"¿Quién gana aquí? El chulo y el fuerte...". Esa es la teoría que menejaba "Rubio", el concursante de la quinta edición 'Fama ¡a bailar!', sobre qué es lo que buscan en los alumnos y premian los profesores del talent show. Perlitas como estas han hecho que el sevillano de 18 años se convierta en el primer expulsado de esta nueva edición. Así lo han decidido los profesores de la academia, con el respaldo del jurado - en el que se encuentran Vanexxa y Gurruchaga -, tras las reiteradas y continuas muestras de falta de respeto del ya ex concursante.
"A mí nunca me han mandado en la vida"
"Rubio", que se define a sí mismo como atrevido y perfeccionista, llegó al reality de Cuatro para poner en liza sus habilidades en los estilos New Style, Popping, Locking, House, Krump y Walking que, como él también sostiene, aprendió en la calle y de forma autodidacta.
Será por eso que lleve tan mal la disciplina de la escuela de baile. "A mí nunca me han mandado en la vida", le comentó a sus compañeros.
A pesar de que el concursante, como el resto de chicos y chicas, tan sólo llevan cuatro días en 'Fama ¡a bailar!', lo cierto es que no se terminó de acostumbrar a las exigencias mínimas impuestas por los profesores y la propia convivencia. Su actitud molestaba constantemente a los profesores.
https://www.formulatv.com/images/noticias/17900/17906/1.jpg
La gota que colmó el vaso se produjo después de una clase de Rafa Méndez cuando "Rubio", Miriam y Sonia comentaban sus experiencias en estos tres días de programa. Mientras las chicas se lamentaban desmotivadas de la exigencia del programa, "Rubio" prefería mofarse e imitar de forma burlesca a los profesores y a algunos de sus compañeros que él consideraba "favoritos" de los profesores.
"Aquí hay que venir con 8 años de clase", se lamentaba llorando Miriam. A esto respondía el sevillano, de manera arrogante: "Que va, hay que venir con esto [señalándose la cara]. Cuanto más la lies más tiempo te quedas aquí".
La directora ya se lo advirtió
De lo que no se puede quejar el ex concursante es de no haber sido advertido. Tanto en clases como en las tutorías.
Lola González mantuvo una larga y seria conversación con "Rubio" en su despacho advirtiéndole que si no modificaba su actitud, sería expulsado: "Sobre todo, aquí queremos educación y respeto. [...] Yo no estoy aquí para que nadie se ría de mi cara. Para eso está la puerta", le comentó la directora.
"Quiero respeto para mí, para los profesores y para tus compañeros", fue otra de las advertencias de Lola, tan solo un día antes de ser expulsado.
Pero de poco le valieron a este adulto con actitud de adolescente, pues lo primero que hizo tras abandonar el despacho de Lola fue comentar a algunos de sus compañeros: "Me ha comido la olla que te cagas... Ahora va a por mí".
Y por si alguien tenía dudas de su propósito de enmienda, añadió: "Me he reído en su cara", refiriéndose a la charla.
Lo más leído