El pasado 22 de septiembre se halló el cadáver de Ruth Thalía Sayas, una joven de 19 años que participó en 'El valor de la verdad', la versión peruana del programa presentado por Emma García en España. El asesinato fue cometido por Bryan Romero Leiva, exnovio de Ruth, que confesó el crimen a la policía, alegando que la joven no había cumplido su parte del trato de repartir el dinero que había ganado la concursante.
La víctima Ruth Thalía Sayas
La noticia ha revolucionado tanto la prensa del país como las redes sociales, donde se han vertido múltiples críticas al formato, al presentador y demás. Fernando Vivas, crítico televisivo valorado en el país no dudo en culpar directamente al programa donde admitía que se trataba de "un caso extraordinario de televicidio". Por el contrario, el presentador de 'El valor de la verdad', Berto Ortiz, se ha defendido de las acusaciones hacía el formato. "Estamos consternados y están las puertas abiertas a la investigación de este crimen horrendo", puntualizó el presentador.
'El juego de tu vida': Un cuestionario de 21 preguntas
Con la verdad por bandera: de este modo tienen que hacer frente los participantes de 'El juego de tu vida', acompañados de algunos miembros de su familia y de su entorno más cercano, al cuestionario de 21 preguntas que Emma García les efectua cada semana durante el transcurso del programa. Las cuestiones que integran cada test son seleccionadas de entre las 200 preguntas que 24 horas antes el concursante ha respondido sobre diversos aspectos de su trayectoria vital bajo la rigurosa vigilancia del polígrafo.
La dirección del programa lleva a cabo esta selección atendiendo a criterios como los pensamientos, las costumbres o los hechos protagonizados por el concursante. Las cuestiones hacen referencia además tanto al pasado como al presente y al futuro del participante. Una vez elegidas las preguntas que se le efectuarán durante el programa, éstas se distribuyen en seis niveles de dificultad, que van in crescendo conforme el participante se vaya "internando" en el cuestionario. El grado de dificultad de cada una de las cuestiones crece de modo directamente proporcional al nivel de compromiso con la verdad del concursante.