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Tras subir al Everest y alcanzar el Polo Norte y el Polo Sur, Jesús Calleja ('Desafío extremo') ha puesto rumbo al "Centro de la Tierra". Su objetivo: liderar una expedición hasta un lugar donde ninguna otra cámara ha llegado jamás: el interior de la cueva más profunda del planeta. El explorador y aventurero de Cuatro tratará de descender dos kilómetros bajo tierra, hasta los -2.080 metros, en la cueva más profunda del mundo, la sima Krúbera-Voronya.
"Tendremos que entrar en una estrechez de 40 centímetros situada en los últimos 400 metros que es, además, la más compleja. Sólo llegaremos tres personas completamente al fondo, ya que no cabe otro tamaño", nos cuenta en la siguiente entrevista Jesús Calleja. "Nos enfrentamos a algo tremendamente complejo en el interior de la Tierra, con muchos pasos difíciles y muchas incógnitas"."Tenemos miedo, y el miedo es una frontera que nos marca el límite que no debemos sobrepasar, y eso es en sí una seguridad"
Según el montañista, National Geographic realizó un intento fallido de adentrarse hasta el final de la cima Krúbera-Vorony, pero "a los 700 metros lo consideraron inviable y se dieron la vuelta". Mediaset España y Zanskar Producciones se han propuesto lograr esta hazaña que pasaría a la historia. Para ello, el equipo lleva trabajando más de un año en este proyecto, invirtiendo en toda la tecnología necesaria para hacerlo posible.
A través de 'Las mañanas de Cuatro', 'Noticias Cuatro' y 'Te vas a enterar', los espectadores podrán ver las imágenes exclusivas en directo de un espacio intransitado y hasta ahora inexplorado. Según nos adelanta Calleja, la expedición podrá verse en un programa especial de 'Desafío extremo' que Mediaset España ofrecerá al poco tiempo de haberla llevado a cabo.
Rafa Lomana y Jesús Calleja en 'Desafío Everest'
Os habéis marcado un nuevo desafío que, en esta ocasión, es uno de los grandes: viajar al Centro de la Tierra.
Más bien al interior de la Tierra [risas]. Lo abordamos como una expedición en la que todos son récords. No tiene lugar en una cueva, sino en la sima más profunda del planeta que es muy compleja, ya que en ella no hay ni un solo tubo en vertical que baje hasta los dos mil y pico metros de profundidad. Por el contrario, la sima tiene secciones donde tendremos que sortear obstáculos, descender por diferentes sectores, bajar un equipo de buceo para sumergirnos en sifones y, finalmente, entrar en una estrechez de 40 centímetros situada en los últimos 400 metros que es, además, la más compleja. Es como si abrieras la tapadera de un horno y tuvieras que meterte por ahí un día entero y otro día para regresar.
"La expedición no solo tiene un gran atractivo deportivo, sino que además nos ofrece la ilusión de trabajar codo a codo con la ciencia"
¿Qué ocurrirá si no cumplís los tiempos marcados?
Si no lo conseguimos, tocará dormir en ese espacio de 40 centímetros que casi no te abre los pulmones para respirar y donde tienes que llevar un brazo completamente estirado. Es una parte tan angosta que incluso otros que bajaron allí se atascaron y fueron incapaces de avanzar ni para adelante ni para detrás, por lo que tuvieron que pasar allí la noche. Se trata de una estrechez tan espectacular que solamente podemos entrar los que tengamos una cintura inferior a 40 centímetros. Por eso, sólo llegaremos tres personas completamente al fondo. Nos adentraremos allí mi cámara, un amigo y yo, aunque para llegar al lugar trabajaremos casi 60 personas, de los cuales 50 son rusos y el resto parte de nuestro equipo.
Es, sin duda, todo un reto deportivo...
