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El actor Rowan Atkinson, famosos por dar vida al mítico Mr. Bean, vuelve a estar de actualidad, aunque en esta ocasión no es por ningún trabajo en el mundo de la interpretación ni por protagonizar la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos. El cómico se ha convertido en uno de los rostros visibles de la plataforma "siéntete libre de insultarme", que luchas por la derogación de una ley vigente en el Reino Unido durante más de 26 años.
Esta ley, nacida en 1986 en el Reino Unido prohíbe el uso de "palabras, comportamientos y signos amenazantes, abusivos o insultantes" en el país. Sin embargo, pese a los 26 años que lleva vigente, muchas personas consideran que se trata de un atentado contra la libertad de expresión. Es por ello que se ha creado una plataforma que promueve la derogación de la ley.
Rowan Atkinson ha dado vida al mítico Mr. Bean
Rowan Atkinson ha grabado un vídeo apoyando al movimiento en el que expresa que el principal "problema de proscribir los insultos es que cualquier cosa se puede interpretar de ese modo: la crítica, la caricatura, el sarcasmo. Incluso mantener una opinión distinta a la ortodoxa se puede considerar un insulto". Lo cual entra en clara confrontación con el derecho a la libertad de opinión.
Casos de aplicación de la ley
La página web del movimiento, que trabaja a través del slogan "siéntete libre de insultarme" cuenta algunos de los casos más llamativos en los que la aplicación de la ley ha dejado curiosas anécdotas.
Jamie Murray, propietario de una cafetería cristiana fue avisado por la policía de que no podía seguir poniendo DVD's en su establecimiento que contuviesen textos extraídos del Nuevo Testamento, pese a que su local era abiertamente religioso, ya que un cliente no católico se había sentido insultado al leerlos. Pese a que finalmente no fue arrestado ni amonestado, la aplicación de la ley fue estudiada.
Otro ejemplo sorprendente es que los miembros de una plataforma contra el maltrato animal fueron detenidos por protestar contra el asesinato de animales para utilizar sus pieles. Durante la manifestación mostraron peluches pintados de rojo imitando sangre. Dos personas que estuvieron cerca de la protesta se quejaron de que la recreación de animales muertos les había ofendido, por lo que los manifestantes fueron detenidos.
