Estados Unidos ha puesto en marcha '7 Days of Sex' ('7 días de sexo'), un nuevo reality show en el que parejas al borde del divorcio se someten a desafíos sexuales para salvar su matrimonio. El programa reta a parejas a reservar un tiempo diario para la intimidad ante la crisis por la que están pasando. Cada semana los productores siguen a la pareja, quienes han aceptado voluntariamente formar parte de este reto antes de terminar con la relación, y les proponen siete días de sexo y algunos "deberes" fuera de la habitación.
Dichos "deberes", en muchas ocasiones, dan respuesta a todos los problemas que afectan a la relación y, es por ello, que la audiencia estadounidense está enganchada al formato.'7 Days of Sex' ('7 días de sexo')
Ha sido tanto el éxito de '7 Days of Sex' que +E Networks ha licenciado el formato del reality para su distribución en Europa. A su vez, se producirán cuatro episodios del programa para países como Alemania, Austria, Escandinavia, Noruega, Dinamarca o Suecia.
'7 Days of Sex', al filo de la polémica
A pesar del éxito del programa y las miles de personas que se apuntaron para poner una solución a su relación, o tener sus cinco minutos de fama; el programa ha ido de la mano de la polémica desde que se estrenó.
Los sectores más conservadores han solicitado que el público no vea el programa y que retiren su emisión ya que "es una ofensa a las buenas costumbres de la sociedad norteamericana" y "un mal ejemplo de los padres que allí salen para nuestros niños".
España ya emitió 'Sex Academy'
Hace un año que Cuatro estrenó 'Sex Academy', programa que trató de resolver los problemas de 5 parejas, algunas a punto de la ruptura, mediante ejercicios semanales. Tomar un baño erótico, realizar un masaje sensual, conocer el cuerpo propio y el de la pareja o aprender a seducir, fueron algunos de los ejercicios planteados.
En cada edición de 'Sex Academy', la sexóloga Marian Frías se encargaba de abordar una lección teórica (como las claves del orgasmo, el conocimiento del cuerpo o el uso de juguetes sexuales) y, posteriormente, encomendaba a cada pareja una serie de deberes personalizados acompañados de pautas concretas que tendrían que poner en práctica en sus respectivas casas.
Las cámaras personales de los alumnos recogerían la preparación o los ensayos de los ejercicios, encaminados a aumentar su empatía y complicidad.