Es una expedición que no sólo tiene un gran atractivo deportivo, sino que además nos ofrece la ilusión de trabajar codo a codo con la ciencia, ya que recientemente se han descubierto unos gusanitos llamados troglobios que viven a más de 2.000 metros de profundidad. Es toda una anomalía, porque incluso los científicos decían que allí no podía vivir nada, pero ahora se están investigando estos bichitos de los que vamos a recoger muestras y de otras especies que esperamos encontrar allí. Es un lugar donde apenas ha bajado gente. Por todo ello, es como una gran aventura en la que buscamos nuevas formas de vida y que, a la vez, supone un reto deportivo extraordinario.
Es un récord de bajada en un sitio donde, además, nunca se ha grabado con una cámara de televisión.
Jamás. Lo intentó National Geographic y a los 700 metros lo consideraron inviable y se dieron la vuelta. Nosotros lo que hemos hecho durante casi un año es generar la tecnología necesaria para poder descender allí con cámaras y con equipos especializados. Hemos construido nuestras carcasas y nuestros sistemas para que los equipos y la electrónica soporten la humedad, el agua y, en general, las inclemencias a las que se van a someter. Además, hemos desarrollado la tecnología necesaria para poder lanzar imágenes en alta definición y en directo a través de un cable de fibra óptica. Entonces, conectaremos casi todos los días con 'Las mañanas de Cuatro' y las 'Noticias Cuatro', y con 'Te vas a enterar'.
"Hay que vivir allí dentro durante una semana o diez días, con unas condiciones climáticas marcadas por la humedad, el agua y un frío horrible"
Es decir, vamos a hacer algo que no tiene precedentes en la televisión; vamos a un lugar de récord y, además, vamos a estrenar un programa especial que se emitirá poco después de regresar por la expectación que está generando. Pero antes os lo vamos a contar todo en directo. Es la primera vez que haremos en directo un 'Desafío extremo'. Creo que este proyecto tiene muchos atractivos visuales y que fue algo que un grande como National Geographic no pudo lograr.
Además de los retos de los que has hablado, ¿cuáles son esas otras dificultades a las que se va a enfrentar el equipo en esta expedición?
Son como las exploraciones que se realizaron previamente hasta que se alcanzó la cima del Everest. Hubo muchas tragedias antes de lograrlo. No es que nos vaya a ocurrir a nosotros, pero aquí apenas ha habido expediciones y está prácticamente recién descubierto. Y aunque lo tengamos todo controlado, sin lugar a dudas habrá muchos imprevistos, puesto que no hay ninguna experiencia previa en semejante profundidad.
Por ello, estamos en una fase que nos ilusiona mucho y que nos resulta muy atractiva. Me refiero a la exploración de este descenso, que era una barrera que nos quedaba por adentrar y que para nosotros tiene la misma importancia que escalar el Everest, porque nos enfrentamos a algo tremendamente complejo en el interior de la Tierra, con muchos pasos difíciles y muchas incógnitas. Hay que vivir allí dentro durante una semana o diez días, empleando un ejercicio físico bestial y con unas condiciones climáticas marcadas por la humedad, el agua y un frío horrible.
El aventurero Jesús Calleja
¿Qué os impulsa a marcaros este tipo de desafíos? Habrá mucha gente que piense que estáis locos...
No es una locura, sino las ganas de saber y conocer. Yo creo que el hombre siempre ha querido explorar, saber, alcanzar conocimiento, superar barreras... Pues esto es un poco la vida que llevamos; la vida del aventurero, la del explorador. Hay que buscar nuevas fronteras, alcanzar un mayor conocimiento, encontrar nuevas respuestas... Y eso supone un riesgo, pero también es cierto que nosotros lo abordamos muy bien porque tenemos experiencias. Tenemos miedo, y el miedo es una frontera que nos marca el límite que no debemos sobrepasar, y eso es en sí una seguridad. Se ha descubierto el agujero más profundo de la Tierra y somos la primera televisión del mundo que va a filmarlo y que además lo va a contar en directo.
"Es un grandísimo reto, porque supone adentrarse en un lugar desconocido del que existen pocas referencias, por no decir casi ninguna"
Cada uno de los retos nuevos se presenta como el más difícil todavía.
