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Arturo Valls, presentador de uno de los concursos más eficaces de Antena 3, '¡Ahora caigo!', ha concedido una entrevista sobre las impresiones que tiene con el cambio de tono que están tomando las cadenas en estos momentos en los que los concursos vuelven a arrasar en pantalla, tal y como demuestran algunos de los espacios de la cadena, como 'Tu cara me suena' con Manel Fuentes y 'Atrapa un millón', presentado por Carlos Sobera.
Tras emitirse durante el prime time de los martes, la cadena decidió estrenar la edición diaria de '¡Ahora Caigo!' debido a las buenas audiencias que estaba cosechando. Ahora, inmersos en el mes de diciembre, y con un especial de Halloween y otro navideño ya emitidos, el programa tiene pendiente para estrenar el próximo 7 de diciembre, un especial con famosos, aprovechando de esta forma, el tirón que tiene la presencia de algunas caras conocidas en concursos de la misma cadena.Valls además nos habla de algunos de los momentos y concursantes más destacados y de cómo se ve a él mismo como concursante.
¿Qué es lo que más te atrae de '¡Ahora caigo!'?
Lo que más me atrae del programa son las luces del plató, la combinación de colores me encandila.
¿Cuál crees que son las claves de su éxito?
La combinación de un clásico del humor y de la comedia que son las caídas, ver a la gente como se cae siempre funciona. Esto combinado con preguntas accesibles para el gran público y el ingrediente de la simpatía del presentador [risas].
¿Qué atributos o rasgos tiene que tener un buen concursante?
Sobre todo, no ser neutro ya que no aporta nada. Que sea o muy simpático o muy odioso, que caiga muy bien o muy mal. Que sean concursantes que den juego, que se alegren, que disfruten, que lo vivan, que se enfaden... Hay gente con la que conectas más y con otra que estás deseando que se caigan, y eso también funciona.
¿Cuál ha sido el concursante que más te ha impactado?
Recuerdo a Josean, aquel que hacía que llamaba a su madre por teléfono, retaba a todos los concursantes y les decía "me recuerdas a mi ex novia". Era bastante gracioso y Twitter echaba humo de los comentarios que había sobre él. Prometía cuando estaba en maquillaje porque se estaba grabando a él mismo con su móvil y pensamos que tendría tirón.
También destacó Gabriel, el filósofo, que adornaba todas las respuestas. Cuando cayó, el público aplaudió mucho.
¿Nos puedes contar alguna anécdota destacable que hayas vivido en el programa?
No es que no se pueda contar, pero han pasado cosas muy divertidas. No digo más [risas]
¿Has probado la caída libre de la trampilla?
Si, la probé el día que hicimos el especial de Halloween. Me tiré y lo editaron al revés para hacer el efecto de subida.
Reconozco que desde que lo probé me da pena tirar a los concursantes. La sensación de no saber cuándo se va a abrir, es como una atracción de feria en la que se te sube el estómago. Ahora me pongo en su lugar y me da un poco de reparo entretenerles hasta que caen.
¿Accionas tú la trampilla o lo hacen desde control?
La accionan desde control y yo "mareo la perdiz" hasta que caen.
Cualquiera en los que notas que el concursante va a hacer un regalo especial, que su sueño era irse de viaje o la emoción reflejada en sus ojos cuando ganan mucho dinero. También cuando no esperan irse con las manos vacías y, de repente, se llevan 5.000 euros. La emoción que te transmiten en esos momentos es increíble.
¿Y el momento más tenso?
Posiblemente cuando he provocado que sigan jugando, que no se planten, y terminan perdiéndolo todo. Les aviso antes de que voy a intentar que jueguen, pero la última palabra la tienen ellos. Recuerdo que una chica de Sevilla me llegó a decir después de perder el dinero, "te odio, te odio"; le contesté: "mujer, esto es un juego"; y ella me respondió: "vale, no te odio, pero me caes muy mal".
¿Y el más divertido?
Ocurrió a partir de un momento de tensión, en un duelo, cuando el concursante central dijo: "Aquí hay más tensión que cagar sin pestillo"[risas]. En esos momentos me descolocó y no pude parar de reír. Es una expresión muy buena y muy cierta.
¿Te atreverías a intercambiar tu puesto de presentador y ser concursante por un día?
Sí, pero creo que sería un mal concursante porque enseguida me puede la tensión del paso de los segundos que se acaban. En casa los espectadores siempre dicen: "yo me las sé todas"; pero en el plató, con trampilla bajo los pies, nervios y tensión, nada te cuadra.
En un futuro, ¿cómo crees que recordarás '¡Ahora caigo!'?
Más que un recuerdo, sería un deseo que '¡Ahora caigo!' se recuerde como uno de los programas que se sumó al cambio del tono de la televisión en España. Junto a 'Atrapa un millón', sumó su granito de arena para volver al entretenimiento más puro y blanco.
Si concursaras, ¿qué capricho te comprarías con el dinero que ganaras?
Me gustan mucho los coches clásicos, me compraría un deportivo o un Spider.
¿Qué te parece el éxito que estáis teniendo tanto vosotros como 'Atrapa un millón'?
Me hace mucha ilusión porque ves que la gente ve otro tipo de televisión, se apuesta por este género y ahí están los números. Debo confesar que el buen funcionamiento de 'Atrapa un millón' me ayudó a decidirme a aceptar la propuesta de presentar '¡Ahora caigo!'.
¿Le cambiarías por un día el puesto a Carlos Sobera?
Sí, me encantaría. Carlos es un maestro entre los presentadores de concursos.
¿Te atreverías a abrirle la trampilla a Carlos Sobera?
Si falla, claro que sí , hay que abrir si se equivoca [risas].
