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Su especial relación con el conde permite que a pesar de su cojera mantenga el trabajo en Downton Abbey. "Bates hubiera sido un cojo cualquiera en aquella época, así que cuando es contratado por el señor Crawley como ayuda de cámara sin conocimiento de Carson, es toda una sorpresa entre el servicio", comenta Coyle sobre el revuelo que su personaje provoca con su llegada.
Desde el principio, Bates se ve enfrentado a las ambiciones del joven Thomas, que quiere su puesto; y Lady O'Brien, que por alguna razón que se desconoce va a convertir su estancia en Downton Abbey en un infierno. "Intenté hacer esa escena todo lo real que pude, así que me caí lo más natural posible", explica Coyle sobre la escena en que el servicio recibe la llegada de un invitado a Downton y O'Brien le pone la zancadilla."Tienes que convertir tu cuerpo en un peso muerto y protegerte bien. Repetimos unas 20 veces esa toma y el dolor me duró varios días después. Buscaba que fuera lo más doloroso y humillante para Bates y, a la vez, para el señor Crawley", comenta sobre ese momento, que representa lo que es Bates para Lord Grantham.
Solo cuando Bates es despedido y no tiene esperanza de encontrar un nuevo trabajo, es cuando Lord Grantham cambia de idea y le readmite en Downton Abbey. "El señor Crawley es un hombre de honor y decide que no puede hacerlo, porque como él mismo dice 'simplemente no está bien'", recuerda el actor inglés.
Para interpretar a Bates, Coyle ha contado con la inestimable ayuda del asesor histórico Alastair Bruce, al igual que todo el reparto de 'Downton Abbey'. "Nos dio una visión muy clara de cómo era el funcionamiento de una casa así en esa época. ¡Incluso tuvimos lecciones de etiqueta!", recuerda entre risas.
Coyle ha participado en numerosas TV movies de la televisión británica, como 'La solución final' junto al oscarizado Colin Firth. Uno de los títulos cinematográficos más importantes en los que ha trabajado es en la saga de 007, "El mañana nunca muere" (1997), junto a Pierce Brosnan.