Siempre intentas hacer cosas que sean complicadas, pero no siempre decimos que sea el reto más difícil. Cada expedición tiene su matiz. Lo que sí es cierto es que no existe deporte en el mundo más difícil que escalar una cima de 8.000 metros de altitud. Pero si me preguntas por complejidad de expedición, no tengo ninguna duda en decir que ésta es la más compleja que he abordado en mi vida y, lo mismo supone para la productora y Mediaset España. Basta con pensar que somos 60 personas las que llevamos muchos meses preparando algo que solo lograrán, si es que lo hacen, tres personas. Es un grandísimo reto, porque supone adentrarse en un lugar desconocido del que existen pocas referencias, por no decir casi ninguna.
El explorador y montañista Jesús Calleja
¿Son dos kilómetros de profundidad?
Nosotros bajaremos hasta los 2.080 metros, pero hay un sifón que todavía llega hasta los 2.187 metros. Pero tendremos que pasar miles de metros de cuerda, no solo 2.000, ya que para bajar esos dos mil y pico metros hay que ir sorteando fraccionamientos y, a lo mejor, sorteamos más de tres mil y pico metros. Y luego tenemos que dormir en condiciones verdaderamente extremas. Además, si a partir de los 1.800 metros de profundidad ya en la estrechez, sufrimos un accidente no existirá ni una sola posibilidad de rescate. Es decir, que todo en sí mismo confiere a este proyecto una magnitud que hasta ahora nunca se ha visto y que yo nunca he realizado jamás.
Bajáis un equipo en torno a las seis toneladas de peso. Ese material habrá luego que subirlo.
Sí, entre cuerdas y material, son alrededor de seis toneladas. Y luego todo hay que subirlo. Habrá más de 60 personas trabajando en ello, para que solo lleguen tres o cuatro personas abajo.
Jesús Calleja en 'Desafío en el abismo'
En la montaña uno puede parar y no seguir. En este caso, ¿un equipo tan amplio puede permitirse esa posibilidad?
Sí, puede darse la posibilidad de que no lo consigamos. Si nos pillan lluvias que hagan que suba mucho el nivel del agua, nos puede poner en peligro de que se hundan ciertas galerías y que te quedes atrapado o que te puedas ahogar. En definitiva, pueden darse muchísimas cosas dentro que tendremos que seccionar.
¿En qué piensa uno cuando está inmerso en este tipo de desafíos?
Pues piensas en que somos unos afortunados de haber encontrado, después de muchos años dedicados a la aventura, un verdadero reto a un nivel situado por encima del que jamás pensabas acometer. Y este lo es. Yo pensé que nunca íbamos a hacer algo así. Cuando se escaló el Everest se generó un impacto global, porque era el lugar más alto del planeta. Ahora se ha descubierto el lugar más profundo del planeta, y creemos que históricamente no tendrá tanta importancia como tuvo en su día el Everest, pero históricamente ha de tener la misma porque son dos puntos antagonistas de idéntica complejidad, uno hacia arriba y otro hacia abajo. Solo que de abajo conocemos bastante menos. Y además, con un objetivo, que es el de coger muestras de una vida que se pensaba que no existía, que no podía científicamente existir, pero que sí existe. Para todos nosotros, el hecho de haber dado con algo verdaderamente gordo es como un premio a todos estos años de aventura.
Has explorado el Polo Norte, el Polo Sur, el punto más alto del planeta y ahora explorarás el más profundo. ¿Queda girar alrededor del planeta?
Eso es lo de menos [risas]. Lo realmente interesante es conseguir alcanzar el objetivo, que es lo importante. Pero nada es imposible.
Hace tan sólo unos días nos dejó un gran deportista, todo un aventurero aunque a él no le gustaba que lo calificaran como tal, Alvaro Bultó.
Ha sido una desgracia increíble. Era un tío muy seguro y meticuloso hasta altísimos niveles. Ha tenido una desgracia cuya causa aún desconocemos y nos ha conmocionado mucho porque él y yo hacemos lo mismo, y por ello aún te impacta más. La noticia me pilló escalando y tuve que bajar porque me temblaba todo el cuerpo.