vez que les pidieron que magnificaran su relato, agregándoles situaciones en las cuales no habían participado. Según Villegas, fueron engañados, puesto que se les prometió que estos testimonios no serían difundidos en Colombia y que, por tanto, no implicaban ningún peligro para su integridad.
Desde la Alcaldía de Pereira, localidad donde ubica el reportaje, que también ha participado en la investigación, se explica que se han violado los derechos de los niños al ser expuestos sus rostros y su identidad, dejándolos en evidente riesgo.
"La Ley de Infancia y Adolescencia, contiene normas que no pueden ser trasgredidas con el argumento del libre ejercicio del periodismo", ha afirmado la Alcaldía en una nota de protesta enviada al director del espacio Jon Sistiaga.
Así las cosas, el gobierno municipal ha solicitado que el reportaje sea retirado de circulación, y que se le de la oportunidad a la ciudad de Pereira de mostrarse al mundo tal y como realmente es.
Testimonios comprados, según la periodista Angela María Villegas
Según la investigación llevada a cabo, las entrevistas a los tres chicos recluidos en el Centro de Reeducación Marceliano Ossa, Creeme, no sólo fueron testimonios comprados con promesas de trabajo en el exterior, sino que contienen historias falsas o, al menos, fantasiosas.
Ninguno de los tres menores es o ha sido sicario: uno está acusado de hurto, otro de extorsión y el tercero de cómplice de un homicidio, según consta en los documentos oficiales de ingreso a la institución.
Según recoge 'El diario de Otún, se llegó al caso extremo de pretender mostrar a la audiencia que un menor de edad participó supuestamente en una escuela de sicarios de Pablo Escobar en Medellín y que incluso presenció cómo los integrantes de la banda jugaban al fútbol con las cabezas de los policías asesinados.
"Dado que Pablo Escobar fue dado de baja en 1993, resulta una mentira tan absurda que solo cabe en la mente amarillista del periodista que realizó el reportaje, el afirmar que una persona menor de 18 años participó en hechos que ocurrieron hace más de 20 años".
El Gobierno de Pereira reconoce en la nota enviada que la ciudad tiene problemas sociales que resolver. Sin embargo, la presencia de uno o más menores de edad que han caído en el flagelo de la prostitución, el sicariato o la drogadicción, no significa que la totalidad de la población esté en esa condición.
"El periodismo debe caracterizarse por un absoluto apego a la verdad y a la objetividad. Tampoco puede limitarse a tratar los temas que generen el mayor impacto, por su espectacularidad o morbosidad. También deben servir para difundir valores y principios, en su condición de promotores de paz", añade la Alcaldía de Pereira.
