DOMINGO 21:30

Cuatro estrena el próximo domingo '¿Qué hago yo aquí?', su nuevo programa en la línea de 'Españoles en el mundo'

Elena Ortega será la conductora de este nuevo formato producido por Mandarina.

Por Jose Álvarez El 1 de Abril 2013 | 10:12

Cuatro intentará repetir el éxito de 'Palabra de gitano' en la noche del domingo con un nuevo formato a partir de esta semana. La cadena completará la oferta viajera de 'Callejeros Viajeros' con el estreno a partir de las 21:30 horas de '¿Qué hago yo aquí?', un nuevo programa de reportajes conducido por Elena Ortega.

En la línea de 'Españoles en el mundo', las cámaras de este programa producido por Mandarina viajarán hasta distintos enclaves del mundo para conocer a personas que han decidido instalarse en ellos por cumplir un sueño, por un reto profesional, por amor o por una vocación.

'¿Qué hago yo aquí?' reflejará la aventura vital y el día a día de un grupo de españoles que por voluntad propia desarrollan su proyecto profesional o vital dentro de un entorno hostil al que han terminado adaptándose.

El programa recorrerá lugares inhóspitos como el desierto de Atacama, la estepa siberiana o el Cinturón de Fuego del Pacífico, zonas de invierno nuclear como Chernóbil y lugares caracterizados por un clima de violencia extrema como Ciudad Juárez o ciertos parajes de la selva amazónica. '¿Qué hago yo aquí?' mostrará cómo se vive en todos estos lugares de la mano de protagonistas anónimos y de Elena Ortega, quien también se verá obligada a adaptarse a la cotidianeidad en estos peculiares destinos.

Chernóbil, el desierto de Atacama e Indonesia entre los destinos

Los espectadores conocerán así a Raúl, un español que trabaja como cimentador en Chernóbil. Allí se encarga de la construcción del nuevo sarcófago de la central nuclear, una tarea para la que necesita llevar constantemente el dosímetro que le avisa de la radiación que acumula su cuerpo hasta el límite permitido. En el desierto de Atacama, la región más árida del planeta, Elena Ortega entablará relación con Carmen, una empresaria de la construcción de 60 años que abandonó hace años su Asturias natal para vivir entre la contaminación de las minas de cobre y a una altitud difícilmente soportable.

Juan y Cecilia también abandonaron España cambiando el clima mediterráneo por la gélida Siberia, unas temperaturas de hasta -40ºC que no les impiden ser felices con sus siete hijos, pese a la incertidumbre de no saber qué puede depararles un largo día de invierno siberiano, jornadas en los que actividades básicas, como ir al colegio, se convierten en una misión imposible.

Junto a condiciones físicas de extrema dificultad, otras zonas del mundo se ven asoladas por un tipo de violencia desencadenada por intereses económicos. Es el caso de Ciudad Juárez, declarado el lugar más violento del planeta (exceptuando las zonas de guerra), donde las matanzas a mujeres, los cárteles de la droga y los asesinatos son parte de la rutina de José Antonio, un empresario hostelero cuyo principal objetivo es velar por la seguridad de su familia, que ya ha sido víctima de la violencia de la ciudad.

Elena Ortega, conductora de '¿Qué hago yo aquí?'

Tras el secuestro de su hijo, José Antonio cambia todos los días de ruta para evitar nuevos asaltos. Por su parte, en un aislado punto de la selva amazónica reside Pepe, un biólogo de 54 años que desde hace años vive bajo las amenazas de grandes entramados empresariales que pretenden deforestar una de las selvas más exuberantes y peligrosas del mundo. De hecho, este leonés sufre Leishmanisis, una enfermedad mortal transmitida por mosquitos que le obliga a llevar un potente antídoto allá donde vaya.

Por último, en Indonesia, dentro del llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, un vasto corredor caracterizado por concentrar algunas de las áreas de subducción volcánica más activas del planeta, se ha instalado Cristóbal, superviviente del tsunami de 2004, una tragedia que podría volver a repetirse a causa de los continuos terremotos y erupciones de la zona. Cristóbal vive en permanente estado de alerta y se mantiene continuamente informado gracias a las nuevas tecnologías sobre la posibilidad de nuevos tsunamis, un riesgo con el que encara su jornada diaria.