ENTREVISTA VIM MAGAZINE

Cristina Castaño: "Todos tenemos un Antonio Recio en nuestra comunidad, aunque esté encubierto"

La actriz que interpreta a Judith Becker en 'La que se avecina' confiesa que la llaman "cuchufleta" por la calle.

Por Redacción El 26 de Diciembre 2013 | 17:32

La séptima temporada de 'La que se avecina' ha comenzado sin Cristina Castaño, sin Judith Becker. Se incorporará próximamente y lo hará embarazada: "No puedo desvelar si apareceré con niño o no". Lo que sí revela Castaño es que se ríe "a carcajadas" cuando lee los guiones.

Preguntada por la posibilidad de un spin-off de 'La que se avecina', la actriz propone, en una entrevista a Vim Magazine, hacerlo con Rebeca y Judith. Por otra parte, por lo que respecta a los cameos de la serie, asegura que la famosa que más le ha sorprendido ha sido Paz Padilla: "La conocemos como cómica y como presentadora, pero yo nunca la había visto interpretar un personaje tan diferente y tan complicado como es la Chusa, y hacer de él un gran personaje".

Cristina Castaño es consciente de que el fenómeno de 'La que se avecina' terminará algún día, como le ha ocurrido a 'Aída'. Le da la "enhorabuena" a la serie de Globomedia "por haber aguantado todo este tiempo y por haber marcado una época en la televisión". "Llegará un momento en el que las reposiciones de 'La que se avecina' empiecen a caer y la gente se canse. Contamos con que eso pasará".

En la séptima temporada de 'La que se avecina' Judith está embarazada, lo que le lleva a ausentarse en los primeros capítulos. ¿Cómo sobrellevará tu personaje los cambios generados por este nuevo estado?

No puedo desvelar nada sobre mi trama, si apareceré con niño, si no..., ya que es una de las sorpresas de la temporada. Al incorporarme más tarde, es algo que Alberto y Laura Caballero, los directores, quieren mantener en secreto.

Los espectadores no dejan de sorprenderse con cada nueva aventura en el edificio. ¿Qué es lo primero que te viene a la cabeza cuando recibes un guion de 'La que se avecina'?

Sobre todo mucha expectación, al llevar ya tantas temporadas empiezo leyendo mis tramas, y lo que más me gusta de trabajar con Alberto y con Laura es que me río a carcajadas con los guiones. Es algo que me sigue sorprendiendo y me sigue gustando, ya que eso es efectivamente lo que se transmite después en la pantalla, que los actores disfrutamos con los guiones y que nos reímos mucho con ellos.

¿Cómo lo preparas?

Cada maestrillo tiene su librillo... Ya llevamos tanto con la serie y con el personaje que, a no ser que haya una escena realmente complicada o muy novedosa para el personaje, no se necesita una preparación excesiva. Lo que hago es estudiarme el texto al dedillo, ya que la directora pide que mantengamos el texto, y luego en el plató el trabajo con los compañeros y las directrices de Laura son fundamentales a la hora de crear situaciones de comedia.

¿Qué es lo más complicado de interpretar en una comedia?

Lo más complicado quizás sea traspasar la barrera del ridículo en comedia, y creo que de alguna manera lo he conseguido. Hace años hice una comedia en Galicia, que se llamaba 'Cuarto sen ascensor', y recuerdo que tenía el sentido del ridículo tan alto que cuando quería hacer reír tenía un abismo delante de mí y me resultaba complicado.

Sin embargo, creo que los años han conseguido quitarme esa barrera y con 'La que se avecina' he conseguido eliminarla del todo. Quizás sí que me da un poco de vergüenza poner en escena la secuencia delante del equipo técnico, ya que soy tímida en ese sentido, pero cuento mucho con el cariño de los compañeros y de la directora, lo que me permite relajarme, soltarme y sacar la payasa que llevo dentro.

Lo más sencillo es que la comedia es un registro muy relajado. Cuando trabajaba en 'Herederos', por ejemplo, el personaje de Rocío era muy dramático y me tenía que enfrentar a días de rodaje en los que tenía que llorar mucho, lo que requería otro tipo de concentración y de desgaste físico. Sin embargo, la comedia es relajada y levantarte por la mañana e ir a trabajar a pasártelo bien es un lujo hoy en día.

Cristina Castaño

Se vive con mucho orgullo, todos los actores desean que les suceda algo así en su vida. Para nosotros es una oportunidad única el hecho de tener un personaje y que escriban guiones para ti en una serie que está llegando a toda España y que se ha convertido en un fenómeno de masas, que lo ven tanto los niños como los mayores, por lo que es una oportunidad muy grande para mi carrera.

¿Cuál es la frase que más te han repetido por la calle?

