Ha sido condenado a cuarenta años por el doble asesinato de sus hijos y, sin embargo, parece que lo único en lo que José Bretón piensa últimamente es en los beneficios que podría lograr a través de la televisión, contando su historia. Según cuenta el diario ABC, "en el entorno penitenciario de la cárcel de Alcolea señalan que el condenado recibe, casi a diario, propuestas por carta para que conceda una entrevista exclusiva que, por supuesto, le reportaría suculentos ingresos".
Es por ello, por lo que José Bretón lejos de sentirse hundido muestra ante todos una actitud más bien chulesca. Se muestra "ufano" y presume del interés mediático que suscita su figura. El periódico le atribuye una polémica y controvertida declaración: "Voy a tener que decirle a mi padre que me deje de ingresar los 60 euros semanales porque los de la tele van a forrarme". Se trata de una afirmación que el preso habría realizado a algún preso de confianza y a algún trabajador del centro penitenciario.Tras conocerse la noticia, y antes de que las redes sociales apunten a nadie, Mirta Drago, directora de comunicación y RREE de Mediaset España ha dejado bien claro en Twitter cuál es la postura del grupo: "Que no cuente con los canales de Mediaset". La directiva ha querido así frenar cualquier tipo de conjetura, ya que ni Telecinco ni cualquier otro canal del grupo pagará por una entrevista exclusiva a José Bretón.
José Bretón, sin signos de arrepentimiento
Mientras tanto, hasta que su ansiada entrevista llegue, José Bretón pasa los días "tranquilo" y "feliz", sin signo alguno de arrepentimiento. Cabe recordar que Bretón pasa los días en el patio jugando al frontenis junto "con uno de los presos sombra que siguen acompañándole, ya que aún no se le ha retirado el protocolo antisuicidios que se decretó desde que ingresara en prisión a finales de octubre de 2011", recoge ABC.
El Congreso eludió el problema en lugar de prohibir estas acciones
Precisamente ahora hace poco más de un año el Congreso debatió una Proposición No de Ley (PNL), presentada por Ana Oramas, diputada de Coalición Canaria, que pretendía impedir a las televisiones pagar entrevistas a condenados con indemnizaciones pendientes, e incluso a imputados. Y es que tal y como aseguraba Coalición Canaria, cometer un delito, hoy día, puede resultar hasta rentable si finalmente un programa está dispuesto a pagar por llevar al delincuente o a algunos de sus familiares a plató.
Para acabar con esta práctica, la formación presentó en febrero una PNL en la que instaba al Gobierno a que acometiera las reformas legislativas que fueran necesarias para que estas situaciones no volvieran a repetirse. "Hay que evitar que el crimen genere derechos de autor", llegó a afirmar.
José Bretón
Son muchos los delincuentes, imputados o familiares directos que han acudido a televisión a contar su historia por dinero: Luis Roldán, el exdirector de la Guardia Civil; Julián Muñoz, exalcalde de Marbella; o Rosalía García, madre de El Cuco, el menor procesado por la muerte de Marta del Castillo.
CC pretendía que se ilegalizara cualquier tipo de pago o prestación desde medios de comunicación concesionarios del servicio público de radiotelevisión a personas que, habiendo sido condenadas por la justicia, tuviesen pendientes las restituciones, indemnizaciones o multas económicas que les fueron impuestas.
La prohibición no quedaría únicamente ligada a los delincuentes, ya que alcanzaría también a sus familiares o allegados. El fin era claro: que nadie pudiera lucrarse de algún acto delictivo, ya sea de manera directa o indirecta.
Para Coalición Canaria, este tipo de entrevistas "se han convertido, en muchos casos, no ya sólo en un circo donde no se respeta ninguna regla informativa, sino en un trampolín para la comisión de otros delitos de calumnias o injurias".
Iniciativa rechazada
La Proposición No de Ley no salió adelante, sólo consiguió que los grupos parlamentarios instaran a los operadores a establecer fórmulas para la autorregulación. El PP, el grupo mayoritario en el Congreso, censuró que los delincuentes tengan la oportunidad de acudir a los programas de televisión para jactarse de sus crímenes, no obstante, dejó claro que cualquier tipo de iniciativa debe permanecer en el ámbito de la autorregulación para así preservar la libertad de expresión y la presunción de inocencia.