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"Son calles distintas y distantes entre sí. Sin embargo, tienen un denominador común: en todas ellas se producen situaciones que hacen la vida imposible para los que viven en ellas. Unos porque tienen que sobrevivir. Otros, porque viven con miedo", comenta Jalis de la Serna, autor del reportaje. De este modo arranca este trabajo periodístico que trata de reflejar la miseria que existe en algunas calles de nuestro país, en las que drogadicción, robos, prostitución y peleas juveniles forman parte del paisaje social.
Esta edición especial, de mayor duración, precede a "Barriada José Antonio", otro reportaje que mostrará cómo viven los vecinos de este suburbio, rodeados de vendedores y consumidores de droga.El reportaje recorrerá algunas zonas de Madrid
"¿Malas calles?", primer reportaje de 50 minutos dedicado a los ciudadanos que conviven con la miseria. "Se pinchan, se pelean, hacen sus necesidades en la acera... esto no hay quien lo aguante", asegura Mercedes, que a sus 68 años tiene que vencer el miedo para salir a la calle. Debajo de su casa, en pleno centro de Madrid, transitan diariamente cientos de toxicómanos: "a mi casa ya no vienen ni mis nietos. No quiero que vean esto", afirma tajante.
En otra zona de la capital, los vecinos de la calle Alonso del Barco están indignados con la situación en la que viven, ya que su calle se ha convertido en el principal punto de partida en Madrid de las "kundas": vehículos particulares que transportan a los toxicómanos al lugar donde compran sus dosis.
De la Serna viaja a Cataluña
En el Carrer d´en Robador de Barcelona, la situación no es muy distinta. "Aquí hay prostitutas, gente de dinero, personas que trapichean, otros que duermen en la calle. Es un ambiente muy sano". Así describe Carlos, un cliente de la prostitución, la vida en esta calle. La mayor parte de los vecinos de esta vía del barrio de El Raval, convive sin problemas con las prostitutas que trabajan en las aceras de la zona. Sin embargo, rechazan por completo la presencia de toxicómanos por la mala imagen que éstos dan al barrio y por el miedo a los robos.
Por otro lado, en L´Hospitalet del Llobregat, los vecinos de la calle Can Femades pasan en vela las noches de los fines de semana. Junto a sus casas hay tres macrodiscotecas y el tránsito de jóvenes hace que no puedan pegar ojo: "Salen borrachos como cubas, gritan, rompen cristales y se pelean", afirma Nuria, una de las vecinas, en la puerta de su casa a las seis de la madrugada.
La vida de los vecinos de la "Barriada José Antonio"
Esta zona del municipio gaditano de El Puerto de Santa María está formada por un centenar de viviendas sociales construidas en 1995, pero tan sólo cuatro calles constituyen la barriada José Antonio.
La máxima autoridad municipal reconoce que el problema de la barriada es grave, sobre todo en materia de seguridad, y respecto al punto negro de venta y consumo de droga, conocido como la antigua Bodega, "la solución está en manos de la Justicia", asegura. Dentro de la Bodega, el equipo de 'Callejeros' es testigo de cómo algunos toxicómanos se ocultan en este lugar para no consumir a la vista de los vecinos.
Por la noche, la seguridad de la barriada se agrava. Yasmina e Isabel invitan a los reporteros a su casa para que sean testigos desde la ventana del continuo ajetreo de drogadictos en busca de su dosis. Las peleas son constantes y se sienten desprotegidas.