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Huntington, lupus, lesmaniasis y porfiria son algunas de las enfermedades raras con las que ya están familiarizados cerca de 82 millones de espectadores en todo el mundo gracias a la extraordinaria labor médica del carismático y antipático jefe de Nefrología y Enfermedades Infecciosas del Princeton Plainsboro. La labor divulgativa y los brillantes diagnósticos clínicos de Gregory House llegan a su fin este jueves, 21 de junio, fecha en la que Cuatro cerrará la consulta del impredecible facultativo a las 22:30 horas con la emisión del último episodio de la octava temporada de 'House'.
La cadena ha diseñado una programación especial que recuperará los mejores episodios de la ficción: algunos de ellos serán sugeridos por famosos prescriptores, mientras que otros llegarán por decisión de los internautas que decidirán los cuatro capítulos que desean volver a ver en Cuatro. Asimismo, se ofrecerán los capítulos más representativos de los colaboradores del famoso doctor como Chase, Cuddy, Cameron y Wilson, entre otros.Gran éxito internacional
Con 81,8 millones de espectadores en 66 países, 'House' es, según el libro Guiness World Records 2012, la serie más popular del mundo. Aplaudida por el público internacional, la emisión de la octava temporada en el prime time de los jueves en Cuatro acumula una media de 1.794.000 telespectadores y un 9,4% de share. Respecto al target comercial, el parámetro más atractivo para los anunciantes, el drama médico protagonizado por Hugh Laurie, eleva en 3 puntos su media hasta alcanzar el 12,4% de share.
En cuanto al reparto de share por targets, la serie es seguida mayoritariamente por los telespectadores con edades comprendidas entre 13-24 años (10,8%), 25-34 años (13%), 35-54 años (12,7%) y de clase socio- económicas alta y media- alta (11,6%) y media (9,9%). Asimismo, aventaja a su inmediato competidor en todos los mercados autonómicos superando su dato medio en Madrid (12,8%), Aragón (10,5%), Valencia (10%) y Canarias (9,8%).
La crítica también se ha rendido al encanto del doctor Gregory House, distinguiendo a la ficción con un total de 40 estatuillas y 102 nominaciones y convirtiéndola en una de las producciones más aclamadas de la historia de la televisión. Entre los galardones que encabezan su palmarés figuran cinco Premios Emmy, dos Globos de Oro a Hugh Laurie al Mejor Actor de Televisión, cinco Satellite Awards, cuatro People's Choice Awards, cuatro Golden Reel Awards, dos Image Awards a Omar Epps al Mejor Actor Secundario de Serie Dramática, un Screen Actors Guild Award a Laurie al Mejor Actor de Serie Dramática, un Teen Choice Award y dos Television Critics Association Awards, así como dos Premios Ondas a la Mejor Serie Extranjera y tres TP de Oro a la Mejor Serie Internacional, entre otros reconocimientos.
La historia de un irreverente y sarcástico médico
Fruto de una infidelidad de su madre Blythe mientras su marido John House, piloto de la Marina estadounidense, se encontraba de servicio, Gregory House mantuvo desde la infancia una tensa relación con su padre marcada por la infelicidad y la falta de afecto, circunstancias que forjaron su cínico carácter. Tras ser admitido en la prestigiosa facultad de Medicina de la Universidad John Hopkins de Baltimore, se convierte en uno de los estudiantes más brillantes de su promoción.
Tras ser expulsado de la John Hopkins debido a un grave incidente académico, House completa sus estudios médicos en la Universidad de Michigan, donde conoce a Lisa Cuddy. Realizadas sus residencias en patología, nefrología y enfermedades infecciosas, acude a una convención médica en Nueva Orleans donde traba amistad con Wilson, un experto oncólogo.
Su indiferencia por la ética médica y el protocolo y su incapacidad para trabajar en armonía con sus subordinados y supervisores hacen que sea despedido del centro hospitalario en el que trabaja. Es entonces cuando se reencuentra con Cuddy, jefa médica del Princeton Plainsboro, que lo contrata por su talento y genialidad diagnóstica.

Sus inicios en el hospital no son fáciles, ya que rehúye a sus pacientes, labor que delega en los miembros de su equipo: el intensivista Robert Chase, la inmunóloga Allison Cameron y el neurólogo Eric Foreman, con los que trabaja varios años. Cuando algunos de sus facultativos le abandonan, son reemplazados por otros profesionales médicos como los doctores Remy Hadley, Lawrence Kutner, Jessica Adams y Chi Park.
