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Fox Crime estrena en primicia en España la serie 'Impostores', una idea original de Fabián Bielinsky y de los productores de "Nueve Reinas". La serie llegará el próximo lunes, 24 de mayo, a partir de las 21:30 horas, en formato de doble episodio.
La relación entre Alex (Leonardo Sbaraglia) y Vicky (Leticia Brédice) siempre es complicada aunque deciden darse una segunda oportunidad por una buena casusa: la posibilidad de llevar a cabo una gran estafa. Una idea del padre de Alex, El Pardo (Federico Luppi), una gran estafa en la que participarán otros seis miembros especialmente entrenados en el arte del engaño. Ambos se involucran en esta aventura, donde el amor se interpondrá generando ciertas complicaciones en cada uno de sus planes.Cada capítulo planteará un caso y un engaño. Una trama repleta de giros inesperados que sorprenderán una y otra vez al espectador. FórmulaTV.com ha entrevistado al actor argentino Leonardo Sbaraglia para conocer de primera mano los entresijos de esta ficción que combina desparpajo, acción y humor y que aprovecha al máximo el talento del elenco.
Cuéntanos, ¿cómo es Álex, tu personaje en la serie 'Impostores'? ¿Qué tienes tú de él?
Uno siempre se parece un poco a los personajes que interpreta. Al final acabas por prestarles tus experiencias, es algo inevitable. En este caso, Álex es un personaje cuya gasolina se nutre del engaño. Es un tipo que constantemente quiere ganar dinero a través de la estafa de la palabra. Su principal habilidad es la de disfrazarse, puede convertirse en otra persona sin esfuerzo alguno. Álex tiene una gran capacidad para actuar y para engañar, sin embargo, esa actitud no le vale frente a la vida.
Es una persona insegura...
No se lleva bien con su padre, además le tiene algo de miedo... Álex es inseguro, torpe y siente cierta atracción hacia Vicky. Cuando está junto a ella no sabe cómo actuar. A medida que avance la serie, se irá convirtiendo en un tipo mucho más certero y seguro. Entre Vicky y Álex existirá una gran tensión sexual, aunque no dejarán de engañarse el uno al otro.
¿Qué fue lo que te atrajo de este proyecto? ¿Por qué decidiste aceptar la propuesta para protagonizar 'Impostores'?
En un principio, estuve implicado en la película "Nueve reinas". Adquirí el compromiso de hacerla, pero me vine a España y finalmente no pudo ser. Me arrepentí mucho de haber rechazado ese trabajo porque la película me encantó. Cuando me hablaron de la posibilidad de trabajar en esta serie me entusiasmó mucho porque partía de la misma película. Conocía de antemano a la gente que me ofreció este trabajo porque ya había trabajado con ellos. Me gustó mucho el elenco y la idea me pareció novedosa, ingeniosa... un lindo trabajo.
'Impostores' tiene todo los ingredientes para triunfar: humor, intriga, estafa, amor...
Fundamentalmente tiene un humor muy absurdo y una gran capacidad de transformación. Cada capítulo es una historia totalmente nueva y diferente. Toda la producción está grabada fuera de platós, en exteriores reales. Cada entrega cuenta con una dinámica diferente supeditada a la estafa que se está viviendo. Las diferencias entre los episodios son muchas y notables, aunque los personajes son los mismos. Por otro lado, aparecen personajes episódicos de mundos diferentes que la hacen muy atractivo. Además, 'Impostores' está dirigida por Bruno Stagnaro, uno de los jóvenes directores con mayor talento de Argentina. En su trayectoria destaca la multi-premiada "Pizza, birra, faso" (1998). Es un verdadero genio.
¿Tu presencia y la de Federico Luppi hacen de 'Impostores' una ficción fácilmente exportable?
Hay actores que tienen el lujo y el privilegio de haber trabajado y conquistado otros mercado. Eso nos permite tener más trabajo y la posibilidad de ir a otros lugares. Personalmente no esperaba que 'Impostores' se estrenase en España, fue una sorpresa porque estaba concedida para Latinoamérica.
Afirmas que trabajar más de 5 meses en una misma serie hace perder a uno el entusiasmo inicial. ¿Significa eso que cierras las puertas a una segunda temporada?
