Lo dijo ayer al recibir un homenaje en Madrid. "Me gustaría ser el inteligente, que es aquel que se repone pronto del fracaso. Y no el tonto que no se repone nunca de un éxito".
María Teresa Campos recibió anoche un homenaje en Madrid arropada por periodistas y políticos de primera fila, informa hoy el diario La Razón. Periodista de raza que conoció las mieles del éxito televisivo hace quince años, desde el comienzo en aquel lejano «Día a día» en Televisión Española -su primera casa televisiva- se empeñó en trasladar las exitosas tertulias radiofónicas a la televisión, en una franja, la de las 13:30 horas, donde las mujeres son el público predominante. Diez años después, las amas de casa -público mayoritario de la televisión matinal- son un segmento con un alto nivel de información político-social, y el formato ha sido copiado por cadenas públicas y privadas.Reunidos en torno a un mantel en un restaurante de Madrid, la crispación política y las rencillas de las distintas tribus periodísticas quedaron aparcadas por una noche para unirse en el elogio de la pluralidad y profesionalidad de que ha hecho gala siempre María Teresa Campos en su tertulia política, espacio del que ahora se cumplen diez años en antena, y que se ha emitido también en TVE-1 y Telecinco. Allí acudieron Eduardo Zaplana, Jaime Mayor Oreja, Ana Pastor, Alfredo Pérez Rubalcaba, Carmen Chacón, Carmen Alborch, Amparo Rubiales y el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar y el senador de CIU Jordi Casas, todos ellos destacados políticos que, enfrentados en tantos asuntos, no dudaron en reconocer el buen hacer de la periodista malagueña. Junto a los políticos, un buen ramillete de reputados periodistas como Isabel San Sebastián, Raúl del Pozo, María Antonia Iglesias, José Antonio Gómez Marín, José Oneto, Carmen Rigalt, Antonio Casado, Isabel Durán, Enric Sopena, Ignacio Camacho, Luis Herrero, Arcadi Espada, Carlos Dávila, José Luis Gutiérrez, Ángel Expósito y José Antonio Sentís.
Debate político.Y junto a los presentes, los cariñosos mensajes de ánimo y admiración de los ausentes: el ramo de flores de la vicepresidenta de Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega y las cartas del presidente de la Junta de Andalucía Manuel Chaves y la diputada del PNV, Margarita Uría, leídas por Isabel San Sebastián y Amparo Rubiales. Tampoco faltó desde la distancia un mensaje del portavoz de CIU, José Antonio Durán i Lleida.
La cena no fue sólo un homenaje a María Teresa Campos, sino que también sirvió para alabar el género del debate político. La periodista recordó cómo desde la televisión pública le recomendaron hace 16 años, cuando empezaba, que no estropeara su programa con una tertulia política. Y rememoró también, como cuando se fue a otra televisión, «entonces, la cadena amiga», pudo poner en marcha por fin su ansiado debate político. «Para mí la política es la vida, es la que hace que tengas un sueldo digno o una sanidad, o una ley de educación, aunque no sé si conviene decirlo», matizó sonriendo a los políticos presentes en la sala.
«Ahora que he cambiado de cadena», comentó a los asistentes a la cena, «y que vivo momentos difíciles, tengo que deciros que la mesa de debate sigue siendo líder». Agradecida, confesó que esta reunión de amigos, impulsada por Amparo Rubiales, Isabel San Sebastián y María Antonia Iglesias, «me reconforta después de un año que ha sido bastante duro». La presentadora terminó sus palabras con un mensaje que disgustará, sin duda, a sus enemigos: «No voy a tirar la toalla todavía. En este momento, como lo fue mi abuelo, me gustaría ser el inteligente, que es aquel que se repone pronto del fracaso. Y no el tonto que no se repone nunca de un éxito».