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José María Castillejo, presidente de Zinkia que es la empresa propietaria de 'Pocoyó', ha acusado al segundo accionista, Miguel Valladares, de aprovecharse de la debilidad de la productora de Pocoyó para lograr su objetivo de hacerse "como sea" con el control de la firma.
Hace unos días Valladares dio unas declaraciones a los medios en las que aseguraba que "mi deseo es seguir invirtiendo en Zinkia, pero es imprescindible un cambio en la gestión, poniendo la empresa en manos profesionales con total transparencia, no teniendo más aspiración que seguir siendo un accionista de la empresa, sin ocupar ningún cargo ejecutivo ni remunerado en Zinkia". También habló directamente de Castillejo, "la financiación de Zinkia se ha visto afectada por la situación personal de su presidente y esto no es justo para el resto de accionistas".Zinkia es la empresa propietaria de 'Pocoyó'
Ante estas declaraciones Castillejo ha decidido comunicar a la CNMV que "parece evidente que son más bien intereses personales lo que le lleva a intentar por todos los medios desestabilizar el futuro de Zinkia y muy probablemente esos intereses no sean los del resto de accionistas".
Las causas del conflicto entre Castillejo y Valladares
El problema viene porque Castillejo, que es el socio fundador de la productora de Pocoyó, controla el 64,7% del capital social de la compañía. Valladares, el otro principal accionista, cuenta con una participación del 11,2%. Y éste podría convertirse en primer accionista si ejecuta un crédito que compró a Bankia, que tenía, entre otras garantías, el 33% de la participación de Castillejo en Zinkia, con lo que alcanzaría más del 40% de la compañía.
"La financiación de Zinkia se ha visto afectada por la situación personal de su presidente", Valladares, segundo accionista
Respecto a la posibilidad de que esto ocurriese Castillejo le ha avisado de que podría incumplir un acuerdo al que llegó personalmente con él, algo que está en la actualidad en sede judicial. "Mediante esta operación está intentando adquirir unas acciones a un precio muy inferior al de mercado, sin pasar por el mercado y aprovechando unas circunstancias que no están al alcance del resto de accionistas de Zinkia o de potenciales inversores", ha señalado.
El principal directivo subraya que, a pesar de tener una deuda que ronda los 11 millones, el negoficio y futuro de Zinkia "son perfectametne viables", y es que afirma que un gran número de acreedores de la firma ha dejado claro ya su interés en refinanciar a la compañía.
Lo curioso viene al final del comunicado, cuando dice las siguientes palabras: "seguimos trabajando día a día para superar esta situación, el negocio de la compañía sigue y seguirá creciendo. Confiamos en la Justicia, confiamos en las instituciones, en los organismos reguladores y sobre todo confiamos en poder seguir desarrollando nuestro negocio, con la ayuda de Dios y de todos y cada uno de los profesionales que integran Zinkia y sus asociados".
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