Ana García Lozano arranca este lunes su cuarta semana al frente de 'Tenemos que hablar', un nuevo talk show que los espectadores pueden ver de lunes a viernes, a las 18:00 horas en La 1. La nueva apuesta de TVE trata cada día temas de actualidad que afectan a todos y que hablan de la realidad de nuestra sociedad.
La presentadora asegura estar satisfecha con el programa, aunque no niega que "estaría más contenta" si hubiera ido mejor de audiencia, no obstante, afirma que en TVE no están nerviosos, por lo que espera que los espectadores sigan poco a poco dándoles un voto de confianza. "Queremos arañar un poquito de audiencia" a la competencia, dice.
Sobre el programa destaca la variedad de los temas que se abordan. "Damos una de cal y otra de arena. Algunos días son programas muy emotivos y otros son programas más divertidos". Lo que Ana García Lozano tiene muy claro es que "la fuerza de un talk show tiene que estar en las historias y en las personas que las cuenta, [...] sin toda la parafernalia que rodea las puestas en escena de otros talk shows".
'Tenemos que hablar' ha supuesto tu regreso a TVE y a un género que dominas a la perfección como es el talk show. ¿Qué diferencias hay entre los programas de testimonios de los 90 y, por ejemplo, este nuevo?
Ahora mismo la televisión tiene otro lenguaje. 'Tenemos que hablar' es un programa un poquito más rico visualmente, con más imágenes. La mayor diferencia está en las imágenes y el hecho de contar con dos personas especialistas que son colaboradores. Ellos comentan y se meten en las historias que nos cuentan los invitados. Las similitudes están en el fondo, seguimos diseccionando la vida y escuchando las historias que la gente tiene que contar.
Ana García Lozano
'Tenemos que hablar' no tiene publicidad. TVE se beneficia de eso...No he notado cambio alguno al respecto. Bueno sí, antes había cortes de publicidad en los cuales me podía fumar un pitillo y ahora que no fumo, no hay publicidad [risas]. Con respecto al programa no nos afecta, antes [en otros programas] teníamos cortes considerables y ahora no. Ahora vamos del tirón.
¿Qué testimonios te han impactado más hasta el momento?
Nos gusta variar mucho de temática y hemos hecho programas muy muy potentes. Por ejemplo, el pasado lunes, que se cumplían 11 años del 11-M, trajimos a personas que habían superado distintas tragedias y la verdad fue demoledor. Otro día hablamos de violencia en las aulas y estuvo con nosotros la mamá de la niña que perdió la vida hace unos meses en Ciudad Real... Esos serían los más impactantes, pero en el programa vamos cambiando mucho de temas. También hemos hablado del fenómeno fan aprovechando que Justin Bieber estuvo en España.
¿Dirías que han variado mucho los problemas que nos preocupaban en los 90 y los que nos quitan el sueño ahora?
Las personas son personas y tenemos preocupaciones y alegrías siempre. 'Tenemos que hablar' es un programa que habla de la vida y de las cosas que les pasan a las personas normales. Desde que el mundo es mundo han existido penas, alegrías e historias que merezcan la pena ser contadas.
¿Cómo contactáis con las personas que acuden al programa? ¿Ha facilitado internet esa labor?
Pues tenemos un equipo de redacción estupendo aquí en TVE que busca y rebusca dependiendo del tema que se trata. Gracias a internet estamos en contacto constante con la audiencia, nos twittean un montón y nos escriben por Facebook. La gente nos propone multitud de cosas. Creo que incluso para la redacción es menos complicado poder conseguir historias buenas, porque ahora con internet casi ya sabes qué cara tiene el invitado que va a venir. En ese sentido, creo que internet ha enriquecido mucho la forma de poder contar las cosas.
Ahora es muy habitual contar los problemas de uno en internet. Pero, ¿resulta muy complicado convencer a esas personas para que lo hagan frente a una cámara?
Hay personas específicas dedicadas a buscar gente, pero es cierto que somos un equipo que todos hemos hecho teléfono, incluida yo en mis años mozos. No es fácil, pero ya te digo que los medios que hay ahora facilitan mucho esta labor. La gente ayuda mucho y aporta muchas ideas e historias.
¿La gente que acude al programa recibe remuneración alguna por su participación?
No, cero. Es una cosa que en los programas siempre he llevado muy a raja tabla, tanto en 'El programa de Ana' como aquí. Creemos que una persona por dinero puede inventarse cualquier cosa. De modo que eso, en este programa, no vale.
Recientemente afirmabas que te gusta el talk show puro, sin morbo ni pruebas de ADN. ¿Cómo puede afectar el morbo a los talk shows?
Son vueltecitas de tuerca que se le puede dar a un género como es el talk show, pero a mí me parece que la fuerza de un talk show tiene que estar en las historias y en las personas que las cuenta. En mi opinión, siempre es más válida una historia y, sobre todo, un invitado, sin toda la parafernalia que rodea las puestas en escena de algunos talk shows. Para mí prima la historia, la emoción de lo que se cuenta y de cómo se cuenta.
En la presentación del programa hablabais de dar diversidad las tardes de La 1. ¿Hay algo que mejorarías del resto de cadenas?