¿Con quién te hace más ilusión compartir edificio?

De todos los cameos que ha habido en 'La que se avecina', ¿qué famoso te ha sorprendido más en su faceta interpretativa?

De los que no son actores propiamente dichos, la que más me ha sorprendido es Paz Padilla. La conocemos como cómica y como presentadora, pero yo nunca la había visto interpretar un personaje tan diferente y tan complicado como es la Chusa, y hacer de él un gran personaje.

¡Por supuesto! [risas]. Sería un honor y un orgullo, me encantaría.

Como espectadora, ¿a qué personaje elegirías para protagonizar este spin-off?

¿Te has topado alguna vez con un Recio en tu comunidad? ¿Te ha ocurrido algún episodio que no desentonaría con los que se viven en Mirador de Montepinar?

Con un Recio no lo sé, pero con una Berta sí, me he encontrado con mucha gente loca [risas]. Me vine a Madrid a estudiar Periodismo con 17 años, he cambiado de piso muchas veces y me he encontrado con verdaderas locuras... con levantarme y encontrarme al casero en el salón, con vecinos que llamaban a la policía cuando llegaba de trabajar en el teatro a la una de la madrugada e incluso con una vecina que me llamaba psicópata cuando me iba temprano a coger el bus para irme de gira... ¡La realidad siempre supera a la ficción! Aunque parezca extraño, todos tenemos un Recio en nuestra comunidad, aunque esté encubierto.

¿Compartes algún rasgo con tu personaje de 'La que se avecina'?

Comparto con Judith el gusto por la psicología, que me encanta, aunque supongo que todos los actores estamos obligados a conocer las emociones humanas para poder interpretarlas, pero no me parezco a Judith... ¡Ojalá me pareciera a ella en el fondo de armario! [risas], aunque no soy tan disciplinada para arreglarme tanto todos los días, soy más sencilla en ese sentido.

Evidentemente no soy Judith, no soy Lydia de 'Al salir de clase', no soy Rocío de 'Herederos', pero todos tienen una parte de mí elevada al cubo, agrandada, e intento trabajar desde la verdad de lo que me ofrece ese texto, ponerme a mí en tela de juicio cuando lo leo y mostrarme a mí misma. Considero que en todos nosotros están todos los personajes, solo hace falta un buen motivo para sacar esas cualidades personales.

Llegaste a Madrid con sueños periodísticos, pero acabaste dejándolo. ¿Fue tu vocación por la interpretación lo que te llevó a dejar de un lado la carrera? ¿Sentiste miedo en algún momento?

Desde pequeña tenía claro que me quería dedicar a esto y mis padres me han ayudado mucho. Vengo de una familia bastante artista: mi padre tocaba el piano, mi madre canta, y vengo con todo el artisteo desde muy pequeña, he aprendido de ellos y me he sentido siempre muy apoyada y muy arropada. Cuando vine a Madrid estuve muy protegida por ellos porque vine a estudiar una carrera, siempre con la intención de acabar trabajando en lo que yo quería, por lo que en cuanto empezó a salirme trabajo de lo mío dejé la carrera.

Te iniciaste en el teatro con Concha Velasco. ¿Qué supuso para ti trabajar al lado de una actriz con una trayectoria como suya? ¿Qué se aprende de profesionales tan experimentados?

Fue una de las mejores entradas en el mercado a nivel nacional que puede tener una actriz joven, porque Concha Velasco ha trabajado en todo: cine, televisión, teatro... sobreviviendo durante todos estos años y estando siempre en primera línea como actriz.

Poder trabajar con alguien que sabe tanto de la profesión fue todo un aprendizaje y un lujo para mí. Ahora cuando me ve siempre me dice "¡Tienes que decir que fui yo la que te descubrí!" [risas].

De profesionales como ella se aprende todo solo con ver cómo trabajan. Recuerdo que me metía entre bambalinas y veía todas las funciones de Concha, una detrás de otra, mirando cómo actuaba no solo ella, sino también Encarna Paso. Todo eso va creando un poso de experiencia a un nivel inconsciente.

Has trabajado en muchas obras de teatro. ¿Qué te aporta que no lo haga la televisión?

El teatro me aporta muchísimo. Es otro tipo de texto, ya que en la televisión, a no ser que sea una serie de época, se suelen trabajar situaciones de hoy en día; y en el teatro se pueden trabajar personajes que no tienen absolutamente nada que ver con uno mismo ni con la cotidianidad.

También aporta el poder trabajar de principio a fin una obra, seguir el curso lógico de los acontecimientos, el contacto directo con el público, poder mostrarse de otra manera, exponerte desde otro lugar...

