LATE NIGHT

Jon Sistiaga muestra la misión de paz de los Españoles en el laberinto libanés

Cuatro estrena este jueves a las 23:45 horas el reportaje "Españoles en el laberinto libanés". Acompaña a los militares españoles y a otros protagonistas de la misión.

Por Redacción El 30 de Noviembre 2006 | 12:08

Tras la última escalada de violencia entre Israel y Líbano, el gobierno español, igual que otros países de nuestro entorno, ha enviado un contingente de tropas en misión de paz a Oriente Medio, pero los ciudadanos tienen poca información sobre la labor que desarrollan en esa zona. El reportaje de Jon Sistiaga "Españoles en el laberinto libanés", que Cuatro estrena el jueves 30 de noviembre a las 23:45h, trata de mostrar la situación en ese país devastado y el papel que juegan nuestros soldados en ese enclave.

Durante tres semanas, un equipo de Cuatro ha convivido con los infantes de marina españoles que pertenecen al primer destacamento enviado al Líbano bajo el paraguas de las Naciones Unidas (que recientemente ha sido reemplazado por un segundo envío de tropas, esta vez de la Legión) y ha compartido la experiencia de vivir en pleno escenario de batalla pero con la consigna de garantizar la paz.

"Si sufrimos una agresión, tenemos capacidad para disparar sin preguntar", asegura el coronel Luis Meléndez, el primer jefe del destacamento de cascos azules españoles, unos mil soldados que, junto a otros 9.000 de otras nacionalidades, están encargados de vigilar el alto el fuego, o mejor dicho, el cese de las hostilidades, entre dos enemigos irreconciliables: Hezbola e Israel.

Además de hablar con los militares y acompañarlos en sus trabajos de vigilancia, el reportaje de Sistiaga incluye un amplio abanico de testimonios que permiten comprender mejor la situación. Desde el embajador español en Líbano, Miguel Benzo, y el corresponsal de La Vanguardia, Tomás Alcoverro, decano de los enviados especiales a la zona, hasta los vecinos de los barrios más devastados de Beirut, cooperantes de diversas ONGs o líderes de Hezbolá.

Un país bajo el fuego cruzado

¿Por qué estamos en el Libano?, ¿Qué intereses tiene España en este lugar? Españoles en el laberinto libanés trata de mostrar la verdadera dimensión de un país poliédrico y complejo que ha tenido siempre la mala suerte de ser el tablero de juego de otras potencias y otros intereses.

Tras la guerra de este verano, el sur del país y muchos barrios de Beirut han regresado al aspecto de los años 80, a esos escenarios fantasmagóricos de edificios mordisqueados por la guerra. Pero Líbano, como siempre y pese a su desdichado historial de conflictos, vuelve a reinventarse a si mismo. Esta vez con la ayuda de muchos, incluido España.

Desde la zona controlada por el contingente español, Hezbola resistió durante 34 días la embestida de uno de los ejércitos más poderosos del mundo. Los chiitas lo cuentan como una victoria, como una restauración del honor perdido de los árabes tras las numerosas derrotas en pasadas contiendas con Israel.

Para el estado hebreo, así como para EEUU, Hezbolá es una organización terrorista vinculada con el terrorismo internacional global de Al Qaeda. Sin embargo, la Unión Europea no lo cree así, y no les ha incluido en su listado de grupos terroristas. Hezbola tiene dos ministros en el Gobierno libanés, 14 diputados y, antes de la guerra, el 14% de los votos libaneses. Su lider, Hassan Nasrala es contemplado por las masas árabes como el nuevo Saladino, el líder que esperaban muchos para derrotar a Israel.

Las tropas españolas están en el medio. Con capacidad de respuesta letal si es necesario, pero sin atribuciones para desarmar a nadie. Una situación un tanto esquizofrénica si las cosas se complican, algo que no es difícil en una de las regiones más inestables y volátiles del planeta. El sur del Líbano está sembrado de bombas de racimo y otra chatarra militar sin explotar, como morteros, misiles, además de las casi 400.000 minas antipersonales plantadas por Israel en las inmediaciones de la valla fronteriza, la llamada línea azul.

El reportaje Españoles en el laberinto libanés indaga en las sensaciones íntimas de los soldados españoles. ¿Cómo se siente un militar viendo lo que han hecho otros militares?, ¿Cómo afronta su misión de paz alguien que sin embargo, también se ha preparado para la guerra? ¿Qué responden los oficiales a sus soldados cuando les preguntan qué tiene que ver su misión en Líbano con su juramento a la bandera española y su promesa de defender el territorio nacional?

Los libaneses prefieren llamarse fenicios, para recordar ese pasado glorioso, en el que eran los amos del comercio en el mundo conocido. Sus centros comerciales vuelven a estar llenos. Se ha perdido julio y agosto, la que iba a ser la mejor temporada turística de la historia, por eso todas las tiendas alargaron sus rebajas de verano. Rebajas escandalosas para quitarse de encima el género. Marcas españolas como Mango, Massimo Duti o Zara han reabierto sus puertas tras el fiasco veraniego. Las universidades vuelven a estar llenas. El Instituto Cervantes de Beirut ha matriculado de golpe a casi 1000 alumnos que quieren aprender español, como si hubiera una necesidad de cambiar de vida o hacer algo diferente. Quizás Líbano sea el país de Hezbola, pero Líbano son muchos líbanos y muchas identidades.