Derren Brown
Con la colaboración de la familia del joven, Derren Brown diseña un escenario catódico propio de una superproducción cinematográfica de terror. Más de 200 actores, efectos especiales y un trabajo previo de investigación que incluye escuchas telefónicas al joven así como seguimiento de sus perfiles en varias redes sociales son las bases sobre las que Brown monta su ilusión: convencer al indolente Steven de que su vida, tal y como la tenía concebida, ha sido arrasada.
Un lección de vida
Steven se despierta en un hospital militar, escenario principal en el que se desarrolla la producción y desde el cual empieza a darse cuenta lo acontecido: ha logrado sobrevivir a un impacto de meteoritos que ha diezmado la existencia humana convirtiendo a la mayoría de supervivientes en zombies que vagan por las calles. Es el fin de mundo y Steven tiene que encarar esta nueva situación.
Toda esta trama tiene como finalidad dar a Steven una segunda oportunidad en la vida y hacerle darse cuenta de la importancia de aquellos valores que tenía dormidos. El experimento, que ha tenido una gran repercusión en la opinión pública de Reino Unido, cuenta con la participación de un psicólogo y un equipo médico que, durante toda la grabación del programa vigilaron el proceso.