La televisión digital terrestre (TDT) no termina de despegar con fuerza en España y, sin embargo, genera importantes tensiones entre los protagonistas del sector. Las principales cadenas de televisión de ámbito nacional que emiten en este estándar se quejan de los precios 'abusivos' que pretende cobrarles Abertis, informa hoy el diario Cinco días. Hasta la fecha, el precio medio que tenían que pagar los radiodifusores por la distribución de sus señales en digital se situaba en torno a los 10 millones de euros al año. Esta cantidad les daba derecho a que sus señales llegaran al 80% de la población.
Según la legislación aprobada por el Ministerio de Industria, es obligación de los canales incrementar la cobertura de su distribución hasta el 90% de la población en el año 2008. Ahora, el Ejecutivo ha elaborado un borrador de reglamento que incorpora una exigencia intermedia para los radiodifusores, por la cual el 85% de la población debe poder ver la TDT en julio de 2007.
El problema entre los operadores de canales digitales de televisión terrestre y su transportista se ha suscitado en el momento en que han comenzado a negociar las condiciones económicas para ampliar la cobertura desde el actual 80% hasta el 90% de la población. Los radiodifusores afirman que Abertis se comporta de forma abusiva, ya que pretende fijar una tarifa de 25 millones anuales, 15 millones más de lo que abonan en la actualidad.
Fuentes oficiales de Abertis aseguraron que la ampliación de cobertura del 80% al 90% de la población implica 'multiplicar por 10 el número de centros de difusión necesarios'. La compañía justifica que 'con un solo centro en Madrid o Barcelona se alcanzan los cuatro o cinco millones de habitantes, mientras que en Asturias, para cubrir una población de un millón de habitantes, se necesitan 183 centros'.
En cualquier caso, Abertis señala que el aumento de la cobertura de la transmisión de la TDT hasta el 90% de la población todavía 'no está planificada' por el Ministerio de Industria, y que la empresa catalana 'no ha abierto negociaciones con los radiodifusores'. En referencia a las tarifas que barajan los canales, la dueña de Retevisión asegura que 'son hipótesis de trabajo'.
Abertis recuerda que la difusión de televisión 'es un mercado abierto y regulado' lo que permite 'el acceso por cualquier operador a la red nacional de difusión de Abertis Telecom'.
Situación del mercado
Ante las quejas de las televisiones, la empresa catalana señala que 'los radiodifusores pueden tomar la decisión de contratar las ampliaciones de cobertura' y que, en ese momento, 'podrán hacerlo con Abertis Telecom o con cualquier otro operador presente en el mercado'.
Los radiodifusores afirman, sin embargo, que la liberalización del sector de transporte de señal es más teórica que real. Si bien existe una normativa que permite a terceras empresas utilizar la red de Retevisión y a los canales contratar servicios con dichas compañías, en la realidad el único transportista que ofrece una mínima garantía es Abertis, y esto supone 'un monopolio de hecho', aseguran fuentes del sector.
Las cadenas de televisión comenzaron las emisiones en televisión digital terrestre en el mes de noviembre del año pasado. Entre esa fecha y abril de 2010, cuando se prevé el denominado apagón analógico (se espera que entonces todas las emisiones de televisión sean únicamente en digital), las televisiones tendrán que ir cumpliendo objetivos de cobertura a fin de llegar dentro de cuatro años a entre el 95% y el 98% de la población.
Además, Industria exigirá en su nueva normativa a las televisiones que presenten una planificación detallada de cómo pretenden realizar la transición desde la tecnología analógica a la digital. Una nueva obligación que los radiodifusores no ven con buenos ojos hasta que no se resuelva el contencioso del precio que deberán abonar a Abertis para incrementar la cobertura de los hogares a los que llevan la señal.
Transición. Problemas de cobertura, antenas y descodificadores
Las cadenas de televisión consideran que, además de la cuestión de la cobertura, el problema fundamental para el impulso de la nueva tecnología digital y para el desarrollo de contenidos en este estándar se encuentra en el número de personas que efectivamente ven la TDT, una vez realizada la adaptación de las antenas para recibir la señal y tras la adquisición del equipamiento (descodificador digital o televisor con éste incluido).
Para las televisiones, el porcentaje de espectadores que tienen acceso a la nueva tecnología digital es aún prácticamente irrelevante en términos de ingresos por publicidad y, por tanto, de rentabilidad. Así, sólo una mínima parte de los ciudadanos incluidos en ese 80% de cobertura reciben efectivamente la TDT.
El ministerio de Industria cifró en junio en más de tres millones de hogares, es decir, más de nueve millones de ciudadanos, los que ya ven los canales de la TDT.
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Las primeras mediciones de TNS Sofres de la nueva tecnología (realizadas en abril) apuntaban que sólo el 1,8% de la audiencia total era a través de la televisión digital terrestre, es decir, 668.000 hogares.