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Además, ha querido subrayar lo importante que es para él ser conocido por su trabajo y no por su vida social, algo que crítica con rotundidad. El presentador también ha querido confirmar que en alguna ocasión se pensó en pasar su programa a La 1, pero no llegó a hacerse el cambio.
¿Cómo se lleva ser un clásico de la televisión?Se lleva muy bien. En el mundo de la televisión, es preferible ser un clásico que un efímero.
Además, parece que no pasa el tiempo por ti.
Salgo todos los días en la tele y, como me veis, ¡no os dais cuenta! (risas). La tele engaña al ojo y ésta es una de las grandes cosas que hace. Ahora que el director quiere poner imágenes del primer programa, veréis cómo he cambiado, pero al salir diariamente no se nota tanto. Tengo la suerte de mantener aún el pelo además.
Cuando uno empieza un programa, espera que se mantenga al menos esa temporada. Después de más de 3.000 programas, ¿qué se te pasa por la mente?
Lo nuestro es un fenómeno que se está estudiando ya en las facultades. Cuando empieza un programa, piensas que va a estar dos o tres meses y no sabes lo que va a pasar. Es un programa que está funcionando y renuevan los contratos, y así llevamos 13 años.
No soy de plantilla, porque si no me hubiera pillado el ERE y por eso sigo estando. Es una suerte ser autonómo en este sentido. He estado vinculado siempre a la casa desde ese punto de vista. Es un privilegio seguir vivos. Cuando veo a un millón de personas en una manifestación y me imagino que esa cantidad de gente me está viendo a mí, me da miedo.
¿Cuál es la clave para mantenerse tanto tiempo?
Es un programa muy bien estructurado, y esa columna vertbral del programa ha llegado. La franja ya se había trabajado con 'Cifras y letras' y el espectador buscaba una alternativa a los informativos porque empezamos a las 15:05.
El programa ha ido cambiando y ahora vamos a las 15:40 porque nuestro espectador también es de informativos y puede complementarse y tenemos más audiencias. Los guiones, la innovación y que el programa sea entretenido es importante. Yo no pierdo la ilusión ni las ganas después de 13 años. Tienes una responsabilidad y un público y tenemos que hacerlo bien.
Los guiones y los concursantes son muy importantes también. Captan al espectador porque son muy buenos.
En 13 años, en más de una ocasión se habrá pensado en pasar el programa a La 1...
Esto se le ocurrió hace ya años a un director general. Estábamos haciendo medias del 14% en La 2 y era muy fuerte. Me entró un frío y pensé que no íbamos a durar. Afortunadamente, ese cambio no se produjo y nos hemos podido mantener. Es mucho más complicado en La 1, aunque ahora ha cambiado.
¿Tenéis planteado algún especial?
Desde el programa 3.000, hicimos una selección de 50 participantes históricos para que volvieran a concursar. Algunos tienen la posibilidad de llegar hasta el programa 100.
Aún así, vamos haciendo constantemente programas especiales. Ahora vamos a hacer unos programas dedicados al centenario de Miguel Hernández. A ver si encontráis un programa de televisión que dedique 5 programas a su figura en lugar de a... (risas) No lo diré, hasta aquí puedo leer.
¿No se acaba la cantera de concursantes?
Para nada. En cuanto acabemos estos especiales del programa 3.000, volveremos a coger concursantes de las cartas. Este año, hemos tenido concursantes de 18 o 19 años que cuando empezó el programa tenían 5 años. El que llega a 'Saber y ganar' es muy especial. Uno de ellos es estudiante de arquitectura y ahora está volviendo a jugar con la repesca.
¿Concursarías?
Nunca. A mí me gusta dominar el asunto y estar en el otro lado. Cuando estaba el histórico 'Waku waku', era divertido. También en '¿Qué apostamos?' estuve con Sofía Loren, y eso se lo podré decir a mis nietos. Pero 'Saber y ganar' es diferente.
Cuando veo los programas, intento jugar porque no me acuerdo de lo que había grabado. Hay cosas de cine o actualidad que me resultan más cercana, pero historia o literatura sólo lo saben los concursantes. A veces les llamo repelentes (risas). Son excepcionales y lo pasamos muy bien en las grabaciones.
No se te ve mucho en actos sociales...
Hay mucha tontería en todo eso y no hace falta. Con los años, vas seleccionando y ves que no vale la pena. Sólo voy a cosas que realmente me llenen y me hagan ilusión. Si voy a ver una obra de teatro es porque me interesa la obra. Si no, hago mi vida normal y familiar.
Además, lo importante es que te conozcan por tu trabajo. Tienes una dimensión pública porque trabajas en televisión, pero tengo vida privada y no tengo nada que vender. No me interesa nada toda esa fauna que existe, que no trabajan y se dedican a vender humo.
Pero no te pegas con la fama.
Yo no lo llamo fama, pienso más bien que es popularidad por mi trabajo. Eso es algo que me encanta. Lo busqué porque empecé en la radio ya con 18 años. Llevo toda la vida haciendo esto y me gusta comunicar. Hay muy buen rollo cuando la gente me para por la calle y me dice que me sigue. Es una relación de amistad y familiaridad.
¿Qué hay del Jordi Hurtado que no conocemos?
Me gustan cosas muy normales: viajar, el teatro, el cine, leer... No tengo ningún hobby extraño. Ni siquiera me gusta el bricolaje porque soy muy negado. Últimamente, he notado que me he enganchado más a Internet. Es una ventana sensacional para tener información de cualquier cosa con una inmediatez extraordinaria. El programa tiene esa vida en internet también y el futuro de la televisión lo veo ahí.
¿Llegaréis a celebrar el 25 aniversario del programa?
Lo estoy celebrando porque en julio hizo 25 años de que empecé con 'Si lo sé, no vengo'. Ha habido algún momento en que no he salido pero he estado ahí. ¡A ver si me dan un reloj! (risas). Lo celebro saliendo cada día y renovándome para seguir al pie del cañón. Es importante estar presente después de 25 años.
Se tiende últimamente a recuperar formatos clásicos, ¿nunca se ha planteado recuperar 'Si lo sé, no vengo'?
Se había planteado hace años y se estuvo a punto de volver a emitir, pero ahora lo veo muy difícil. Según están los presupuestos, es imposible porque tenía un presupuesto alto. Entraba mucha figuración, mucho maquillaje, muchos personajes, actuaciones musicales... Había que meter muchas cosas que sin publicidad no se pueden realizar.
No hay ninguna televisión generalista que tenga concursos de ese tipo. Se va al quiz-show como 'Saber y ganar' en los que los decorados se mantienen más tiempo. La economía es muy importante.
¿No echas de menos algún nuevo reto profesional?
Estaría bien. A ver si con esto de los 25 años, la dirección se moja y me da otro reto manteniendo 'Saber y ganar'. Las grabaciones me dejan días libres y no me importaría dejar el plató algunos días y hacer algo en exteriores. Pero no me puedo quejar.
