Michael Brea, de 'Ugly Betty': "Yo no maté a mi madre, maté al demonio de su interior"

El pasado martes informábamos de la macabra muerte de Yannick Brea, la madre de Michael Brea, actor que apareció en la serie 'Ugly Betty'. Ahora ha salido a la luz una entrevista concedida al New York Daily News al actor y asesino confeso. A continuación resumimos parte de la entrevista, no apta para personas sensibles.

En ella Michael afirma con toda naturalidad que no mató a su madre sino al demonio que tenía dentro. A la pregunta de por qué había matado a su madre decapitándola con una espada masónica, Brea responde: "Fue un trabajo de Dios". Además, narra con todos los detalles cómo comenzó esta locura: "Estaba durmiendo en mi habitación, Dios vino y extendió su mano". Entonces Brea le preguntó: "¿Ha llegado mi final?". La respuesta, según afirma, fue: "Sí, es tu último día".

Finalmente no murió, pero su locura fue a más: "Empecé a sentirme como Neo de la película "Matrix". Escuchaba voces a mi alrededor y me sentía poderoso". Estas voces le hablaban de "la diferencia entre mamá y madre". "Era una señal. Nunca más veré a mi madre", afirma el actor.

Fue entonces cuando fue a su habitación, cogió una espada que había robado de una Logia Masónica y, cuando su madre entró para pedirle que fuese a echar agua en la olla para cocinar tres pollos, Brea lo tuvo claro. "Vi a los tres pollos muertos y una voz me dijo que eso era un sacrificio". Dejó los pollos en la habitación y su madre fue a reñirle por no haber hecho lo que le había dicho. Entonces Brea afirma que escuchó en Yannick "la voz del demonio". "Abrí la puerta de mi habitación con la espada en la mano y le pregunté: '¿Crees en Dios?'. Ella dijo: 'No, Michael, no'". En ese momento se produjo el primer apuñalamiento.

Brea entonces arrastró a su madre por toda la casa, dejando un reguero de sangre, mientras blandía la espada masónica con la otra mano. "Quería darle la oportunidad de hacer las paces con Dios", afirma Michael desde prisión. Cuando escuchó llegar a la policía, Brea seguía decidido a acabar el "trabajo". "Estaba apuñalándola cuando escuché a la policía llamar a la puerta. No dejé de apuñalarla, sabía que estaba haciendo el trabajo de Dios". "Tenía claro que nadie entraría porque los espíritus me protegían. Y yo, San Michael, no permitiría que nadie entrase en nuestra casa".

Finalmente, la policía consiguió entrar en la casa y se encontró con la carnicería y a Michael lanzando gritos a Dios con una Biblia en la mano. Brea se encuentra ahora mismo en la sección de presos del hospital de Bellevue en Nueva York.