Estar una semana entera en Honduras para conocer todos los detalles de 'Supervivientes' ha sido una experiencia brutal, pero para que lo fuera más todavía nos faltaba comprobar por nosotros mismos cómo era vivir realmente cómo lo hacen los concursantes del reality. Con esta idea algo kamikaze pero muy ilusionados, los cinco periodistas que estábamos allí propusimos la idea tanto a Cuarzo como a Mediaset, quienes rápidamente se pusieron manos a la obra para que este deseo se hiciera realidad.
Había que buscar el mejor día para hacerlo. Nos contaron que nos harían inspección del saco, que solo podíamos llevar ropa, crema y un objeto personal. Suplicamos a la organización que nos dejara llevar los móviles (en modo avión), para poder hacer vídeos y fotos de todo lo que viviéramos y accedieron. Y llegó el día. Comenzó la aventura y, por suerte, no se preveían lluvias.
13:44
Después de comer de más, por lo que pudiera pasar, empezamos a hacer el saco en la habitación del hotel con lo más imprescindible para pasar la noche. Era importante tener en cuenta la ropa de manga larga por los mosquitos, así como zapatillas cerradas. Tampoco podíamos olvidarnos de la crema solar, el antimosquitos, el bañador y... ¡las cámaras! Que si no lo registramos, no nos creerían.
14:55
A las 15 horas teníamos la hora de recogida en la puerta del hotel pero las ganas hicieron que estuviéramos listos un poco antes, así que montados en una pick-up pusimos rumbo al embarcadero que nos llevaría a los Cayos Cochinos.
15:02
Ya estamos en el embarcadero. Nos dan un walkie talkie y nos explican el funcionamiento. También nos dan los chalecos salvavidas para el trayecto en barco y... ¡Arrancamos! Nos dirigimos a la Isla Menor, donde pasaremos la noche. Y 45 minutos después, llegamos a nuestro primer destino, aunque aún no estamos en la playa donde dormiremos. Estamos en el embarcadero en el que se llega a la isla.
En la barca, camino a Isla Menor de Cayos Cochinos
16:11
Tras unas fotos de rigor, ya cogemos la barca que nos lleva a nuestra playa, la playa Uva. Eso sí, la pasamos un poco de largo para ir la siguiente, en la que están los concursantes de verdad, para ver la distancia y cómo es realmente su zona. No nos acercamos demasiado y de hecho apagamos el motor para no llamar mucho su atención y que no nos vean. Pero nos vieron.
16:19
Ahora sí que sí, llegamos a nuestra playa. Nos explican todo y nos muestran todos los utensilios y alimentos que nos han dejado, que son exactamente los mismos que les dan a los concursantes. Dos sartenes, una olla, un chistero, una navaja multiusos, aceite, una lata de conserva, una dotación con pocos gramos de arroz, lentejas y café, isotónico y agua, un vaso, cepillo de dientes, pasta, crema protectora, antimosquitos, afterbite, lonas, mantas, esterillas, un quinqué, un machete, champú, jabón y un kit de pesca.
16:38
Nos quedamos ya solos los 5 periodistas y nos dividimos en dos grupos. Mientras unos intentan hacer fuego otros nos vamos a las rocas a buscar caracolas y lapas que nos sirvan de cebo a la hora de pescar. Hay que tener cuidado para no pegarse un resbalón y tener muy en cuenta qué especies son las que están protegidas y por tanto no podemos coger, como por ejemplo los erizos.
Los cinco periodistas nos despedimos del equipo, quedándonos en playa Uva
17:02
Con la recolección hecha, rompemos las caracolas para quedarnos únicamente con el bicho que pondremos en el anzuelo que ya tenemos atado al hilo de pescar. Mientras, pelamos los cocos, algo que parece tarea fácil pero que no lo es en absoluto. Toda la piel nos servirá también para avivar el fuego.
17:11
Se prepara la lona sobre la que luego dormiremos (spoiler: luego la movimos para no estar justo debajo de los árboles por lo que pudiera pasar).
17:17
Probamos el isotónico. Teníamos muchas ganas de ver a qué sabe después de estar viendo cómo los concursantes lo beben constantemente. Sabe a Tang de naranja, un agua azucarada con sabor a esa fruta.
Pescando en Playa Uva
17:32
¡Tenemos fuego!
