¡Enhorabuena por los 20 años de Bricomanía!
Muchas gracias. Aunque tengo que dejar claro que sin la gente que tengo detrás no soy yo, es vital, el programa lo hacemos todos. Además este año estamos muy compenetrados, así se puede durar muchos años.
¿Recuerdas cómo fue el casting para presentar el programa?
Yo me encontraba en una empresa de aluminios y estaba bastante a disgusto, la verdad es que me presionaban mucho, no estaba nada a gusto con el director así que me presenté en el casting. Yo venía de un mundo comercial y eso me pillaba más de lado pero bueno, fuimos avanzando etapas con cada vez más nervios y al final me eligieron. Lo duro no fue eso, lo duro fue grabar los primeros programas, para grabar un tema de un alargador que ahora lo haríamos en dos minutos pues tardábamos 13 horas. Al principio la sensación era de todos los días ir saliendo adelante, pero con bastante miedo.
¿Eras autodidacta o en casa pudiste aprender algo?
Aprendí un poco en casa. Como mi padre estaba siempre de viaje trabajando mi madre se encargaba de toda la casa. Venía de una cultura alemana donde se llevaba mucho eso de "arregla todo tú mismo" y yo como estaba pegado a sus faldas me iba impregnando de toda la historia. Y luego también vas aprendiendo, pero como un hobby.
¿Cómo dirías que ha evolucionado Bricomanía?
Ha pasado de un programa bastante básico de bricolaje a un programa muy dinámico, con muchos consejos, muchas ideas, jardinería...Te vas activando, nos vamos adaptando a los tiempos.
¿A qué crees que se deben tantos años en la parrilla televisiva?
Yo creo que es como el efecto de Karlos Arguiñano, que por cierto somos vecinos, es el comunicar, hacer un programa educativo, cercano a la gente, que puedas transmitir y enseñar, que a la vez sea divertido, sencillo... Aunque a veces hagamos cosas algo más complicadas.
Habéis pasado por La 1, La 2, Telecinco, Antena 3...
¿Crees que a la gente le llama la atención aprender a hacer cosas o veros a vosotros haciéndolas?
Creo que es muy bonito ver cómo alguien trabaja mientras tú estás sentado en tu sofá tomándote un café, pero luego la gente también saca ideas o se quedan con pequeñas pinceladas.
Es un campo ilimitado. Como la cocina, tú puedes hacer un huevo frito, pero puedes hacer ese mismo huevo frito de 300 versiones diferentes, con distintos ingredientes, distintos acompañamientos, distintas presentaciones.
Yo creo que no, ya vamos por la tercera generación, veo ahora chavalitos de 6 años de 10 o de 20 y cada vez que paseo por la calle me silban la canción de 'Bricomanía'. Seguimos comiéndonos generaciones.
Sí, este año ha sido muy agradable con el equipo de trabajo y la empresa, pero llegará un momento en el que cuelgue las botas y diga ahora quiero descansar, dedicarme a lo mío y disfrutar de la vida.
¿Te gustaría tener más tiempo a tu otra pasión, los viajes?
¿Crees que podrías aportar tu experiencia por el mundo presentando otro tipo de programa más relacionado con tu faceta viajera, como 'Vascos por el mundo'?
Pues sí, sería un caramelo también, me gustan los programas educativos, no me gustan los realities. Cosas educativas, que pueda enseñar a la gente lo que conozca. Además creo que cada uno tiene que centrarse en su especialidad y esa es una de las aguas en las que nado, bricolaje y viajes.
El charcutero es charcutero y el electricista, electricista. Pero ya hemos hecho pinitos, él estuvo en mi programa y yo en el suyo y fue muy divertido. Pero el tiene su mundo ahí y sigue bregando y subiendo audiencias y nosotros estamos detrás de él intentando emularle.
¿Cómo fue tu paso por 'La casa de tu vida' ?
Fue una experiencia curiosa, diferente. Lo que tengo es un recuerdo de soledad, porque grababa enfrente de una pantalla con todos los concursantes en la distancia. Fue una sensación extraña, pero bueno, era un nuevo reto.
La gente cuando te reconoce por la calle, ¿te pide consejos?
Sí, de todas las edades, desde chavalería a gente jubilada, aunque a veces se cortan un poco.
¿Y tu familia se aprovecha de ti para montarles estanterías, mesas...?
No, ya saben que cuando acabo de trabajar el trabajo se acaba ahí y eso no se toca, también tenemos una vida privada. Tengo amigos albañiles o que trabajan en la mar y nos respetamos el tiempo libre, no estamos siempre hablando del trabajo.
¿Compras en Ikea o te lo montas todo por tu cuenta?
Yo hago lo que puedo, depende del tiempo y las ganas, según si es invierno o verano... Pero no pongo pegas a nada, hay un mercado ahí abierto para todo el mundo.
¿Te ves dentro de 10 años celebrando el 30º aniversario?
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No, no creo, la vida hay que vivirla, nunca digas de este agua no beberé, pero me gustaría estar ya en Bali o en algún sitio así, disfrutando de las palmeras, los cocoteros... O en cualquier rincón de Euskadi.