Años antes de unirse a la plantilla de Princeton Plainsboro, un infarto muscular en una pierna le dejó dos importantes secuelas: una cojera permanente y una adicción a la vicodina, con la que mitiga los fuertes dolores que padece. Su fuerte dependencia al fármaco le ha provocado alucinaciones y bruscos cambios de comportamiento, así como el ingreso en un psiquiátrico y en prisión.
Las personas que han marcado su vida
Son muchos los colegas, subordinados, conocidos y amantes que han pasado por su vida, pero muy pocos los que le han dejado huella, ya que él siempre ha mantenido las distancias con quienes deseaban conocerlo mejor. Tan sólo cuatro personas han logrado traspasar su infranqueable barrera:
James Wilson: el mejor y único amigo de House siempre le ha admirado por sus impresionantes habilidades médicas, al tiempo que se ha mostrado protector con él disculpando sus bruscos comportamientos o ayudándole a solventar sus problemas.
Stacy Warner: es la expareja y la mujer que más le ha marcado en su vida. A pesar de la fuerte atracción física e intelectual entre ambos, su relación se rompió tras la controvertida decisión médica que provocó en House su discapacidad.
Lisa Cuddy: durante años ha tratado de refrenar su atracción por el experto nefrólogo, pero sus sentimientos hacia él hicieron que Lisa pusiera fin a su compromiso con otro hombre e iniciara un romance con Greg, que finalizó cuando descubrió que el médico era incapaz de superar su adicción a la vicodina.
Dominika Petrova: en un inusual acto de generosidad, Gregory House contrajo matrimonio con la joven ucraniana para ayudarle a conseguir la tarjeta de residencia. Cuando el Departamento de Inmigración les investigó para determinar si su enlace constituyó un matrimonio de conveniencia, ambos fingieron ser la pareja perfecta, convivencia que despertó en House nuevos sentimientos por Dominika.
Las frases míticas del Doctor House
Su absoluta falta de tacto y de diplomacia y su desprecio por llevar a cabo "lo políticamente correcto" han convertido a House en el facultativo más extravagante de la televisión. Irreverente, deslenguado y cínico, el reputado nefrólogo ha desplegado su fina ironía desde que la doctora Lisa Cuddy lo contrató para unirse a la plantilla del Princeton Plainsboro.
Especialista en llevar su franqueza al extremo, Gregory House, un doctor malhumorado y antisocial, ha dirigido su sarcasmo tanto a superiores jerárquicos como a sus subordinados y pacientes. Dos son las frases legendarias que encabezan la incontinencia verbal del impredecible y fascinante galeno: "No es lupus" y "Todo el mundo miente". Su impertinencia con los pacientes a su cargo queda patente con frases célebres como:
"Tranquila, soy médico. Tus tetas espectaculares no son nada para mí"
"Le salvé la vida, con gusto se la desalvo"
"¿Preferiría a un médico que le coja la mano mientras se muere o uno que le ignore mientras mejora?"
"Su marido ¿era fetichista o se enamoró de las largas piernas de su alma?"
"Parece que mear sangre está de moda"

A Cuddy, la eficiente directora del Princeton Plainsboro, le ha dirigido "perlas" como:
"Venga ya, esa falda que llevas no tiene secretos, se te ve hasta el DIU"
"Una pequeña satisfacción para un hombre, un gran culo para la humanidad"
"¡Venga, vale te haré un hijo! Pero tienes que recetarme las pastillas"
Implacable y en ocasiones cruel: así ha tratado a su equipo con frases como:
"¿Tu paciente? Ya habrá tiempo para salvarla"
"Has mentido tres veces. ¡Bienvenida al infierno!"
"Epi, llévate a Blas a la oficina del paciente"
"Espero que practicaras la inmaculada contracepción"
"Ese laboratorio es tan solvente como un niño con un juego de química"
"Ponle inmunoglobulina. Si mejora gano yo, si muere tú"
Sus ácidos puntos de vista sobre la ética y la sociedad se han materializado en reflexiones como:
"La humanidad y yo empezamos muy jóvenes"
"Las cosas buenas suelen pasar, pero las cosas malas a veces pasan"
"La mitad de las personas que salvo no merecen una segunda oportunidad"
"¿Te acuerdas del tema ético que me da igual?"
Asimismo, se ha referido a su adicción a la vicodina en los siguientes términos:
"Los drogatas no son célebres por su sinceridad, se lo digo yo"
"Me tomé una vicodina y luego muchas más. Etcétera"