Los documentos filtrados por Wikileaks y que varios rotativos europeos se están encargando de publicar y analizar están levantando ampollas en todos los ámbitos.
Jose Couso asesinado
La información explica cómo altos diplomáticos estadounidenses en España se pusieron en contacto con el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, y con Javier Zaragoza, jefe de la Audiencia Nacional, entre otras altas instancias jurídicas y políticas españolas.
Tras la publicación de estos cables interceptados por Wikileaks, la familia del cámara gallego ha puesto el grito en el cielo. Su hermano, Javier Couso, ha afirmado que en la familia se sienten "estupefactos, engañados y absolutamente indignados" por la "connivencia en la ocultación de delitos por parte de este Gobierno".
Javier, en nombre de la familia, también ha anunciado que ya están estudiando acciones legales con sus abogados para demandar por unas actuaciones que pueden suponer una conculcación del Estatuto de la Fiscalía y una vulneración de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
Consideran que esta actuación del gobierno español ante las peticiones por parte de EEUU de dar carpetazo al caso de su hermano constituyen un ejemplo de "vasallaje y sumisión" de España a la Administración norteamericana.
Couso y el blindado americano
José Couso perdió la vida el 8 abril de 2003 en Bagdad mientras preparaba junto a Jon Sistiaga un reportaje para Telecinco sobre la toma americana de la capital iraquí.
Fue precisamente un proyectil disparado por un blindado estadounidense el que impactó en el cámara gallego matándolo de inmediato.
Una muerte, la de este profesional de televisión, que siempre quiso enterrar y ocultar la Casa Blanca y que, según parece por lo recogido en esos documentos confidenciales filtrados por Wikileaks, encontró la complicidad de las altas instancias españolas en la consecución de dicho propósito.
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Ahora, la familia del cámara, como ya hiciera durante el juicio en 2007, clama justicia.