Belén Esteban vuelve a ser noticia. Tras más de una década como rostro fijo de la televisión española, la de San Blas sigue siendo objeto de análisis tanto nacional como internacional. En esta ocasión ha sido el periódico francés Le Monde quien publica un reportaje sobre "la princesa del pueblo" en el que analiza en tono ridiculizante el fenómeno televisivo de la última década.
La madrileña, que se autodefine copresentadora de 'Sálvame', aparece en un destacado de la portada del rotativo de este domingo. La información forma parte de una serie de cinco artículos que el diario ha dedicado a personalidades destacadas del paisaje audiovisual internacional. Así, esta vez le ha tocado el turno a "esta rubia de 39 años, excesivamente delgada y con la cara estropeada por la vida".Así, Le Monde publica un perfil de la colaboradora de 'Sálvame', a la que denomina como "la reina ibérica de los talk-shows'', y en que análiza la vida de Belén Esteban, desde su noviazgo con Jesulín, su paso por "Ambiciones", hasta sus problemas con Fran Álvarez.
Con un tono ridiculizante, el diario galo habla de Belén Esteban como la chica que "habría querido ser monja o un ama de casa normal". A la pregunta de "¿Le gusta su trabajo?", el diario asegura que la de San Blas contesta "masticando algo de comida", que es lo que le "ha tocado vivir".
Le Monde tacha a Belén Esteban de ser "el juguete de Telecinco y de su público" y recoge su sentimiento sobre su posible final en la televisión. "¿Dejar la tele?. Pienso en eso, pero tengo demasiada gente a cargo, mi madre, mi hermano... Y de todos modos, no podría. La prensa, la gente, no me dejarían".
Miguel Roig: "El público espera ver el momento en que este personaje se estrelle"
Sandrine Morel, corresponsal del diario en Madrid, detalla que Belén Esteban saltó a la fama en 1998 gracias a una relación sentimental con el torero Jesulín de Ubrique y que reúne cada tarde frente al televisor a cerca de dos millones de telespectadores durante las cuatro horas que dura el programa de Telecinco. Y que "a pesar de su grosera forma de hablar y de sus maneras rudas" obtendría el 7,9% de los votos si se presentara a unas elecciones generales, según un sondeo del 2010.
"Es un ejemplo de hiperrealismo. Sus lágrimas parecen tan reales como las lágrimas reales, explica Miguel Roig, autor del libro 'Belén Esteban y la fábrica de porcelana'. El escritor afirma que "el público espera ver el momento en el que este personaje se estrelle". Por su parte, el profresor de la Universidad Carlos III de Madrid, Gerard Imbert, opina que "es el símbolo de la degradación de la televisión, y también del discurso público, tanto a nivel de contenido, trivial, como a nivel de forma, basada en descalificar a otro".
Le Monde escribe que ella se defiende alegando que "es lo que pide la gente". Y, según Roig, también lo que quieren los responsables del programa, porque "si Belén Esteban resuelve sus problemas, el 'show' se termina".