Creo que somos una apuesta distinta, pretendemos ser una alternativa y estar ahí. Si la gente quiere ver otras cosas puede que reparen en que estamos ahí y quiera vernos. No creo que las ofertas de los demás sean malas o buenas, sino que son distintas. Me parece estupendo lo que hacen los demás, si llevan tanto tiempo ahí por algo será. Queremos arañar un poquito de audiencia.
Decís que hay un público que demanda este tipo de espacios porque "es un programa que no existe en las demás cadenas"...
Yo me dirijo a todo aquel que quiera vernos. No sé si lo demanda la gente o no, probablemente si la gente lo demandara tendríamos más audiencia. Solo pretendemos estar ahí y que reparen en nosotros y así acompañarles durante la hora que estamos en antena.
Ana García Lozano
¿Cómo valorarías los resultados de estas primeras tres semanas? ¿Cuál es el balance general?
Contando con que hemos tenido que cambiar de horario por ajustes de parrilla... pues bueno, ahí estamos. La verdad es que en TVE no están nerviosos. De momento, no me han dado un número al cual tenga que llegar [risas] Poco a poco estamos intentando asentarnos. Esto de hacer un programa diario es una carrera de fondo. Tenemos que ir poco a poco, haciendo un hueco al programa.
¿Esa carrera de fondo tiene alguna fecha final?
De momento no, yo tengo un contrato de unos cuantos meses y espero que se cumplan.
¿Qué objetivos personales te marcaste al inicio del programa?
Sobre todo necesito divertirme, pasármelo bien y disfrutar de lo que hago, porque al fin y al cabo pasas tantas horas preparando el programa, que por lo menos lo que hagas que te satisfaga. Mi principal objetivo es hacer algo que crea que es digno, que está bien, que me guste y con el que disfrute. Si con eso se hace disfrutar a más gente, pues muchísimo mejor, pero bueno yo firmo cualquiera de los programas que he hecho. No haría nada que no me gustara o que como espectadora me espantara.
¿Satisfecha, por tanto, hasta la fecha?
Si, estaría más contenta si nos hubiera ido mejor de audiencia [risas]. Además, creo que poco a poco hemos ido mejorando y damos una de cal y otra de arena. Algunos días son programas muy emotivos y otros son programas más divertidos, siempre dentro de cosas que creo que son interesantes para la gente. Creo que estamos haciendo buenos programas. Estoy contenta con la redacción del programa. Además no había hecho nada de testimonios en TVE y la verdad que están muy volcados, y son estupendos, es gente muy joven con mucha fuerza y con energía.
¿Qué tipo de programa te propuso TVE?
En TVE querían hacer un talk show. Me reuní con ellos y les dije el programa que creía podíamos hacer y ellos han marcado el programa que consideran se debe hacer en una televisión pública como es La 1. Creo que hemos llegado a un buen entendimiento. Creo que estamos por la labor de apostar por el programa.
Has trabajado el Telemadrid, ¿qué opinas de la situación actual de la cadena y en general de la situación de las cadenas autonómicas?
Creo que ha habido una mala gestión en muchas televisiones autonómicas. Creo que la plantilla era excesiva, se ha ido sumando gente y gente, y al final te encuentras con un mastodonte que no puede tirar hacia adelante. No puede ser que una televisión autonómica tenga el triple de trabajadores que una televisión privada.
La 1 ha recibido muchas críticas debido al cambio de gobierno y el cambio de las políticas informativas, ¿te afecta eso de alguna manera?
No. Yo he trabajado aquí, en TVE, y en Telemadrid, con gobiernos del PP y del PSOE, y no he tenido ningún problema en las televisiones públicas. Es más, a la hora de marcarte una línea editorial o más ideológica, he tenido más problemas en una empresa privada.
¿Qué opinas de la situación del periodismo en general?
Pues el año 2012 ha sido demoledor. He visto lo que ha pasado en Telemadrid, hace nada han cerrado Punto Radio, donde yo he estado seis años trabajando,... ves compañeros que están de un lado para otro... En esta profesión es una lotería y una suerte que puedas trabajar y ganarte la vida trabajando en medios de comunicación. Incluso los que han tenido una trayectoria, ahora no encuentran nada y tienen que cambiar de profesión. Para esta profesión la crisis ha sido brutal, se han cerrado un montón de medios y ha sido el peor de los años. Vamos a ver este año 2013 como se presenta.
Este año se ha hablado mucho de una serie de televisión sobre el periodismo, 'The Newsroom'. ¿Has tenido ocasión de verla? ¿consideras que hace falta ese tipo de periodismo hoy en día?
A mí me ha gustado mucho la serie. No sé si aquí se podría ser tan crítico con el gobierno o con la oposición, pero a mí me ha encantado. Estoy esperando como agua de mayo la segunda temporada.
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En el periodismo hay de todo, hay profesionales que te gustan más y otros que te gustan menos. Lo que hay que hacer es escuchar voces de todas partes, hacer un buen cóctel y sacar tus propias conclusiones. A mí la gente que lleva la orejera y sólo escucha una emisora o sólo lee un periódico... malo. Creo que de todas las opiniones que se dan se pueden sacar cosas buenas y evidentemente cosas malas.