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13tv estrena este viernes a las 22:00 horas una nueva temporada de 'Misioneros por el Mundo' con varias novedades. El programa cambia su día de emisión del jueves al viernes y, además, su periodicidad. A partir de esta semana, será quincenal compartiendo día y horario con 'Al Descubierto', espacio presentado y dirigido por Inmaculada Galván.
Las cámaras de 'Misioneros por el Mundo' ponen rumbo en esta nueva temporada a destinos tan singulares como Filipinas, Taiwán, Brasil y Venezuela. Los reporteros han fijado sus objetivos esta semana en Manila, una gran urbe en la que más de un 23 por ciento de sus habitantes pasan hambre. Allí, la pobreza es extrema. Más de 200.000 personas sobreviven como pueden con un euro al día después de haber pasado toda la jornada hurgando en las basuras. En esta ocasión, los micrófonos del programa recogen los testimonios de cinco misioneros que trabajan en comedores sociales, hospitales, orfanatos, cárceles... de la ciudad para ayudarles a mejorar su calidad de vida.Los cinco protagonistas reconocen las duras condiciones de vida de buena parte de la población de Manila, pero todos ellos tienen en común la satisfacción por la labor que desarrollan y, más que nada, la respuesta que reciben de sus gentes. Pese a sus escasos medios y la pobreza que les rodea, siempre tienen una sonrisa en señal de agradecimiento.
Imagen de un mercado de Filipinas
Vida entre basuras
El padre Julio Cuesta, de la orden Pequeña Obra de la Divina Providencia, lleva 8 años en Filipinas. Él mostrará a los espectadores cómo sobreviven los habitantes de Payatas, un barrio de Metro Manila convertido en un auténtico basurero. Más de 200.000 personas rebuscan diariamente durante horas entre los desperdicios para sacar menos de un euro al día. La mayor parte de los niños del barrio están desnutridos. Los gases tóxicos que desprenden los residuos provocan enfermedades respiratorias y la falta de higiene propaga la tuberculosis.
Cada año hay más de 250.000 nuevos casos de tuberculosis en Filipinas
El padre Julio ayuda en ocho comedores infantiles, una clínica para tuberculosos y varias escuelas fundadas por su congregación para mejorar la vida de los habitantes del barrio y, al mismo tiempo, dirige un Cottolengo, una institución para niños con discapacidad psíquica y física, huérfanos, abandonados en la calle u hospitales.
La tuberculosis es uno de los grandes problemas de salud en Filipinas debido a la falta de higiene. Cada año hay más de 250.000 casos nuevos. Los filipinos no acuden a los centros de salud porque no pueden costear su pago. Si necesitan cualquier tratamiento, tienen que pagar todo el material, hasta las gasas y el algodón. Por eso, los pobres deciden morir en sus casas, resignados ante su destino.
Una deportista de élite convertida en misionera y ancianas con dotes artísticas
La hermana Mapi Rodríguez aterrizó en Manila hace menos de un año y revelará una historia muy curiosa. En el año 94 se proclamó campeona de España de Saltos de Trampolín, pero su vida no le "llenaba". Entonces decidió convertirse en misionera y ahora colabora en Baseco, uno de los barrios más pobres de Manila, para ayudar a personas mayores y niños a cubrir sus necesidades básicas. Y, sobre todo, ofrecerles mucho cariño.
Muchos filipinos, desesperados ante la situación de pobreza y la falta de trabajo, deciden buscar fortuna fuera del país. El padre Jesús Prol, dominico y residente en el país desde hace cuatro décadas, nos habla de todas esas familias que acaban rotas por culpa de la miseria. También nos presenta a la hermana Celia Fociños, la directora de una residencia de ancianas que los padres dominicos ayudaron a construir. Estas señoras mayores están muy agradecidas con el trato que reciben de las hermanas y encantadas de enseñar sus dotes artísticas al programa Misioneros por el Mundo