El proceso de preparación de cualquier papel depende de cada actor y también del personaje. Durante el rodaje de 'El comisario', por ejemplo, acudiste al Instituto Anatómico Forense para presenciar una autopsia. ¿Cómo de importante es meterse en la piel del personaje de una forma más realista antes de llegar a interpretarlo?

Depende de la producción y de lo que pidan del actor. Por ejemplo, el detalle que tuvo la productora Boca Boca en este caso concreto fue muy grande, ya que supuso un acercamiento a lo que era la producción en sí desde un punto de vista muy realista que no todo el mundo podría llegar a soportar.

Estar en contacto con cadáveres fue algo que nos ayudó mucho a la hora de entender el trabajo y de ser conscientes que lo que para nosotros es algo extraño, para estos trabajadores es algo diario y nos ayudó a tratarlo con total naturalidad sin darle el peso que tiene para el resto del mundo.

'Compañeros' y 'Al salir de clase' forman parte de tu trayectoria, como muchas otras de las ficciones nacionales con más éxito a lo largo de los últimos años. ¿Eres la actriz que convierte toda serie que toca en oro?

¡Ojalá lo fuera! [risas] Me encantaría que todas las series en las que he trabajado fuesen un éxito, funcionasen y los personajes gustasen a todo el mundo, pero creo que la realidad no es así.

Precisamente el encontrarse con series como 'Al salir de clase' o 'La que se avecina' es una suerte para un actor, porque soy consciente de que no todos personajes que he interpretado a lo largo de mi carrera me pegaban tanto o gustaron tanto al público.Creo que consiste en una serie de factores que tienen que concordar en el mismo tiempo.

En este caso, 'La que se avecina' es una serie que gusta mucho y el personaje también; es una suerte que no siempre sucede y hay que ser consciente de que en esta carrera los éxitos vienen y van, lo importante es mantenerse en la profesión y seguir viviendo de lo que te gusta.

¿En cuál te has sentido más cómoda? ¿Qué papel de los que has interpretado ha sido el más gratificante?

Judith me ha dado muchísimo, me encanta y me sigue llenando, algo extraño cuando llevas tantas temporadas en una serie. El equipo de guionistas escribe unos guiones maravillosos y a Judith le siguen dando tramas nuevas interesantes para el público, por lo que me siguen dando la oportunidad de enfrentarme a retos interpretativos nuevos y estoy muy contenta.

Sin embargo, tengo muchas cosas que agradecer a muchos personajes. Recuerdo con mucho cariño a Lydia de 'Al salir de clase', porque es una mala que adoro y fue muy placentero y divertido interpretarla.

'Frágiles', donde has colaborado, y alguna otra producción reciente apuesta por la improvisación, dando solo unas pequeñas bases sobre las que construir la historia. Para el actor, ¿esto es mejor o peor que contar con un guion preestablecido?

No es mejor ni peor, son dos formas diferentes de trabajar y cada una aporta sus cosas. Viniendo de 'La que se avecina', donde los textos son muy concretos y hay que aprendérselos al dedillo, ir a trabajar a series como 'Frágiles' da la posibilidad de abrir un abanico de diferentes opciones que puedes pensar antes en casa y mostrarlas luego en el set, que es también lo que trabajamos todos en la escuela.

Fue muy bueno para mí poder trabajar en 'Frágiles', sobre todo para poder mostrar otro registro como actriz, el dramático, y que la gente vea que puedo hacer otras cosas a parte de comedia.

Con el final de 'Aída', ¿estamos ante el fin de la comedia en la televisión? ¿Tendremos 'La que se avecina' para rato o crees que se va a apostar más por otro género?

Creo que todavía tenemos género de humor para rato. El caso de 'Aída' en concreto es algo que pasa con todas las series cuando llevan muchos años, todo sube y todo baja, y con 'La que se avecina' pasará en su momento.

Ahora mismo las reposiciones y las temporadas están funcionando muy bien, pero evidentemente esto es cíclico, como todo en la vida, y llegará un momento en el que las reposiciones de 'La que se avecina' empiecen a caer, la gente se canse y contamos con que eso pasará. A 'Aída' hay que darle la enhorabuena por haber aguantado todo este tiempo y por haber marcado una época en la televisión.

¿Crees que es positivo comprometerse con la cultura y fomentarla con las nuevas generaciones o es algo totalmente secundario?

Creo que es fundamental el inculcar en los jóvenes el amor por su cultura y por lo que se hace en su país, ya que son el futuro. En ese sentido tendríamos que aprender mucho de los franceses, tanto el Gobierno como los ciudadanos, que aman y respetan su cine, su teatro y sus actores. Aquí pecamos un poco de criticarnos a nosotros mismos y de bajarnos el nivel que realmente tenemos.