Candela y Raúl en 'Los Serrano'
La cúpula directiva de la extinta Caja Madrid retiró toda su publicidad de Telecinco en mayo de 2004 tras un chiste sobre la entidad realizado en la serie 'Los Serrano'. Según publica El Diario, en una de las conversaciones que mantiene Miguel Blesa, expresidente de Caja Madrid, y Juan Astorqui, su director de Comunicación, a través de correo electrónico se hacen eco de la broma protagonizada por tres de los personajes de la serie: Candela (Nuria González), Fiti (Antonio Molero) y Raúl (Alejo Sauras).En la escena en cuestión, Candela y Raúl le regalan un descapotable de alta gama radiocontrol a Fiti, y éste recibe el presente agradecido a la par que sorprendido: "es el coche de mis sueños". Candela se excusa diciendo: "Nos hubiera encantado regalarte el grande, pero el oso de Caja Madrid nos ha dicho ¡toma!", momento en el que hace junto a su hijo el conocido gesto de "la peineta".
Esta es la broma por la que los directivos de la entidad financiera piden explicaciones al propio consejero delegado de la cadena, Paolo Vasile, tal y como señala el propio Astorqui en los correos: "Hemos entrado en contacto con Paolo Vasile y con Manuel Villanueva (director de contenidos) para pedirles una explicación y una solución a este despropósito".
Caja Madrid decidió en ese momento utilizar todas sus armas en el asunto y también se puso en contacto con la productora de la serie (Globomedia) y su director de producción Daniel Écija. Del mismo modo le pidió a Media Planning, una de las agencias de publicidad más importantes de España, que castigaran a la cadena por su "mal" gesto: "Alfonso Rodés, consejero delegado de Media Planning, está exigiendo también soluciones a Telecinco", apuntaba Astorqui en uno de los emails. Desde entonces, el equipo jurídico de la entidad inició los trámites para emprender "posibles acciones jurídicas".
Blesa se confiesa seguidor de 'Aída'
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En los correos publicados, Blesa se confesaba como un gran seguidor de la serie 'Aída', la cual seguía fielmente cada semana: "Cada vez que cuento que soy un entusiasta de semejantes personajes, la gente me mira mal y creen que les tomo el pelo; me parece un contrapunto perfecto a mi vida, mi lenguaje y mis costumbres". "Cada día están más brutos y soeces, pues bueno, así aprendemos otro lenguaje", contaba el propio Blesa.