El próximo lunes, 4 de julio, Telecinco estrena '11-M'. La TV movie sobre el mayor atentado de la historia está basada en los hechos recogidos en la sentencia de la Audiencia Nacional y el fallo del Tribunal Supremo. ¿Cómo entraron en contacto los distintos miembros de la célula terrorista? ¿Cómo consiguieron el explosivo para fabricar las bombas? ¿Cómo se organizaron para llevar a cabo el atentado? ¿Cómo introdujeron las mochilas cargadas de explosivos en los trenes? Éstos son algunos de los interrogantes a los que dará respuesta esta producción de dos capítulos.
Bajo la dirección de Daniel C. Torallas ('Ángel o demonio'), Zoe Berriatúa ("El Calentito"), Abdelatif Hwidar ("Fuerte Apache"), Kaabil S. Ettaouil ("El encanto") y Paco Manzanedo ("Flores de otros mundo") dan vida a los principales implicados del mayor atentado terrorista ocurrido en España, mientras que Alejandro Albarracín ('Gavilanes'), Mónica Rodríguez Caballero ('Hay alguien ahí'), José Navar ('Yo soy Bea') y Yaiza Guimaré ('Cuenta atrás') completan el reparto de esta tv movie, producida en colaboración con Plural Entertainment.
Este relato televisivo con guión de Carlos López ("La niña de tus ojos") y Miguel Ángel Fernández ("El cónsul de Sodoma") se ha grabado íntegramente en exteriores y localizaciones naturales de Madrid.
Un grupo de fanáticos islamistas planea perpetrar la yihad más sangrienta
La acción de '11-M' arranca el 3 de abril de 2004, cuando siete terroristas cercados por la policía se inmolan en un piso de la localidad madrileña de Leganés provocando una fuerte explosión que destruye el edificio y se cobra la vida del subinspector del GEO encargado del operativo de asalto. Según las conclusiones policiales, los suicidas formaban parte de una célula terrorista que tres semanas antes, el 11 de marzo, logró detonar diez bombas en cuatro trenes. A partir de ese momento, un flashback sitúa al espectador ocho meses atrás.
Jamal Ahmidan, uno de los terroristas, se reencuentra con su mujer en Madrid tras cumplir condena en una cárcel marroquí. Apodado El Chino, el joven regresa a España transformado y llamado a cumplir una misión. Poco después, entra en contacto con El Tunecino, un fanático islamista dispuesto a llevar a cabo la yihad más sangrienta.
Los responsables del atentado y las víctimas
Un delincuente marroquí transformado en un extremista islámico, un licenciado en Económicas con un oscuro plan en mente, un ex-minero avilesino como cómplice, un confidente policial con múltiples contactos y los ciudadanos anónimos que tuvieron la mala fortuna de viajar en alguno de los trenes que estallaron aquella fatídica mañana, son los personajes principales de "11-M".
Jamal Ahmidan El Chino
Huyó de Marruecos a principios de los 90 tras apuñalar mortalmente a un hombre para instalarse en España donde comienza a trabajar en el negocio de la droga, primero como vendedor al por menor para posteriormente convertirse en "capataz" de barrio. Temido en los distritos madrileños de Lavapiés, Chueca y Malasaña, El Chino es detenido e ingresa en prisión. Tras fugarse de un centro de internamiento para extranjeros, acaba cumpliendo condena en Marruecos. Dos años y medio después regresa a España visiblemente cambiado y en la mezquita conoce a Sarhane El Tunecino.
Casado con una mujer española con la que tiene un hijo, centra sus esfuerzos en recaudar dinero para su fanática lucha religiosa, situación que le obliga a seguir trapicheando con drogas y reclamar sus deudas a golpe de pistola.
Emilio Suárez Trashorras
Trabajó en una explotación minera hasta que en 2002 se jubiló alegando esquizofrenia. Emilio, joven avilesino de 28 años, vive del trapicheo. Tras ser detenido en 2001 en el marco de la "Operación Pipol" trabaja como confidente policial. Un acuerdo con los vigilantes de mina Conchita, yacimiento de caolín situado en el concejo asturiano de Belmonte de Miranda, le permite sacar dinamita del lugar eludiendo los controles de seguridad.
Por mediación de Rafa Zouhier entra en contacto con El Chino, que le propone un extraño intercambio: hachís por explosivos. Una vez aceptado el trato, Emilio le envía la mercancía en autobús a través de varios intermediarios. Cuando Jamal le pide más dinamita, decide conducirle a la mina para que él mismo se sirva.
Sarhane Ben Abdelmajid Fahket El Tunecino
Discreto y metódico: así es Sarhane, un licenciado en Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid que nunca adoptó el estilo de vida occidental. Inflamado de integrismo dejó atrás su labor como contable en la mezquita madrileña de la M-30 para impartir doctrina, recabar ayuda económica para los muyahidines y exhibir su firme disposición para la acción suicida en un local del barrio de la Concepción.
Casado con una joven de 17 años, que dará a luz un hijo un mes después de su suicidio en Leganés, comienza a trabajar en 2003 en la inmobiliaria de dos hermanos sirios, donde destaca como hábil vendedor. Consciente de que sus movimientos son vigilados por la policía, abandona su trabajo como comercial para centrarse en los preparativos del atentado. Poco después, conoce a El Chino, un hombre de acción que le permitirá llevar a cabo sus oscuros planes.
Rafa Zouhier
Nacido en la ciudad de Casablanca, Rafa Zouhier es un joven marroquí de 25 años que trabaja como portero de discoteca, stripper y traficante de droga a pequeña escala, mientras presume de novias, pistola y contactos. Tras conocer que unos asturianos vendían detonadores, este confidente de la Guardia Civil decide alertar del hecho al Cuerpo de Seguridad pasando por alto los contactos posteriores entre ellos y la célula de El Chino, encuentros en los que estuvo presente.
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Los inocentes que compartieron su último viaje en tren con sus asesinos
Una pareja que acaba de comprarse un piso, un ecuatoriano que en sus ratos libres cuida a la hija de una vecina, una secretaria que acaba de perder su empleo, un hincha del fútbol y dos estudiantes cuyo noviazgo comienza a bordo del tren son los personajes inventados que representarán al conjunto de víctimas del 11-M. Alejandro Albarracín, Mónica Rodríguez Caballero, José Navar y Yaiza Guimaré interpretan a algunos vecinos de El Pozo, Santa Eugenia y Alcalá de Henares, todos ellos inventados, que vieron truncados sus sueños e ilusiones una mañana de marzo.