Un nuevo y triste episodio ilustra la dificultad y el mérito de los periodistas a la hora de llevar a cabo su trabajo en las zonas más calientes del mundo. A la censura, a los ataques físicos, a las violaciones sistemáticas del derecho a la información que han tenido que subrir los periodistas que durante estas semanas han trabajado en Egipto cubriendo la revolución del pueblo egipcio contra Hosni Mubarak se ha unido la lamentable agresión y violación sufrida el viernes por la corresponsal en Egipto de la cadena americana CBS.
Allí Logan sufrió "una agresión sexual violenta y prolongada" cuando el equipo y el personal de seguridad fue rodeado por unos 200 manifestantes que celebraban la caída del dictador, según la CBS. "Durante el acoso de la muchedumbre, Lara quedó separada del resto del equipo. Fue rodeada, sufrió un ataque sexual brutal e intenso y fue golpeada, antes de ser rescatada por un grupo de mujeres y unos 20 soldados egipcios."
Tras el grave incidente, Lara fue conducida a un hospital en Estados Unidos donde aún permanece internada. La cadena ha completado su comunicado diciendo que no dará más detalles sobre este triste hecho. Publicó una foto de la corresponsal justo ante de que sucediera donde se ve a la reportera rubia entre la muchedumbre.
Ya estuvo en Irak y Afganistan
Para Logan esta no era la primera situación caliente que cubría como corresponsal. Su nombre ya apareció sobreimpreso en las emisiones de la cadena británica GMTV durante la guerra de Afganistan en 2001 y, luego, durante el conflicto en Irak, donde también cubrió la caída de Sadam y las consecuencias posteriores.
Fichó por CBS News en 2002 y este mes se encontraba trabajando para el programa '60 minutes' para el que realizaba los reportajes y las conexiones en directo. Lara, además, ya tuvo que sortear diversos problemas y ataques desde que llegó a Egipto. Una semana antes de la violación, fue detenida por el ejército de este país durante un día junto a dos cámaras de su cadena. Tras ser liberados regresaron a EEUU pero el loable espíritu periodístico de Lara Logan la obligó a volver, motu propio, a El Cairo para contar a todos los norteamericanos lo que ocurría en Egipto. La desgraciada historia que sucedió después, ya ha quedado narrada.