Telecinco ofrecerá esta semana los últimos episodios del año de su serial estrella 'Yo soy Bea'. El punto de partida de esta recta final será la fiesta de Navidad d elos empleados de Bulevar 21.
El fin de fiesta de Navidad en Bulevar 21 será el escenario en el que se desarrollarán los cuatro episodios especiales de 'Yo soy Bea' que Telecinco ha programado para estos últimos días de 2006. Con estos episodios especiales la serie cerrará su primera etapa a nivel argumental antes de comenzar los capítulos de 2007, en los que las tramas propiciarán algunos cambios en las vidas de sus protagonistas.
Nadie sospecha que el reportaje "Bulevar 21 por dentro" que Cayetana ha encargado a Jimena será el desencadenante de una sucesión de situaciones cómicas y surrealistas que les permitirá recordar algunos de los mejores momentos vividos en la redacción desde la llegada de Bea.
Con Don Álvaro en Menorca y Cayetana en las Islas Fidji, la fiesta de los empleados de Bulevar 21 para celebrar la Navidad ha sido todo un éxito. Pese a la ausencia de Bea, que se encuentra en su pueblo de vacaciones, y a la siempre incómoda presencia de la insustancial Bárbara, el despiadado Richard y el maquiavélico Diego, todos han pasado un rato agradable y charlan en la cafetería al final de la velada.
Capítulo del 26 de diciembre
Tras la fiesta, las feas charlan en la cafetería sobre lo injusto que resulta el hecho de que Cayetana se tueste al sol en las Fidji mientras Jimena tiene que trabajar en la elaboración del reportaje "Bulevar 21 por dentro".
En el ambiente distendido que propicia la incipiente resaca, la joven empieza a plantear a sus compañeras algunas preguntas para recabar la información necesaria. Cuando Richard y Bárbara se dan cuenta de que el reportaje ya está en marcha, deciden intervenir para tomar las riendas del asunto y estructurar los contenidos a su gusto.
Capítulo del 27 de diciembre
Bárbara ha conseguido hacerse con el control del reportaje y planea plantearlo en dos partes: una para mostrar la parte más chic de la revista, representada por los jefes, Richard y ella misma, y otra dedicada a la mediocridad del staff.
La rubia convence entonces al cruel director de Arte de la revista de que haga las fotos necesarias para ilustrar ambas partes, empezando por las feas. Indignadas, ellas hacen todo lo posible por boicotear la idea y, con la ayuda de Sonsoles y Benito, se las ingenian para hacer creer a Bárbara que ha borrado todas las fotos realizadas hasta el momento. Por su parte, Diego reprende a Olarte por no haberse mezclado con la plantilla de la revista durante la fiesta y desperdiciar así una fantástica ocasión de enterarse de información útil para él.
apítulo del 28 de diciembre
Mientras Richard se desespera por la pérdida de las fotos, el "batallón de feas" decide preparar una buena venganza para Bárbara y poder reírse a gusto de ella de una vez por todas. Para llevar a cabo su plan, Sonsoles tiene una idea luminosa: hacer creer a la oxigenada y superficial secretaria de que en la redacción habita un espíritu que lo sabe todo sobre los despropósitos de su pasado.
Cuando Bárbara empieza a asustarse y recurre a Richard, éste lo encuentra tan divertido que acude a Gonzalo y a Gutiérrez para que también tomen parte en la broma. Finalmente, la pobre muchacha termina convencida de que tiene un poder especial y puede comunicarse con el Oráculo.
Lo más leído
Capítulo del 29 de diciembre
Mientras recoge la cafetería, antes de que todos se marchen a casa, Marga encuentra en el suelo un sobre acolchado con un montón de dinero en su interior. Tras preguntar a algunos miembros de la plantilla nadie reclama el contenido, por lo que las feas comienzan a contemplar la posibilidad de repartirse el "botín". Una vez que han asumido que han sido agraciadas con una especie de lotería, Olarte irrumpe en la estancia preguntando por el sobre. Defraudadas, "las feas" le piden explicaciones y él, ignorante de que conocen su contenido, les cuenta que es algo que le ha dado Diego. Cuando éste comprende que las empeladas entienden que se trata de un pago por los servicios prestados por su esbirro, se ve obligado a repartirlo entre ellas a modo de aguinaldo navideño.