'Un país para comérselo' regresa a La 1 con una de las actrices más conocidas. Ana Duato coge el testigo de sus compañeros Imanol Arias y Juan Echanove ('Cuéntame cómo pasó') y acompañará a los espectadores por nuevos territorios en la tercera temporada. Será la guía de un viaje cargado de sabores, productos y encuentros, que sigue fiel al objetivo de buscar la esencia de todo lo que nos une como ciudadanos y viajeros.
Tras el estreno de 'Isabel' vuelve 'Un país para comérselo', una novedad respecto a su programación ya que hasta ahora siempre se emitía después de 'Cuéntame cómo pasó'. La serie documental, producida por TVE en colaboración con Grupo Ganga y en la que la gastronomía y el paisaje de España se unen en un emocionante viaje. Entre otros, ha recibido el Premio Nacional de Periodismo Gastronómico Alvaro Cunqueiro, el de la Real Academia de Gastronomía y el de Alimentos de España.
Cada destino será toda una aventura. Ana Duato descubrirá vistas insólitas y para ello no dudará en volar en un parapente o descender unos rápidos. El programa se adentra en simas y cavernas, vuela sobre campanarios y desfiladeros para recoger espectaculares vistas.
Ana Duato en 'Un país para comérselo'
La temporada será un viaje de unos 27.000 kilómetros: desde Baleares a Canarias, por mares y ríos, con destinos que incluyen las playas de Valencia, las calles de Trujillo, los llocs menorquines, o los ríos de Asturias y Segovia. La cocina de autor está presente en cada programa, con visitas a cocineros como Toño Perez, Julio Reoyo o Victor Bayo, que representan la renovación culinaria. En esta entrega, el equipo ha cruzado hasta tierras portuguesas y ha encontrado al otro lado de la frontera productos y tradiciones que hermanan a España con el país vecino.
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Ana descubre que Menorca es una isla con un espíritu dividido entre la mar y el campo, donde actividades como la fabricación del queso y el cuidado del ganado todavía están muy arraigadas en la economía local. Muchos son los pueblos que han dejado su huella en Menorca, y entre ellas, destaca la impronta de los británicos en el paisaje, la arquitectura y la gastronomía de la isla: la producción de ginebra es uno de sus legados, al igual que el queso de Mahón. Ana seguirá todo el proceso de fabricación de un producto tan artesano como éste. Siendo tierra de mar no faltará la pesca de ortigas de mar, ni una cena con una tradicional caldereta.