'Alondra: historia de una transexual' contiene impactantes y reveladores imágenes filmadas en gran parte por la propia protagonista de la historia. Consta de tres entregas de 45 minutos de duración que se emitirán los días 12, 13 y 14 de diciembre. Es un producción de Porta Gaset y Bausan y está dirigida por Carle Porta, periodista y reportero con una amplia experiencia en la técnica del auto-filmado.
Cuatro estrena el próximo martes 12 de diciembre a las 00:00h, el primer capítulo de docuserie 'Alondra: historia de una transexual'. Esta serie documental desarrollada en tres episodios - que se emitirán los días 12, 13 y 14 de diciembre a las 00:00h - narra la vida de Alberto Correa Correa, un transexual que se prostituye para conseguir el dinero suficiente para someterse a una operación de cambio de sexo y alcanzar el sueño de toda su vida: ser una mujer total. Alondra tiene 25 años es natural de Venezuela y desde hace varios años reside entre Madrid y Barcelona.
La práctica totalidad de las imágenes del reportaje han sido filmadas por la propia protagonista. Alondra ha tenido una cámara durante ocho meses y ha grabado todos los detalles de su vida, desde escenas de prostitución hasta sus reflexiones más íntimas y sinceras, pasando por la despedida de su pene antes de entrar en quirófano y todos los detalles de la operación. También ha auto-filmado su recuperación en el hospital tailandés donde ha sido operada y el proceso de aprender a ser mujer. En el último capítulo Alondra regresa a España para iniciar una nueva vida como mujer pero las circunstancias no son fáciles. Y viajará a Estados Unidos para ver a su madre, una mujer religiosa que se despidió de su hijo Alberto cuando él, siendo un adolescente se fue de Venezuela. En Nueva York descubrirá que su Alberto ahora es Alondra.
Episodio 1:
Alondra lleva la cámara a la calle y graba escenas de prostitución con alguno de sus clientes en los alrededores del estadio del Barcelona.
Después de trabajar en su desangelado piso, sin familia ni nadie con quién compartir su tristeza, Alondra se lamenta usando el tono melodramático de los culebrones, su obsesión principal. También explica por qué lleva años intentado cambiar de sexo y qué supone para ella que, a pocas semanas de viajar a Tailandia, su mejor amiga no le devuelva los seis mil euros que necesita para operarse. Pero ella no está dispuesta a esperar otro año y dejar pasar esta oportunidad.
Llevando consigo la esperanza de que su vida mejorará con el cambio de sexo, Alondra viaja con su cámara a Tailandia. A la llegada al hospital de Phuket la amabilidad del jovial Dr. Sanguan Kunaporn, las enfermeras y el personal de mantenimiento reconfortan a Alondra que encuentra el calor y la aceptación que no había sentido desde que murió su abuela.
Prestando atención a los detalles más ínfimos, Alondra graba todo el proceso de reasignación genital: las pruebas iniciales, las reuniones con el doctor y sus dudas. Cuando llega el momento de la intervención deja la cámara en manos del equipo médico para que continúen con la grabación.
Episodio 2:
Alondra acaba de despedirse de su pene y entra en el quirófano del hospital tailandés donde se va a llevar a cabo la intervención. La operación de reasignación de sexo, que durará unas siete horas, está considerada de alto riesgo. La práctica totalidad de las imágenes del reportaje han sido filmadas por la propia protagonista. En esta ocasión Alondra le da la cámara al cirujano tailandés para que sea él quien grabe la operación. Tras la intervención los espectadores asistirán al proceso de recuperación de Alondra, sola en Tailandia y sin que su familia, que ahora vive en Nueva York, se haya interesado por ella. Está sola y tiene que aprender a ser mujer a los 25 años. Nunca antes había visto una vagina y ahora ella tiene una.
La operación la ha dejado sin fuerzas, con la moral por los suelos y le ha subido la fiebre. El peligro de sufrir complicaciones le da pánico y en la soledad de su habitación recuerda cómo era Alberto antes de cambiar de sexo y que, por nada del mundo, cuando vuelva a Barcelona quiere volver a prostituirse.
Los largos días de soledad y malestar hacen que Alondra se despoje de su doble personaje de prostituta en la realidad, y del personaje de culebrón de su imaginación. Ella descubre su persona, tomando conciencia real de su pasado y replantándose la degradación que le supone su actual profesión.
Episodio 3:
Alondra recibe el alta y se despide de Tailandia. Tiene que abandonar la comodidad de su estancia en Phuket y hacer frente a su precaria situación económica. Regresa a España y visita a sus amistades para enseñarles su nueva vagina. Mientras tanto, busca trabajo como actriz, modelo, camarera o lo que sea, todo con tal de no tener que prostituirse, pero los gastos que tiene y las repetidas negativas que recibe, la harán volver a la calle. Ahora, sin embargo, se lamenta de que como mujer gana menos dinero porque antes, con pene, era "rara" y eso se paga más. Sus aspiraciones y continua lucha se ven de nuevo truncadas.
Alondra sigue filmando sus relaciones con los clientes a cámara descubierta. Eso sí, mantiene su vagina virgen para quien ella considere que puede ser "el hombre de su vida".
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Finalmente se decide y viaja a Nueva York a presentarse a su madre, a la que no ve desde hace casi 10 años, cuando era un adolescente que huyó de Venezuela tras enamorarse de un ingeniero francés.