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'House of Cards' es la nueva serie de moda en Estados Unidos. Protagonizada y producida por Kevin Spacey, se trata de un drama político sobre las miserias -y la corrupción- en Washington D.C.
La peculiaridad de esta nueva producción de 13 capítulos de 50 minutos, adaptación de una serie de la BBC, es que no puede verse en ninguna gran network estadounidense, tampoco en cadenas de cable. 'House of Cards' es la primera superproducción de Netflix, el servicio de suscripción de series y películas por streaming a través de la red.La serie empezó a gestarse en 2011 de la mano del director David Fincher ("La red social") y la productora independiente Media Right Capitals, que compró los derechos de la original al operador británico. Fueron a vender la idea a grandes cadenas como Showtime, AMC e incluso HBO, pero Netflix sorprendió ganando la puja y encargando desde el principio dos temporadas de 13 capítulos.
"Una nueva perspectiva"
'House of Cards' supone una revolución en la manera de crear y consumir contenidos audiovisuales. Fincher dirigió los dos primeros capítulos y repartió el resto en bloques entre cinco reputados directores. Cada uno tuvo 20 días para rodar su parte, una duracióm mayor al de resto de producciones que convirtió el rodaje en pequeñas películas con el tiempo suficiente para intimar con el equipo.
'House of cards' tiene un presupuesto de 100 millones para 26 capítulos
Sorprendente ha sido también la forma de distribución de la serie. Los 13 capítulos se lanzaron al mismo tiempo, a primeros de febrero, sin tener que esperar una semana para ver el siguiente capítulo. "Era una opción desde el principio", confiesa Fincher. "Estuvimos viendo cómo la gente consume nuestros contenidos, y creemos que el mundo está preparado para esta nueva idea de que puedes tenerlo todo a la vez", afirman desde Netflix.
'House of Cards' se ha lanzado simultáneamente en todos los países en los que opera Netflix y está incluida dentro de la suscripción al servicio. La promoción de la serie ha sido silenciosa: el sistema la ha recomendado a aquellos usuarios que han visto ficciones parecidas y al público objetivo. Para los no abonados, Netflix permite ver el primer episodio gratis en su web, y ha iniciado una pequeña campaña publicitaria.
A diferencia de la televisión convencional, Netflix no busca resultados inmediatamente, sino que espera la rentabilidad del proyecto a largo plazo. "Otras cadenas tienen mucha presión para que la gente vea lo que producen en una estrecha ventana de tiempo. No creemos que ese sea el conductor para hacer gran televisión", declaran.
"La primera serie creada para la generación bajo demanda" ha cosechado además grandes críticas entre espectadores y profesionales. Netflix cuenta además con los medios técnicos para medir exactamente la audiencia de la ficción pero 'House of Cards' no entra dentro de las mediciones de audiencia oficiales, por lo que el gran público no sabrá la repercusión de la serie a menos que Netflix quiera desvelar los datos.
Las dos primeras temporadas de 'House of Cards' cuentan con un presupuesto de 100 millones de dólares, estando previsto el estreno de la segunda tanda de capítulos para comienzos de 2014. Sólo el tiempo dirá si este arriesgado experimento es rentable y si la serie consigue una tercera o cuarta temporada.