18:24
Llega el momento de volver a meterse en el agua con la tranquilidad de ya tener fuego y de ya haber pescado. Es tiempo de disfrute, de relax, de risas, de confesiones y de fotos. Hablamos de lo privilegiados que nos sentimos por estar viviendo esta aventura.
18:33
Salimos del agua, porque nos damos cuenta que poco a poco ha ido anocheciendo y ya es noche cerrada. Empiezan a salir más animales y alucinamos con la cantidad de tipos (¡y tamaños!) de cangrejos y de cucarachas que hay.
19:17
Sobre la hoguera que hemos montado, colocamos la olla que nos han proporcionado llena de agua que hemos sacado del barril y esperamos que se ponga a hervir. En cuanto empieza, echamos las lentejas y un poco después el arroz. Al mismo tiempo, hacemos dos espetos con los pescados que hemos cogido y se van haciendo poco a poco junto a las llamas.
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19:56
El pescado ya está hecho. Lo probamos pero más por seguir con la aventura que por hambre. De hecho, solo cogemos un poquito por miedo a lo que pudiera pasar, pues no sabíamos exactamente qué pescado era, si era comestible y en qué estado estaría. Pero no nos íbamos a quedar sin hacer la cata... Poco después probamos el coco y vamos controlando cómo va el arroz y las lentejas. ¡Ups, está soso! No pensamos en echarle agua del mar.
20:20
Se ha quedado una noche espectacular. Se ve la vía láctea de una forma muy clara y nos quedamos contemplándola durante varios minutos. No hay nubes, no hay contaminación, y se ven las estrellas como nunca. Tras este rato de tranquilidad, la cena ya está hecha y nos lo comemos directamente de la olla usando un trozo de la cáscara de coco como cuchara.
No sé a qué hora realmente nos dormiríamos, pero totalmente a oscuras es momento de empezar a contar historias de miedo y reírnos a carcajadas. Además, cuando parece que empezamos a coger el sueño, un mínimo movimiento de un compañero, un ruido extraño o el calor, nos hacen abrir de nuevo los ojos como búhos.
06:36
Nos despertamos. ¡Noche superada! No nos han pasado iguanas por encima o, al menos, no nos hemos entrado. Eso sí, estamos empapados de sudor por lo que en menos de 10 minutos ya estamos con el bañador y dentro del agua dándonos el primer baño con el que refrescarnos y empezar la jornada.
07:32
Seguimos en el agua y nos preguntamos cuándo vendrán a por nosotros. Nos habían dicho que a partir de las 5:45h que es cuando salía el primer barco, pero en ningún momento se había concretado. También sabíamos a las 14:00h empezaba la gala y que vendrían antes del comienzo, aunque era un rango muy grande y de incertidumbre.
08:15
En la misma olla en que habíamos hecho el arroz y las lentejas, preparamos ahora el café. Lo filtramos en un saco que encontramos entre todos los objetos y lo pasamos directamente a nuestros vasos. ¡A desayunar!
09:00
Nos volvemos a meter al agua, esta vez con las gafas de bucear. Es espectacular todo lo que se ve en el Caribe empezando por los corales y acabando por múltiples especies animales. Impone un poco, y más después de conocer que hay tiburones por la zona, pero si te dejas llevar es una de las sensaciones más relajantes que hay.
Baño, en Playa Uva
10:20
¡Vienen a por nosotros! Estando en la playa vemos cómo se acerca la lancha con el equipo del programa que viene a nuestro rescate. Rápidamente, recogemos todo, plegamos las esterillas y doblamos las mantas, metemos nuestras cosas en el saco (incluido el vaso que nos lo dan de recuerdo) y ya nos metemos en la barca dando por finalizada esta velada excepcional.
La reflexión final
Es un lujo poder haber vivido la aventura y agradecemos de manera infinita a la producción del programa que, pese a la enorme cantidad de trabajo que tiene para sacar el reality adelante, ha dado más de sí para que podamos tener esta experiencia inmersiva. Somos conscientes de que pese a haber contado con las condiciones de los concursantes, no tiene ni punto de comparación una experiencia con otra.
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Nosotros ha sido una noche, no llevamos alrededor de 90 días como ellos. No tenemos cansancio acumulado. No tenemos pruebas que son un derroche de energía. Habíamos comido ese día y teníamos la certeza de que comeríamos al día siguiente. Y teníamos un walkie que si queríamos podríamos pedir ayuda. Pero jo, ¡qué experiencia tan única!