Habría una segunda temporada si estuviese tan bien planteada como la primera. El problema en televisión es que las cosas empiezan a degradarse después de un primer planteamiento, tras una temporada. Esa primera creatividad y originalidad suele tiende a desaparecer. Por lo general, los personajes empiezan a perder originalidad en los últimos capítulos. En las producciones norteamericanas no ocurre porque están mucho más cuidadas. Algunas son incluso mejores que muchas películas. Creo que las series norteamericanas es de lo mejor que se está haciendo actualmente en el mundo. Los diseños de producción son excelentes, dedican mucho tiempo a cada capítulo, el control de calidad es altísimo, el equipo es muy grande... Evidentemente, las posibilidades y los medios que tenemos en Argentina o en España son más precarios. Hacer 'Impostores' ha sido una verdadera quijotada. Ha sido una serie muy costosa y ha supuesto un gran esfuerzo, pero el resultado ha merecido la pena.
¿Entonces...?
Si los responsables de la ficción consiguen las mismas condiciones para una segunda temporada entonces se hará. En ocasiones, la decisión final depende del éxito de la primera temporada y de una serie de condicionantes. Se sabe de antemano que si la serie se vende al extranjero se va a contar con mayor dinero y eso puede repercutir en la calidad. Las ficciones norteamericanas cuentan con un presupuesto altísimo porque se venden a todo el mundo.
Hacer 'Impostores' fue como haber hecho 4 películas. Rodamos como si fuera cine. En Argentina hay un sistema de medir el share minuto a minuto, es algo brutal. Parece que es más importante lo que vaya diciendo la gente minuto a minuto que la calidad final del producto. Hay un criterio desfasado y, en general, eso tiene su reflejo en los contenidos. Hay espacios de muy buena calidad y francamente cuidados, pero otros acaban totalmente desfasados. Las últimas series en las que he participado se han hecho con cierta independencia artística. En Argentina se acaba perdiendo calidad para ganar dinero instantáneo. Al final, terminas preso de todo menos de tu trabajo.
¿Es para ti la televisión una vía de escape? ¿Recurres a ella cuando no tienes propuestas de cine?
No. En el caso de 'Impostores' simplemente me apetecía hacerla. Dejé proyectos en cine para hacer esta serie. Era lo suficientemente atractiva como para optar a ella. Siempre voy a priorizar las condiciones del cine porque se trabaja mejor, pero eso no quita que en televisión no se puedan hacer grandes cosas y bien.
Soy muy malo mintiendo, pero bueno en la capacidad de juego, que no está ligada al engaño.
Desde 'Al Filo de la Ley' no has vuelto a hacer ficción televisiva en España. ¿Hay alguna razón en concreto?
Me da la sensación de que lo que funciona en España es el humor y las series policiacas, por eso en los últimos años se han hecho tantas en torno a estas temáticas. Las de abogados, en cambio, no han funcionado (risas), aunque han seguido probando. Creo que 'Sin tetas no hay paraíso' ha abierto las puertas a otro mundo. En Argentina es diferente porque se hace mucha telenovela. Son tiras diarias como las mexicanas pero con temáticas más modernas, sin caer en el culebrón.
¿Pero han existido propuestas?
Sí, he tenido ofertas en televisión, pero no terminaron de cuajar o de concretarse por ambas partes. A mí me interesa siempre trabajar con proyectos interesantes. Se puede hacer y se puede luchar por hacer una buena televisión.
¿Qué grado de realismo tiene 'Impostores'?
Las tramas no están basadas en estafas reales, aunque supongo que algunas cosas se habrán tomado de casos reales. Se jugaba mucho con la lógica interna de la serie. Se armaban tramas ingeniosas más que reales, que tuvieran cierta lógica y cierto ingenio.
¿Qué proyectos de futuro tienes ahora mismo entre manos?
Tengo pendiente el rodaje de la película "No retorno" junto a Federico Luppi, Bárbara Goenaga, Martín Slipak, Ana Celentano, Luis Machín... La previsión es finalizarla en las próximas dos semanas. Estamos trabajando en los platós y las instalaciones de Ciudad de la Luz (Alicante). Luego tengo otra ópera prima de Hernán Belón, "El campo", junto a Dolores Fonzi. Es probable también que sigamos con los bolos de la obra "Contrapunto" con Pepe Soriano, que es una versión de "La Huella". Hay incluso una posibilidad de traerla a Madrid, aunque dependerá de si finalmente un empresario se arriesga a dar ese paso.