Deprimida, alicaída y sola. Unos adjetivos que, sin embargo, no reducirán un ápice la comicidad de 'Aída', la serie que regresa hoy a Telecinco (23:00 horas) tras el descanso estival con nuevos episodios de la tercera temporada. Y es que así se siente la protagonista al sumar un nuevo fracaso a su desafortunado historial amoroso. Su desánimo tras la ruptura con Chema y sus esfuerzos por "pasar página" quedarán patentes a partir del domingo 10 de septiembre.
El humor y la ironía con los que la protagonista afronta los problemas cotidianos y las dificultades económicas, así como su relación con su familia y el vecindario de Esperanza Sur han cautivado semanalmente a una audiencia media de casi cuatro millones de telespectadores. En lo que va de temporada, 'Aída' es líder del prime time dominical en todos los episodios.
La excelente labor interpretativa de su elenco de actores encabezado por Carmen Machi, Pepe Viyuela y Paco León, sus guiones cuidados, sus desternillantes diálogos y el irónico relato de las aventuras de un simpático grupo de perdedores de un barrio popular han convertido a 'Aída' en un éxito y en la segunda serie más vista de Telecinco en la temporada 2005-2006.
Junto a la gran acogida de la audiencia, la crítica ha distinguido a la comedia con prestigiosos galardones como tres Premios de la Unión de Actores, el Premio Protagonistas 2005, dos Premios TP de Oro y dos Premios Fotogramas de Plata, entre otros reconocimientos.
'Aída', líder en el 100% de sus emisiones con 27,4% de share
'Aída' se alza como líder del prime time dominical con una audiencia media de 3.989.000 telespectadores (27,4% de share) en la parte de la temporada emitida desde el pasado 14 de mayo al 16 de julio. En el denominado target comercial la comedia elevó en más de 4 puntos su media de audiencia, alcanzando un registro del 31,5% de share.
Su hegemonía es clara en su banda de emisión, en la que duplica la cuota de TVE 1 (con una diferencia de 14,2 puntos) y aventaja en 13 puntos a Antena 3.
Por comunidades autónomas, la comedia es seguida mayoritariamente en Euskadi (34,4%), Valencia (33,3%), Madrid (31,3%) y el denominado Resto (30,3%).
Aída, una mujer sin suerte en el amor
Tras un fracaso matrimonial y varias relaciones fugaces que apenas han dejado huella en su vida, Aída debe encajar un duro golpe: su ruptura con Chema, un romance por el que luchó con todas sus fuerzas pero que concluyó debido a las grandes diferencias existentes entre ambos. Como consecuencia de ello, la heroína de Esperanza Sur se viene abajo.
A raíz del desengaño amoroso, Aída parece haber perdido la ilusión. Su autoestima está por los suelos, la tristeza le embarga y su familia ha quedado en un segundo plano. Tanto es así, que se desentiende por completo de las tareas domésticas y el desorden y la suciedad no tardan en invadir el hogar de los García. Poco a poco, Aída irá reconduciendo su vida sentimental lejos del tendero.
Mientras Chema intenta recuperar la normalidad de su vida, Fidel le ocasiona un gran disgusto cuando le comunica su deseo de residir junto a su madre tras sucumbir al encanto de Pippo, el nuevo novio de ella. Sin embargo, la arrogancia de Pippo logra devolver al joven junto a su padre.
La preocupación de Mauricio por el dinero continúa siendo una de sus prioridades, por lo que no duda en utilizar a Luisma para vender unas tierras sin apenas valor recibidas en herencia y organizar un concurso de belleza en el Reinols para garantizar la continuidad del negocio tras la inauguración de un nuevo bar en el barrio.
Por una vez, Eugenia deja atrás su carácter malhumorado con motivo de la cena anual de la antigua Compañía de Vedettes, evento al que acude acompañada de Paz.
Ambas iniciativas resultan ser un fracaso. Chema regresa solo a casa con su autoestima gravemente dañada al ver cómo sus dos amigos logran seducir a la dueña del local y Aída despunta en la fiesta de Paz como una experta en ahuyentar a los hombres de su lado.
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El desánimo de Aída se traslada irremediablemente al ámbito familiar y su hogar se convierte en un estercolero debido a su falta de vigilancia y a la desidia de los demás miembros del clan. Ante la gravedad de la situación, Fidel convence a Lorena para que tome cartas en el asunto. Gracias a sus dotes de mando y a una férrea disciplina, la joven logra erradicar la degradación de su casa.